Decir que Machu Picchu es el atractivo turístico más visitado de Perú no es una exageración. Si desde hace ya varias décadas es parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, hace sólo algunos años los viajeros lo escogieron para formar parte de las nuevas 7 maravillas del mundo moderno por varios motivos, como su herencia histórica, su belleza escénica y su riqueza arqueológica, entre muchos otros.
Entre medio de montañas, ríos, riscos y una frondosa selva, la Ciudadela Sagrada de Machu Picchu fue construida por órdenes del inca Pachacútec alrededor del año 1450, convirtiéndose en el centro administrativo, político y religioso más importante del Imperio Inca.
Cuándo ir
Al igual que la ciudad de Cusco, la mejor época para visitar Machu Picchu es entre abril y octubre, cuando transcurre la temporada seca. Sin embargo, la temporada de mayor afluencia de turistas es entre junio y agosto, por lo que si prefieres evitar las grandes aglomeraciones, lo mejor será viajar, por ejemplo, en septiembre, cuando además las temperaturas comienzan a subir un poco.
Clima
Entre noviembre y marzo, Machu Picchu se ve fuertemente afectado por la temporada lluviosa a causa del invierno altiplánico, pero con agradables 20 °C de temperatura durante el día. El resto del año es más bien seco y el promedio suele ser de 18 °C, con una importante oscilación térmica durante las noches.
Altitud
La Ciudadela Sagrada de Machu Picchu se encuentra a 2.430 msnm, siendo una zona considerablemente más baja que Cusco.
Qué ver
El Santuario Histórico de Machu Picchu está compuesto por tres áreas: la ciudadela, la montaña Machu Picchu y la montaña Huayna Picchu. La entrada general incluye el acceso a los dos primeros sitios, donde podrás conocer las zonas en las que los incas realizaban su vida civil y administrativa, sus labores agrícolas y también sus cultos religiosos, como el Templo Principal, el Templo de las Tres Ventanas, la Casa del Sacerdote y el Templo de las Estrellas.
Por su parte, la montaña Machu Picchu es el lugar desde donde podrás obtener la clásica postal de la ciudadela, con el Huayna Picchu como telón de fondo. Para conocer este último sito debes adquirir un boleto especial, pues el acceso es controlado para mantener el camino en buen estado. Eso sí, la caminata hasta la cima es de dificultad media-alta, pero las vistas hacia los alrededores son un verdadero premio al esfuerzo.
Es imposible visitar Machu Picchu sin antes pasar por Aguas Calientes o Machu Picchu Pueblo. A pesar de ser muy pequeña y de funcionar como un lugar de paso, esta encantadora localidad tiene intensos aires cosmopolitas, por lo que en ella se han instalado excelentes restaurantes y algo de comercio.