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Egipto

Asuán

Asuán
Asuán, al sur de Egipto, se ubica en el extremo norte de la primera catarata del río Nilo, que marcaba la frontera meridional del antiguo Egipto. La ciudad siempre ha tenido una gran importancia estratégica: en la antigüedad fue una ciudad de guarnición para las campañas militares contra Nubia, mientras que sus canteras de piedra proporcionaron el granito para estatuas colosales, obeliscos y pirámides.

Hay muchas cosas para conocer. Desde la belleza del río Nilo pasando por la isla Elefantina, hasta templos históricos como el de Abu Simbel, por la cultura Nubia, Asuán no puede faltar en un viaje por Egipto.

Cuándo ir

El invierno, de noviembre a febrero, es la mejor época para visitar Asuán, aunque las temperaturas más frescas también traen consigo mayores aglomeraciones. Si prefieres evitarlo, la época ideal es la primavera, de marzo a mayo, o el otoño, de septiembre a noviembre.

Clima

Asuán tiene un clima desértico muy caluroso y seco durante la mayor parte del año. Las temperaturas máximas durante el verano, que va de junio a septiembre, a menudo superan los 40 °C, y las noches también son calurosas, con temperaturas que rondan los 25 °C. Durante el invierno, de noviembre a febrero, las temperaturas son más agradables, con máximas de 20 °C y mínimas que pueden bajar hasta los 10 °C por la noche. Las lluvias son prácticamente inexistentes.

Gastronomía

La gastronomía de Asuán es muy rica y variada, una convergencia entre las cocinas egipcia y nubia. Puedes probar muchos platos: el ful, habas cocidas con aceite de oliva, limón, ajo y comino, si bien es muy popular en todo el país, en Asuán tiene un toque especial gracias al uso de especias y hierbas locales. El mulukhiyah es una sopa espesa hecha con hojas de malva yute, que compite con el kushari (un bowl de arroz, lentejas, macarrones y garbanzos, coronado con salsa de tomate y cebolla frita) por el título de plato nacional. Aunque suena extraño, uno de los platos preferidos de los egipcios es el hamam mahshi, palomas rellenas de freekeh (trigo verde partido) o bulgur especiado, que luego se asan al carbón. Si no te tienta en absoluto, mahshi indica algo relleno y es común encontrar verduras como pimientos, calabacines o berenjenas, rellenas de arroz y hierbas. Además, en Asuán puedes comer pescado fresco procedente del lago Nasser.

Los restaurantes se concentran en el centro de la ciudad, en la calle Kornish al Nil, en la zona del puerto y en la isla Elefantina. Hay opciones para todos los gustos y presupuestos; podrás encontrar fácilmente platos locales como cocina internacional.

Qué ver

Una buena forma de empezar el recorrido por Asuán es el poco visitado pero no menos interesante Museo de Nubia, que te permitirá conocer la historia, el arte y la cultura Nubia, un grupo étnico que ha habitado tradicionalmente el valle del Nilo al sur de Egipto y al norte de Sudán. Creado en 1997 en cooperación con la UNESCO, el museo alberga objetos y monumentos rescatados de las aguas del Nilo tras la construcción de la presa de Asuán.

Es interesante visitar el obelisco inacabado, que iba a ser el más grande de todo Egipto, con más de 40 metros de altura, pero fue abandonado por la formación de grietas durante el proceso de separación de la roca original. En el mercado de Sharia As, por su parte, con su ritmo lento y el ligero olor a sándalo de sus pasillos, te encontrarás talismanes para la buena suerte, cestas y coloridos gorros nubios, máscaras africanas, criaturas del desierto disecadas y flores secas de hibisco, con las que se elabora la rica bebida local karkadai.

En la isla Elefantina, situada frente al centro de Asuán, se encuentra el Museo de Asuán, y alberga desde armas, cerámica y utensilios hasta estatuas, momias y sarcófagos, todo organizado y explicado para que puedas entender la vida en la isla en la antigüedad.

