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Catania

Catania

Catania, una de las ciudades más pobladas de Italia, se encuentra en la costa este de la isla de Sicilia. Al borde del monte Etna, el volcán más grande de Europa, fue fundada en el siglo VIII a.C.

Antiguo puerto, la ciudad está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su riqueza arquitectónica construida después del terremoto en 1693. En un viaje por Sicilia no puedes dejar de ir: Catania está llena de historia y personalidad, comerás riquísimo y podrás conocer uno de los volcanes más activos del mundo.

Cuándo ir

La mejor época para visitar Catania es de mitad de primavera a mitad de otoño; es decir, de abril a octubre. Si quieres disfrutar temperaturas suaves y escasas precipitaciones, en mayo, junio, mediados de septiembre y octubre disfrutarás los momentos de menor afluencia y el buen tiempo, además de encontrar los mejores precios y más disponibilidad de alojamiento y excursiones.

Si, por el contrario, lo que buscas es pasar tiempo en la playa, sin duda el verano es la mejor época. En agosto, además, es el Festival de Tango de Catania, que dura una semana. 

Clima

El clima de Catania es mediterráneo, con inviernos templados y moderadamente lluviosos, y veranos calurosos y soleados. La temperatura media oscila entre los 10°C en enero (con mínimas de 5°C) y los 25 °C en agosto (con máximas de 32°C). Con respecto a las precipitaciones, en Catania caen 550 milímetros de lluvia cada año, concentradas en el otoño y el invierno. El verano es casi seco.

Gastronomía

Si algo caracteriza a Catania, al igual que toda Sicilia, es la pasta, los arancinis y el pescado fresco, por lo que en tu visita a esta ciudad vas a tener mucho para probar.

Para el desayuno o la merienda de los días de calor, nada mejor que una granita con brioche. La granita es un granizado y los hay de varios sabores: pistacho, almendras, limón, naranja, chocolate. Si bien pueden comerse por separado, es típico pedirlos juntos, abrir el brioche y untar la granita.

El pescado y el marisco son protagonistas. Hay platos elaborados como la pasta con il nero di seppie (pasta con tinta de sepia) y el sarde beccafico (sardinas envueltas con pan rallado, pasas y piñones), y en la La Pescheria, el mercado de pescados, encontrarás, por ejemplo, mariscos con limón listos para comer.

Si lo tuyo no es el pescado, en Catania una de las experiencias más características que puedes vivir es la del arrusti e mangia; es decir, asar y comer. El corazón de esta tradición se encuentra en Vía Plebiscito, donde destacan las trattorias que asan carne de caballo, una auténtica especialidad de la zona.

Si tienes ganas de probar comida callejera, el arancino es sin duda el rey, una especie de albóndiga, empanizada y frita, rellena de ragú. Si quieres comerla en un lugar típico, ve a la Antica Rosticceria Catanese, que está abierta desde 1907.

Y como en toda Italia, la pasta tiene un lugar primordial. Tal vez el plato emblemático de Catania sea la pasta alla norma, que lleva salsa de tomate, berenjena frita, ricota y albahaca. Los spaghetti alla carrettiera, de la época en que los carreteros transportaban mercancías de una ciudad a otra y querían comer algo rico con ingredientes fáciles de llevar, son otro plato típico: un buen chorro de aceite siciliano, ajo crudo, pimienta y queso pecorino rallado. En el centro histórico encontrarás restaurantes donde probarlos.

Los postres también tienen un lugar muy especial en la gastronomía de Catania. Destacan la minne di Sant'Agata (bizcocho, ricota dulce y pasta real con una cereza confitada roja) y el cannolo (una masa crujiente rellena de ricota dulce), que puedes conseguir en cualquier pastelería.

Qué ver

Tu visita a la ciudad puede empezar en Piazza del Duomo. En su centro se encuentra la Fuente del Elefante, que dicen que tiene el poder de apaciguar la ira del volcán Etna. Allí también está la catedral de Catania, cuyo interior está dedicado a Santa Agatha, la mártir patrona de la ciudad, y donde descansa Vincenzo Bellini, el compositor clásico nacido en la ciudad en 1801. Detrás se encuentra la Pescheria, el mercado de pescados (que abre temprano en la mañana), y muy cerca se encuentra el Teatro Romano, que data del año 300 a.C. y cuya arquitectura y bóvedas quedan ocultas desde la calle.

Recorriendo la Vía Etnea, la calle principal de Catania, podrás hacer compras en las tiendas, tomar un café y comer algo en una de las tantas pastelerías. Y si el día está despejado, podrás ver la silueta del famoso volcán Etna. También están los jardines de Villa Bellini, el parque público más antiguo de Catania, con un hermoso reloj floral. En la Piazza dell' Universita hay dos magníficos palacios: el Palazzo dell' Universita, que alberga la antigua universidad, y el Palazzo San Giuliano, con una hermosa fachada y patio interior. Cerca de allí se encuentra el Teatro Massimo Bellini, construido a finales del siglo XIX, bellísimo por dentro y por fuera.

Vía Crociferi, por su parte, podría ser apodada la calle de las iglesias: destacan la San Francesco, que posee un candelabro gigante, y la de San Benedetto, que se dice fue construida en una noche. También destaca el antiguo monasterio benedictino de San Nicolò l'Arena, que ahora alberga una parte de la universidad, y es el segundo más grande de Europa.

Otro sitio interesante es el Castillo Ursino, una antigua fortaleza normanda donde se encuentra el Museo Municipal, con una importante colección arqueológica. Originalmente estaba situado sobre un acantilado, lo cual es difícil de imaginar hoy en día: está un kilómetro tierra adentro debido a los terremotos y la erupción del Etna en 1669, que cambiaron completamente el paisaje. 

La cereza del postre de toda visita a Catania seguramente sea ascender al Etna. Si vas sobre el final de la tarde, disfrutarás de la puesta de sol sobre el volcán más activo del mundo. 

Otras actividades que puedes hacer en Catania son bucear y hacer esnórquel o kayak en el Área Marina Protegida de las islas Cíclope para admirar las formaciones volcánicas. Otra opción es conocer el lugar navegando en barco por las costas y observar los farellones y la fauna marina con tranquilidad.

En los alrededores de Catania hay pueblos y ciudades muy interesantes para conocer: la pequeña ciudad barroca de Acireale, famosa por sus numerosas iglesias; Taormina, una pequeña y hermosa ciudad con uno de los teatros mejores conservados del mundo; Siracusa, conocida por su casco antiguo; la isla de Oritigia y el parque arqueológico de Neapolis; el Valle de los Templos, catalogado como Patrimonio de la Humanidad, un sitio arqueológico con ruinas de la ciudad de Agrigento; y la playa de Scala dei Turchi, donde los acantilados de piedra caliza blanca se sumergen en el mar.

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