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Cartagena e Isla de Barú, el encanto amurallado y el paraíso caribeño

Cartagena

Cartagena y la Isla de Barú son como dos destinos en uno. La distancia entre la aclamada Ciudad Amurallada y la península de moda en el Caribe colombiano es de apenas 40 km aproximadamente, y un trayecto por tierra o en lancha (1-3 horas, dependiendo de la opción) puede llevarte desde un lugar a otro.

La gran dupla turística de Colombia cautiva a viajeros de todo el mundo con su encanto histórico, playas de ensueño y una fusión única de culturas. Cada una ofrece sus razones para ir y ambas logran convencer a los aventureros con un motivo común: visitar una te obliga a conocer la otra.

Cartagena de Indias, con sus calles empedradas y murallas que resguardan siglos de historia, se erige como una ciudad que fusiona el pasado colonial con la vitalidad contemporánea. Fundada en 1533, esta ciudad portuaria se convirtió en una fortaleza esencial para proteger las riquezas que España extraía de América del Sur. Las murallas, construidas para defenderse de piratas y saqueadores, ahora dan la bienvenida a los visitantes a un mundo donde el tiempo parece haberse detenido.

Por su parte, a pocos kilómetros al sur de Cartagena, la Isla de Barú emerge como el contraste perfecto. Con playas de arena blanca y aguas cristalinas, esta isla se ha mantenido alejada del bullicio, conservando su autenticidad caribeña. Los orígenes de la isla se remontan a las comunidades indígenas y afrodescendientes que han dejado su huella en la cultura y la artesanía local.

Isla de Barú.
Isla de Barú.

Cartagena, más allá de las murallas

El centro histórico de Cartagena, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un laberinto de calles adoquinadas, balcones floridos y plazas llenas de vida que valen la pena recorrer. El atardecer desde las murallas es una experiencia única, con los colores cálidos iluminando la ciudad mientras las luces se encienden en el horizonte.

La Torre del Reloj, la Catedral de Santa Catalina y la Plaza Bolívar son solo algunos de los puntos de interés que te transportarán a través de los siglos. Además, el Castillo de San Felipe de Barajas, una imponente fortaleza, ofrece vistas panorámicas de la ciudad.

Castillo de San Felipe de Barajas
Castillo de San Felipe de Barajas.

También puedes recorrer las estrechas callejuelas del barrio de Getsemaní, llenas de arte callejero y vida nocturna, especialmente en los alrededores de la Plaza de la Santísima Trinidad, donde podrás tomarte una cerveza fría en alguno de los locales y probar las delicias de de Cartagena, como las arepas de huevo.

Cartagena
Torre del Reloj.

La Ciudad Amurallada y la Isla de Barú están separadas por tan solo unos pocos kilómetros, lo que permite a los viajeros explorar dos mundos distintos en una sola escapada. Los traslados son sencillos, ya sea por mar o tierra, permitiendo que en cuestión de horas te encuentres disfrutando de la arquitectura colonial y luego relajándote en las playas de aguas cristalinas.

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Los colores de Barú

En un abrir y cerrar de ojos, el azul del mar en la Isla de Barú te desconectará de la rutina y, al pisar sus playas, te sentirás en un verdadero paraíso. Además, explorar los arrecifes de coral durante una sesión de buceo o snorkel, o pasear sobre la tranquilidad de las aguas en un relajante paseo entre los manglares en kayak, te conectarán con el Caribe.

Desde la famosa Playa Blanca, con su arena fina con el color por el que lleva su nombre y aguas turquesas, hasta la Laguna Encantada, un refugio natural de aguas tranquilas rodeado de manglares, cada rincón de la isla te fascinará.

Isla de Barú
Playa Blanca.

Uno de los principales atractivos de Barú, luego de un paseo de 15 minutos en lancha, es la bioluminiscencia en la Laguna Encantada provocada por los plánctones luminosos, un espectáculo mágico bajo las estrellas que dejarás las mejores fotografías de tu viaje.

Imagen genérica
Bioluminiscencia.

Cuando de gastronomía se trata, la Península de Barú no se queda atrás. Los restaurantes y los chiringuitos en los balnearios ofrecen la mejor carta de la región con mariscos y pescados frescos a la parrilla. Además, los bares de Barú son ampliamente reconocidos por sus exquisitos cocteles. ¿Qué mejor que un Coco Loco o un Ron Punch en la playa?

La cercanía entre Cartagena e Isla de Barú permite a los viajeros disfrutar de la diversidad en una única experiencia. Desde la historia y la arquitectura hasta la relajación y diversión en el mar, este dúo caribeño ofrece lo mejor de ambos mundos. ¿Estás listo para esta aventura?

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