Cork
Cork, la segunda ciudad más poblada de Irlanda después de Dublín, creció alrededor del monasterio fundado por San Finbar en el siglo VI, y a lo largo de los siglos tuvo que ser reconstruida a causa de repetidos incendios. Edificada sobre el río Lee, que por un corto tramo se bifurca en dos canales, el centro de la ciudad se erige sobre una isla entre ellos. El puerto de Cork es el segundo más importante del país y uno de los puertos naturales más grandes del mundo.
Llamada "la ciudad de los 20 puntos", cuenta con una historia antigua, un centro histórico medieval y una agitada vida nocturna y cultural. La ciudad es sede de numerosos institutos de arte y coreografía, compañías de ballet, teatros y galerías. Cork no solo tiene vida cultural, sino multicultural: inmigrantes de todo el mundo, especialmente de Polonia, Lituania, Letonia y, en menor medida, de países africanos y asiáticos, han contribuido a ello, que se refleja en sus restaurantes y diversas tiendas.
Los habitantes de Cork se autodenominan, con humor, "los rebeldes", y llaman al condado The Rebel Country o The People's Republic of Cork y, a la ciudad, "la verdadera capital". La bandera bicolor de Cork suele ondear en diferentes edificios.
Cuándo ir
La mejor época para visitar Cork es el verano, de junio a agosto, ya que es la más agradable del año. Las temperaturas son generalmente buenas para la vida al aire libre, aunque es necesario tener el paraguas y un abrigo o suéter a la mano para la noche y los días frescos.
Clima
El clima de Cork es oceánico, caracterizado por días templados y cambiantes, con abundante lluvia y sin temperaturas extremas. Las temperaturas por debajo de 0 °C o sobre los 25 °C son raras. El invierno, de diciembre a febrero, puede sentirse frío debido a la humedad y el viento. Las temperaturas medias son de alrededor de 5°C, los días son nublados y las lluvias, frecuentes. El verano, de junio a agosto, es fresco, con temperaturas medias de 14°C, lluvias bastante frecuentes, y tiempo variable; a veces se puede formar niebla. Llueve a lo largo de todo el año, siendo abril el mes menos lluvioso y octubre el de más precipitaciones.
Gastronomía
La ciudad comparte tradiciones culinarias con otras zonas de Irlanda, y también tienen otras específicamente locales. Las comidas más famosas de Cork son los crubeens (patas de cerdo hervidas), el tripe and drisheen (una especie de morcilla con tripas) y la calabaza asada rellena. Otras comidas, compartidas con el resto del país, son el estofado irlandés, el salmón, la sopa de mariscos, el bacon and cabbage (un revuelto de panceta, repollo y papas) y el fish and chips.
Si quieres probar la cerveza típica de la ciudad, busca una Beamish o una Murphys.
Qué ver
Cork es una típica ciudad irlandesa con muchas zonas verdes, buena gastronomía, mercados y vida nocturna. Tiene mar y uno de los puertos naturales más grandes del mundo. En el pueblo pesquero de Cobh puedes alucinar con sus casas con fachadas de colores y la catedral neogótica. Su historia está ligada a la emigración de los irlandeses hacia América, y aún se conserva el muelle donde hizo la última escala el Titanic antes de su hundimiento. Otros pueblos costeros que puedes visitar son Kinsale, que destaca por las multicolores fachadas de sus casas, y Bantry, donde podrás visitar Bantry House, una casa señorial construida alrededor del año 1700 frente al mar y rodeada de espléndidos jardines.
Si te gustan los castillos y fortificaciones, puedes visitar el Blacrock Castle, hoy un observatorio astronómico que le debe su nombre a las piedras negras con las que fue construido para ahuyentar a los piratas, pero debido a varios incendios tuvo que reformarse y perdió su color original. Por otro lado, el castillo de Blarney, construido en el siglo XIII, ostenta una leyenda que dice que hay una piedra —la cual se utilizaba en la coronación de los reyes escoceses durante la Edad Media— que otorga el don de la elocuencia a quien la besa. El Fuerte Elizabeth, con más de 400 años de antigüedad, ha tenido diferentes usos (refugio antiaéreo, cárcel, estación de policía y centro de maniobras militares) y hoy ofrece impresionantes vistas.
La Murphys Brewey te permitirá conocer su fábrica de cerveza, la archienemiga de Guinness. El English Market, por su parte, es un antiguo mercado con más de 200 años, y una visita obligada para empaparte de la cultura y gastronomía irlandesa.
Si te gustan los museos y galerías de arte, puedes visitar el Butter Museum (museo de historia de la mantequilla), Cork City Gaol (una antigua prisión que es visita imprescindible) o Crawford Art Gallery (que exhibe cuadros de los pintores irlandeses más importantes). Por otro lado, el edificio más representativo de Cork es St. Anne’s Church, donde se pueden tocar sus famosas campanas y subir los 132 escalones de la torre para tener una vista completa de la ciudad.
Si quieres salir de compras, puedes darte una vuelta por la calle St. Patrick y disfrutar la calidad de sus tiendas y de los colores de sus vitrinas, y, de paso hacer una parada en Le Chateau Bar o en Mutton Lane Inn a tomar una cerveza. Si te gustan los mercados, uno de los lugares más visitados de Cork es el English Market, donde podrás comprar quesos de la zona, fruta y verduras, además de encontrar platos típicos.