Antsiranana

Antsiranana -llamada Diego Suárez hasta 1975 y todavía ampliamente utilizada para nombrar a la ciudad- se encuentra en el noreste de Madagascar. Colonia francesa hasta fines del siglo XIX, hoy es la ciudad más grande del norte de la isla.
Si te preguntas por qué esta ciudad portuaria de África colonizada por Francia se llama Diego Suárez, se debe a que el navegante portugués Diogo Soares hizo escala en su bahía allá por 1543. Además, cuenta la leyenda que el lugar usado fue un popular punto de atraque para piratas que buscaban abastecerse de comida, agua y carbón antes de embarcarse en largos viajes oceánicos. Esto fomentó el comercio entre los lugareños, que con el tiempo dio lugar a la amalgama de diferentes estilos culinarios y arquitectónicos.
Situada sobre un promontorio en una bahía, Antsiranana es famosa por su Pan de Azúcar, por tener una de las bahías más bonitas del mundo y por la arquitectura típica de la antigua colonia. Tanto si te gustan las playas o el senderismo, como si eres amante de la arquitectura o de la buena gastronomía, esta ciudad es ideal para descubrirla durante tus vacaciones.
Cuándo ir
Si estás buscando el mejor momento para visitar Antsiranana, de abril a noviembre es la mejor época, ya que es cuando hay menor cantidad de precipitaciones y el clima es más fresco. De esos meses, julio y agosto son los más secos.
Clima
El clima de Antsiranana es tropical, caluroso todo el año, con un período relativamente fresco y seco de junio a agosto, y uno cálido y lluvioso de noviembre a marzo. La temperatura es bastante estable todo el año, con una media en julio de 25 °C y de 28 °C en diciembre. Las precipitaciones son bastante abundantes; enero es el mes más lluvioso, cuando caen 340 milímetros, mientras que septiembre es el más seco.
Gastronomía
La cocina malgache se sitúa, como la isla misma, entre los sabores de África y el Sudeste Asiático, con influencia europea del periodo de la colonia francesa en el país. El pescado, los mariscos, el cebú, el cangrejo, las verduras, la leche de coco, las especias, el arroz y la mandioca son los ingredientes principales de la misma.
En la zona de la península, a lo largo de la rue Colbert, encontrarás excelentes opciones de restaurantes. Podrás probar platos nacionales como el romazava (verduras, cebú, tomates y cebollas, normalmente acompañado de arroz) y el ravitoto (hojas de mandioca cocidas, servidas con arroz o carne), el curry de cangrejo, la tilapia malgache (tilapia a la parrilla con arroz y verduras) y el akoho sy voanio (pollo con leche de coco y tomate).
Entre los dulces destacan el koba akondro, un pastel de plátano, maní y harina de arroz cocido en hojas de plátano, y los mofo anana y mofo baolina, rosquillas fritas saladas muy populares en las calles de Madagascar.
Qué ver
Como aún quedan vestigios de su pasado colonial aquí y allá, como los rústicos faros y fuertes repartidos por la ciudad, Antsiranana sigue conservando un encanto único del viejo mundo que hipnotiza a todos por igual. Además, la ciudad hace alarde de una ecléctica mezcla de influencias árabes, coloniales, indias y criollas.
Uno de los lugares históricos más preciados se encuentra en lo alto de una colina. El castillo de Windsor, construido en 1900 por el ejército francés para que sirviera de torre de vigilancia, está a dos horas en vehículo más un ascenso que muchos dicen que es una de las experiencias más gratificantes de su visita a la ciudad.
Para disfrutar de algunas de las mejores vistas de la bahía turquesa y la colorida ciudad, la caminata hasta la cima de Montagne des Francias, la montaña Francesa, vale la pena. El sendero está en buen estado y se encuentra en una zona protegida donde habitan lémures y baobabs. En días despejados se puede ver la isla de Nosy Lonjo desde la cima.
Si te gusta la naturaleza y los paseos a pie, Antsiranana presume de dos destinos fuera de lo común: la Reserva Natural de Ankarana y el Parque Tsingy Rouge. Con 150 millones de años de antigüedad, la Reserva Natural de Ankarana ocupa una superficie de más de 180 kilómetros cuadrados y es uno de los pocos lugares del planeta donde coexisten un bosque seco perennifolio y una sabana árida. Posee numerosas cuevas que fueron habitadas por los nativos de la región; la más grande que puedes explorar es La Grotte d'Andrafiabe. Algunas se consideran sagradas y sólo pueden contemplarse desde afuera.
Además, Ankarana cuenta con una compleja red de ríos subterráneos, cuya principal atracción es la Perte des Rivieres, "pérdida de ríos", un agujero de piedra que se cree que es el lugar donde confluyen todas las aguas de estos ríos subterráneos. El parque alberga 11 especies de lémures, 60 tipos de reptiles, diversas especies de pájaros endémicos y una gran variedad de cangrejos ciegos y peces, entre otras interesantes especies de flora y fauna. Puedes elegir una caminata sencilla de una hora de duración, o una de varias horas que te lleva por la mayor parte del parque, en particular por sus cuevas, bosques y pasarelas.
Por otro lado, el Parque Tsingy Rouge es una especie de cañón que se encuentra a 50 kilómetros al sur de Antsiranana. Desde el suelo y las paredes, hasta las propias estructuras naturales esculpidas por el viento y la lluvia, todo en el parque es de tonos rojizos. Está repleto de formaciones rocosas que parecen agujas. El término tsingy se traduce como "el lugar donde no se puede andar descalzo" en malgache, y se debe a la imposibilidad de caminar sobre estas formaciones rocosas.
El Parque Nacional de la Montaña de Ámbar, o Montagne D'Ambre, alberga algunos de los bosques pluviales montanos más vírgenes del mundo, donde podrás acercarte a enormes helechos, cícadas milenarias, camaleones y lémures endémicos de la isla.
Playas
La playa de Ramena, la bahía de Andovokonko y la bahía de Sakalava son los tres destinos playeros más populares de Antsiranana. Todas ellas rodean el mar Esmeralda, de aguas turquesas poco profundas, lo que lo convierte en un sitio perfecto para nadar y hacer snorkel.
Por otra parte, las Tres Bahías puedes recorrerlas tanto en bote por agua, como en quad por la arena. Formada por la bahía de las Dunas, la de las Palomas y la de Sakalava, tendrás aguas transparentes donde nadar o practicar snorkel, kitesurf y windsurf.