Además de ser un próspero asentamiento, la isla era el principal centro de culto al dios con cabeza de carnero Khnum (al principio, dios de las inundaciones), Satet (esposa de Khnum y guardiana de la frontera meridional) y su hija Anket. En el extremo sur se encuentra el emplazamiento de la antigua Abu. Su nombre significaba "elefante" y "marfil" en egipcio antiguo, un recordatorio del importante papel que la isla desempeñó en el comercio de marfil. Placas numeradas y edificios reconstruidos marcan la larga historia de la isla, desde alrededor del año 3000 a.C. hasta el siglo XIV. También destaca el templo de Khnum, que alberga el Nilómetro, lo único que en la antigüedad podía dar una indicación real de la probabilidad de una cosecha abundante. La isla alberga también los pueblos nubios Siou y Koti.

El templo de Filae o Philae, situado a 10 kilómetros de Asuán, en la pequeña isla de Agilkia, es uno de los más bonitos y mejores conservados de Egipto. Dedicado a Isis, la diosa del amor, la magia y la maternidad, este templo se llevó en la década del 60, piedra por piedra, desde la isla de Philae a la isla de Agilkia, antes de quedar sumergido por las aguas de la presa. Después de pasar por delante de los imponentes pilares de la entrada y dedicar tiempo al templo de Isis observando algunos de los últimos jeroglíficos que se escribieron en la época de los faraones, acércate a otros monumentos de la isla como el templo de Hathor, la puerta de Adriano y el quiosco de Trajano, estos dos últimos de la época del Imperio Romano.

Si te tienta la idea de pasear en feluca por el río Nilo, estás en lo correcto. Es una de las mejores cosas que hacer en Asuán, y puedes aprovechar para visitar el pueblo de Gharb Soheil y conocer la historia, el modo de vida de los nubios y dar un paseo entre las calles con casas de colores y tomar un té.

En la orilla oeste del río Nilo se encuentran las tumbas de los nobles, que albergan los sitios de descanso de los gobernadores, los guardianes de la puerta del sur y otros dignatarios de la antigua isla Elefantina. Es una caminata empinada para llegar al punto más alto de los acantilados, pero desde allí la vista de Asuán es increíble.

A poca distancia de las tumbas de los nobles se encuentra el monasterio de San Simeón, construido por monjes coptos en el siglo VI con el fin de convertir al cristianismo a la población nubia y ofrecer descanso, comida y protección a los peregrinos. Realizado en ladrillo y piedra, y abandonado desde el siglo XIII, este enorme monasterio está formado por una terraza inferior donde se encuentran los restos de la basílica, en el que destacan los frescos de varias paredes y una terraza superior donde se ubicaban las habitaciones de los monjes con sus respectivas camas de piedra. Muy cerca se encuentra el mausoleo del Aga Khan, que alberga la tumba de Sir Sultan Muhammad Shah, un líder caritativo muy vinculado a Asuán. No se puede entrar, pero puedes observarlo de lejos en tu paseo por el Nilo.

Al norte de Asuán se encuentran los impresionantes templos de Kom Ombo y Edfu. El primero, construido entre los años 237 y 57 a.C., impresiona por su diseño doble en el que se replican de forma simétrica sus salas, patios y santuarios para honrar a los dioses Sobek, el dios con cabeza de cocodrilo asociado a la fertilidad de la tierra, y Horus, el dios con cabeza de halcón. Un poco más al norte se encuentra el templo de Edfu, dedicado también a Horus, bien conservado y con hermosos tallados.

A tres horas al sur se encuentra Abu Simbel, uno de los destinos turísticos más populares del país y uno de los monumentos más impresionantes del Antiguo Egipto. Abu Simbel fue construido durante el reinado de Ramsés II en el siglo XIII a.C., y fue trasladado de su ubicación original en la década de 1960 antes de que, como tantas construcciones, quedara inundado por la construcción de la presa. Hoy puedes admirar las imponentes estatuas del faraón y la reina, y los magníficos relieves en el interior en muy buen estado.

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