Casablanca
Con
una historia bastante más reciente que otras ciudades turísticas de Marruecos,
como Fez y Marrakech, Casablanca de todas maneras sorprende con sus
espectaculares paseos frente al Atlántico, mezquitas, zocos y medinas.
Casablanca
también es una ciudad playera, con una cara moderna y afrancesada que resalta
entre los que se acostumbra a ver en el país.
Cuándo ir
Cualquier
momento es bueno para visitar Casablanca, pues esta ciudad tiene la ventaja de
gozar de buen clima durante todo el año, aunque por supuesto el verano siempre
será la mejor época para así disfrutar de sus playas. Esta última estación es
cálida, mientras que los inviernos bastante templados, aunque un poco
lluviosos.
Clima
El
clima de Casablanca es templado a lo largo de todo el año. En verano los
termómetros suelen alcanzar máximas de 29°C, con muy poca oscilación térmica. A
medida que se comienzan a desarrollar los meses fríos las temperaturas
descienden, pero nunca bajan de los 19°C en invierno, con mayores
probabilidades de lluvia entre noviembre (el mes más lluvioso) y marzo.
Gastronomía
Casablanca
reúne los principales sabores de la cocina marroquí, que se repiten a lo largo
de todo el país. Así, entre las preparaciones más tradicionales y fáciles de
encontrar en los restaurantes de comida local están el cuscús, granos de sémola
que se preparan con diversos ingredientes, sobre todo verduras. Otro clásico es
la harira, una sopa que contiene
garbanzos, tomate, harina, fideos, cebolla y arroz, todo muy especiado.
De
igual forma, hay que probar la ensalada marroquí, hecha en base a pimientos,
berenjenas, tomates y aceitunas, entre otros ingredientes. Lo mismo con el
tajine, un estofado de carne cocinada a fuego lento.
Qué ver
La
mayoría de los viajeros coincide en que la mejor forma de partir un recorrido
por Casablanca es en la Mezquita de Hassan II. Se trata de la segunda más
grande del mundo después de La Meca y, por suerte, permite el acceso a los no
musulmanes, algo poco frecuente en Marruecos. Ubicada de cara al mar, impacta
por su hermosa fachada y también por sus construcciones interiores, que vale la
pena recorrer junto a un guía que narre su historia.
Por
fuera de la mezquita transcurre el Boulevard de La Corniche, un paseo de cerca
de tres kilómetros para conocer uno de los barrios más exclusivos de
Casablanca. El recorrido pasa por el faro de El Hank y culmina en el Morocco
Mall y el zoco, un lugar ideal para comprar recuerdos típicos. Además, en torno
al boulevard se desarrolla toda una oferta gastronómica y nocturna, como
también hermosas playas como Lalla Meryem y Aïn Diab.
Antes
de dejar La Corniche se puede visitar el islote sobre el que se alza el
Santuario de Sidi Abderrahman, un sitio que sólo permite el acceso a
musulmanes, pero en torno al cual se ha desarrollado una hermosa medina ideal
para recorrer a pie.
Casablanca,
cómo no, también tiene su propia medina, aunque ésta se desarrolló durante el
siglo XIX, a diferencia de las de Fez y Marrakech, que datan de miles de años
atrás. Se ubica muy cerca de la Mezquita de Hassan II y se compone por calles
laberínticas que dan a parar a entretenidos zocos, hasta llegar a la plaza de
Sidi-Bou-Smara. Muy cerca se alza también la Torre del Reloj, en plena plaza de
las Naciones Unidas.
Hacia
el sur de la medina se encuentra la zona moderna de Casablanca, con hermosas
construcciones de estilo art-decó. Allí se encuentra también la plaza Mohammed
V, rodeada de edificios como la Oficina de Correos, el Banco de Marruecos, el
Consulado de Francia y el Tribunal de Justicia.
A
pocas cuadras está el Parque de la Liga Árabe, una de las zonas verdes más
grandes de Casablanca, ideal para despejarse y disfrutar del silencio de este
oasis natural. Vale la pena caminar por su avenida escoltada por palmeras hasta
llegar a la Catedral del Sagrado Corazón, uno de los sitios más lindos de la
ciudad.
Otro
barrio imprescindible es Habbous, conocido como la nueva medina. Éste fue
desarrollado por lo franceses a principios del siglo XX y guarda decenas de
entretenidos zocos en los que se vende, como siempre, absolutamente de todo.
Habbous es también el hogar del Palacio Mahkama Pacha, donde se encuentran
algunas oficinas de Gobierno rodeadas por impresionantes patios y estancias.