Es la puerta de entrada al enorme complejo arqueológico Maya que se ubica en sus alrededores y una experiencia que se debe vivir sí o sí durante un recorrido por Centroamérica. Copán Ruinas es, sin duda, un lugar que hay que visitar ahora, antes de que las miradas de los turistas se posen sobre él.

La mejor época para visitar Copán Ruinas es entre diciembre y abril, con temperaturas agradables y menores probabilidades de lluvia que en el resto del año.

El clima en Copán Ruinas es bastante similar a lo largo de todo el año, con temperaturas máximas de 23°C entre noviembre y febrero, y un termómetro que puede alcanzar los 27°C el resto del año. Las precipitaciones ocurren en cualquier período, pero los meses que más lluviosos son de mayo a noviembre.

La comida típica de Copán Ruinas combina las técnicas precolombinas con la herencia de la cocina española, siendo el maíz y los frijoles los ingredientes más utilizados. En caso de ir a comer a un restaurante local, los recomendados son los ticucos, la baleada, los totopostes, los tacos hondureños y, de postre, la deliciosa quesadilla hondureña.

La ciudad cuenta con una buena oferta gastronómica que se desarrolla principalmente en torno al Parque Centro América. Allí es fácil encontrar no sólo opciones de comida típica, sino también restaurantes de cocina internacional y acogedores bares para tomar un trago por la noche.

No existe quien llegue a esta ciudad sin la intención de conocer las famosas Ruinas de Copán. Declaradas Patrimonio Arqueológico de la Humanidad por la UNESCO, esta ciudadela maya fue descubierta durante el siglo XVI y, a pesar del paso del tiempo, aún es posible contemplar la majestuosidad de sus vestigios. Entre plazas, templos, un área donde se desarrollaba el juego de pelota y una acrópolis, internarse en este lugar que estuvo sumido en medio de la selva por siglos es dar un verdadero viaje al pasado.

Dentro del complejo arqueológico se encuentra también uno de los lugares más llamativos: el templo de Rosalila. Construido en el año 571 d.C., funcionó como un espacio ceremonial donde se le rindió culto al rey de Copán y ha logrado mantenerse intacto gracias a que encima se construyó una pirámide que lo protegió del paso del tiempo.

Hacia el noroeste está el sitio arqueológico Rastrojón, poco conocido y descubierto por casualidad recién en 1979. En él es posible sorprenderse con las impresionantes residencias talladas en piedra sobre las cuales parece no haber pasado el tiempo. 

Para conocer un poco más sobre la historia de los Mayas, en la ciudad se encuentra el Museo Arqueológico Maya, que conserva gran parte de los objetos que se encontraron junto con el descubrimiento de las ruinas.

Más allá de la herencia cultural que dejaron los Mayas, en las afueras de Copán Ruinas se localiza el Parque de Aves y Reserva Natural Montaña Guacamaya, que protege a 181 aves nativas de Honduras y Centroamérica. Allí es posible interactuar con las aves y observarlas de cerca.