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Irlanda

Galway

Galway

Galway, o Galvia, se encuentra en la costa oeste de la isla de Irlanda, a orillas del río Corrib, entre Lough Corrib y la bahía de Galway. Es la sexta ciudad más poblada de la isla, con un crecimiento constante gracias a sus dos universidades.


Situada cerca de un asentamiento anterior, Galway creció en torno a una fortificación construida por el rey de Connacht en 1124. Desde 1232, acosada por las tribus irlandesas, la villa creció amurallada y fiel al trono inglés. De la mano de los dirigentes normandos, unas cuantas familias monopolizaron los principales negocios, la génesis de las llamadas tribus de Galway, lo que llevó a la ciudad a convertirse en un puerto comercial en el siglo XV. Actualmente es conocida por sus festivales y eventos, como el Festival de las Artes de Galway, y su cocina, habiendo sido nombrada Región Europea de la Gastronomía en 2018.


Una visita a Galway te llevará a disfrutar la oferta cultural y de ocio de la ciudad, además de ponerte en la puerta de acceso a los Cliffs of Moher, la Abadía de Kylemore y las islas de Aran.

Cuándo ir

La mejor época para visitar Galway es el verano, de junio a septiembre, con preferencia durante julio y agosto, cuando las temperaturas son agradables para estar al aire libre. De todas formas, ten en cuenta llevar paraguas y abrigo para la noche y los días frescos.

Clima

El clima de Galway es oceánico, fresco y húmedo, con inviernos y veranos suaves, y lluvias repartidas a lo largo del año. El invierno, de diciembre a febrero, es bastante suave, pero la humedad y el viento aumentan la sensación de frío. El cielo suele estar nublado y las lluvias son frecuentes, al igual que el viento. Las nevadas son raras y no abundantes, y la temperatura media es de 6°C. El verano, de junio a agosto, es fresco, con termómetros que a veces marcan cerca de 25°C. Las lluvias son bastante frecuentes en este período, aunque octubre es el mes más lluvioso.

Gastronomía

La comida irlandesa tiene un fuerte componente de materias primas locales, como el cordero, pescados y mariscos de sus costas, y cultivos como cereales y papa. 


Con respecto a la comida del mar, el salmón y el bacalao son muy comunes, aunque las ostras son la especialidad, especialmente durante septiembre. Puedes encontrar el seafood chowder, un caldo espeso con pescados y mariscos, en prácticamente todos los pubs y restaurantes. En cuanto a carnes, puedes probar el pavo asado con relleno de cebolla o el tradicional irish stew, un guiso de carne de cordero, papas y cebolla.


Para el desayuno un clásico es el irish breakfast, que lleva huevos fritos, salchichas, porotos, un pudding negro similar a la morcilla, pan, panceta y tomate, o el desayuno bap, un sándwich con salchichas, cebolla y ensalada. Y, por supuesto, una cerveza siempre puede acompañar un plato irlandés.

Qué ver

Galway es un popurrí de atracciones entre la vida cultural y nocturna de la ciudad, y lo que ofrecen los alrededores. La zona peatonal, conocida como Shop Street, es la calle más viva y comercial de Galway. Allí se encuentra también el Spanish Arch, el Latin Quarter, la catedral protestante de San Nicolás y el Lynch Castle, la antigua mansión de la familia Lynch, una de las 12 tribus de Galway. Puedes observar restos de las murallas normandas en el Museo Municipal de Galway y en el interior del centro comercial Eyre Square. La catedral católica de San Nicolás es uno de los edificios más impresionantes de la ciudad.


El Latin Quarter, además de sus edificios interesantes arquitectónicamente hablando, alberga pubs con música en vivo, como The Quays (una antigua iglesia) o el histórico The Kings Head. Si te encantan los barrios antiguos, Salthill puede ser tu lugar.


En las afueras de Galway se halla Cliffs of Moher, la atracción natural más visitada de Irlanda. Se trata de una zona de acantilados de aproximadamente ocho kilómetros de extensión, donde podrás observar paredes de piedra negra cayendo en picada sobre el Atlántico. Puedes verlos desde el mar o desde lo alto en el centro de visitantes, con perspectivas muy diferentes: en barco verás muchos detalles de las rocas y las formas de los acantilados, y podrás contemplar las colonias de aves que habitan en ellos, mientras que desde arriba tendrás una perspectiva mucho más amplia, observando kilómetros de acantilados y campos verdes. Lo ideal, entonces, es que puedas darte el gusto y la experiencia de ambas vistas.


En los alrededores de Galway está también la Abadía de Kylemore, un palacio construido a mediados del siglo XIX como homenaje de un comerciante inglés a su mujer. Es el centro de un complejo en el que existen también una pequeña iglesia neogótica y un cuidado jardín. Una visita al lugar, ubicado junto a un lago frente al Parque Nacional de Connemara, implica que te deleites con los paisajes de la región salpicados de lagos, colinas y valles.


Las islas de Aran, por último pero no menos bellas, están situadas al final de la bahía de Galway. Pobladas principalmente por pescadores, son uno de los reductos de la lengua y las tradiciones irlandesas. La isla más grande y habitada es Inis Mor, y su atractivo principal es Dun Aonghasa, una fortaleza de forma semicircular sobre un acantilado de 100 metros de altura. Las otras dos son Inis Meain, donde se puede bucear, e Inis Oirr, que dicen es la más bonita de las tres, y es ideal para recorrer a pie.

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