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Burdeos

Burdeos

Pasear por el Viejo Burdeos es cómo viajar siglos y siglos atrás, y llenarse de la historia de la región a través de sus impresionantes construcciones. Iglesias, palacios, plazas, puertas y monumentos son parte de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Además, sus alrededores guardan cerca de nueve mil bodegas en las que se produce parte de los mejores vinos del mundo, fabricando más de 800 millones de botellas al año.

Cuándo ir

La mejor época para visitar Burdeos es entre mayo y octubre, por sus cálidas temperaturas. Eso sí, entre los meses de junio y septiembre la ciudad suele llenarse de turistas atraídos por la temporada alta.

Clima

En general, Burdeos tiene un clima bastante estable, donde nunca hace mucho frío ni tampoco excesivo calor. Así, en verano las máximas oscilan entre los 25°C y los 28°C, mientras que en invierno no bajan de los 10°C. Las lluvias no son abundantes y se reparten a lo largo de todo el año.

Gastronomía

Burdeos tiene una cultura gastronómica bastante propia, con preparaciones únicas que vale la pena probar. Entre ellas destacan los pescados, siendo el esturión a la Libournaise uno de los más conocidos, que se cocina con vino blanco, romero y ajo a la parrilla. El cordero también es muy protagónico y se suele cocinar a la parrilla, acompañándolo con la famosa salsa a la bordolesa.

De postre, un clásico son los crepes y también las poires aur St Emiliòn, peras cocinadas en vino tinto con canela y jugo de naranja. Tampoco pueden faltar los cannelès, bizcochos tibios aromatizados con ron y vainilla.

Por otro lado, Burdeos no sería lo que es sin mencionar sus famosos vinos. Esta región se caracteriza por sus exquisitos vinos tintos, destacando cepas como el Merlot, Malbec, Cabernet Franc, Cabernet Sauvigon y Petit Verdot.

Qué ver

La visita a la ciudad puede partir por el Viejo Burdeos, una enorme zona que reúne diversos barrios, delimitada por el Cours de I’Intendance y la rue Peyronnet. Allí existen varios atractivos turísticos por conocer, y un buen punto de partida es la plaza Quincoces, una de las más grandes del país con 126.000 metros cuadrados. Sus mayores atractivos son, sin duda, el monumento a los girondinos y la fuente con caballos.

Muy cerca está el Gran Teatro de Burdeos, un Monumento Histórico de Francia. Se ubica en la plaza de la Comedia y es la sede de la Ópera y el Ballet Nacional de Burdeos. Caminando hacia el río Garona es posible conocer el Espejo de Agua, una enorme explanada que tiene sólo dos centímetros de agua, para dar la sensación de espejo, junto al cual se alza el Palacio de la Bolsa.

Siguiendo con la ruta por el Viejo Burdeos, no hay que dejar de conocer la Catedral de San Andrés, una iglesia gótica que forma parte del Camino de Santiago francés y es un Patrimonio de la Humanidad. Junto a ella se encuentra la Torre Pey-Berland, un enorme campanario de 66 metros de altura que se alza como otro símbolo de la ciudad.

No muy lejos es posible conocer la torre Grosse Cloche, que resguarda un reloj que se ha convertido en un símbolo de la localidad. Ésta es, además, una de las seis puertas de acceso al Viejo Burdeos y la más antigua, que literalmente marca el ritmo de toda la ciudad. Entre las puertas más hermosas, hay que conocer también la de Calihau, Dijeaux y Borgoña.

Caminando hacia el río se halla la Basílica de San Miguel, construida entre los siglos XIV y XVI con un particular estilo gótico. Ésta merece una visita a su interior, pues alberga obras que son parte de la historia mundial del arte, como La Apoteosis de Santiago. En el mismo barrio se encuentra el Mercadillo de San Miguel, donde personas de todo el mundo venden sus productos en los durante el mercado de las pulgas que se realiza los domingos; además, la zona tiene animadas terrazas y restaurantes.

En la parte norte de Burdeos se encuentra la Ciudad del Vino. Se trata de un museo de estilo vanguardista, que rompe con la estética clásica de la ciudad, para homenajear a la región vitivinícola por excelencia de Francia. En su interior es posible ver exhibiciones relacionadas con el vino y vivir una experiencia sensorial a través de entretenidas degustaciones.

Pero, para conocer en primera persona cómo se producen algunos de los mejores vinos del mundo, existe una ruta del vino por los alrededores de Burdeos, pasando por sus más destacadas bodegas. Para conocerlas hay que planificar un recorrido por lugares como el pueblo de Saint-Emilion, la villa de Libourne, la ciudad de Sauternes, Sainte-Foy-La-Grande y la ciudad de Castillon-La-Batalle, entre otros.

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