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Montenegro

Budva

Budva

A orillas del mar Adriático y rodeada por montañas, Budva es famosa por sus playas de arena y la vida nocturna. Esta ciudad, una de las más antiguas del Mediterráneo, data del siglo V a.C., y muchos historiadores creen que fue una isla que, desde entonces, se unió a la orilla por la arena.


Las murallas de piedra que construyeron los venecianos, los habitantes originarios, rodean las calles de Stari Grad, la antigua ciudad medieval. Estas paredes dividen también a la ciudad en dos: la parte antigua y la nueva. En la primera se encuentran los principales monumentos turísticos y, en la segunda, hoteles, restaurantes, tiendas y centros comerciales.


Tanto si viajas en pareja o con amigos, Budva es un lugar perfecto para disfrutar de la costa adriática de Montenegro.

Cuándo ir

La mejor época para visitar Budva es entre mayo y septiembre. En este periodo la temperatura es calida y hay pocas precipitaciones. Para ir a la playa, los mejores meses son julio y agosto, cuando los días son más calurosos y soleados, y el agua tiene mejor temperatura. Aunque hay brisas del mar, puede haber períodos con máximas de más de 35 °C.

Clima

El clima en Budva es mediterráneo, con veranos calurosos, soleados y secos, e inviernos templados y lluviosos. Durante el verano, de junio a agosto, la media máxima ronda los 31°C, con algunas tormentas eléctricas por la tarde y algunos días de lluvia, más probables en junio. El invierno, de diciembre a febrero, es templado, y se caracteriza por períodos soleados que se alternan con otros de mal tiempo. A veces las lluvias son abundantes y puede soplar un fuerte viento del sur; cuando sopla viento bora, los termómetros descienden incluso hasta los 0 °C.

Gastronomía

La cocina de Budva ha sido influenciada por la gastronomía de Grecia, Turquía, Bulgaria, Albania e Italia. La base de la gastronomía regional la componen diferentes tipos de carnes, verduras de temporada, quesos y mariscos. Además de encontrar risotto, pasta y pizza con facilidad, puedes probar platos locales como el mijesano meso, una carne a la parrilla, y la riblja čorba, una sopa de pescado. 


No te pierdas el vino tinto local vrnac y delicias como el jamón ahumado, el cordero al horno y los pescados frescos.

Qué ver

Budva tiene playas de arena suave y aguas de color azul intenso en las que bañarse y disfrutar del sol. Al norte, Jaz es la más popular y Bečići, al sur, tiene palmeras y hoteles. Más inaccesible es la playa de Mogren, al norte del Stari Grad, a la que se accede por un sendero que bordea los acantilados, y que se convirtió en una cala refugio para embarcaciones y yates de lujo.


Slovenska Plaza es la playa más grande y popular de Budva. Enmarcada por colinas verdes, de arena suave, se llena de gente a menudo, por lo que es recomendable que elijas tu sitio antes de las 11 de la mañana. En frente puedes encontrar cafés, bares y restaurantes informales.


Una visita privilegiada es tomar un barco desde el paseo marítimo y llegar a la isla de Sveti Nikola, llena de pinares y habitada solo por ciervos. Tiene una hermosa playa, un restaurante y sitios para arrendar kayaks para visitar varias calas remando.


A solo ocho kilómetros de Budva se encuentra Sveti Stefan, un antiguo pueblo de pescadores fortificado en el siglo XV. Tiene dos playas y está unida a tierra por un istmo de arena. Ideal para un paseo tranquilo para conocer el parque Milocer, lleno de árboles, flores exóticas y vegetación local.


Stari Grad, el casco antiguo, está situado en una pequeña isla que se ha convertido lentamente en una península. Con más de 2.500 años de antigüedad, influenciada por los imperios Romano y Otomano, posee cinco entradas a lo largo de las antiguas murallas que conducen a esta ciudad medieval llena de calles estrechas, tejados de terracota, caminos empedrados y multitud de restaurantes, cafeterías y tiendas. Puedes encontrar iglesias, monasterios y otras reliquias del pasado mientras caminas con tranquilidad, porque esta zona es libre de vehículos. 


La ciudadela de Budva es la estructura más alta del casco antiguo y fue construida como un mirador hace más de mil años para vigilar el mar de cualquier posible ataque. Vale pagar el precio de la entrada y la subida de las escaleras para obtener la mejor vista de toda la ciudad. Una vez que sales a la terraza al aire libre, puedes ver el océano azul, los tejados anaranjados y el paraíso marino debajo de ti. Además, hay un pequeño museo y una biblioteca llena de tomos y mapas curiosos.


Otros puntos de interés de los alrededores son las iglesias de la Santísima Trinidad, de San Iván y de Santa María de Punta.

Mapa

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