Creta
Creta es un paraíso en el mar Mediterráneo. Tanto si dispones de un par de días como de dos semanas para visitar esta isla, la más grande de Grecia, siempre tendrás algo que hacer y ver.
Desde algunas playas de aguas cristalinas y paisajes bellísimos donde hacer senderismo, como la garganta de Samaria, hasta la hospitalidad y amabilidad local que hacen que la visita a la isla sea una experiencia aún más especial, pasando por una rica historia que se remonta a una de las primeras civilizaciones de Europa, pueblos tradicionales como Chania, Rethymno y Agios Nikolaos, una vida nocturna animada y una gastronomía basada en ingredientes frescos y locales, Creta es un destino al que entregarse con tiempo y disfrutar con todos los sentidos.
Cuándo ir
El mejor momento para visitar Creta es el verano, de junio a agosto. Durante este período las temperaturas son cálidas, no llueve y el sol brilla durante la mayor parte del día, lo que es perfecto para disfrutar de las playas y actividades acuáticas. Sin embargo, ten en cuenta que esta es también la época más concurrida del año. Si prefieres evitar las multitudes y disfrutar de un clima más suave, puedes visitar Creta durante primavera (abril y mayo) u otoño (septiembre y octubre). Además, en primavera la isla está cubierta de flores silvestres y en otoño puedes disfrutar de la cosecha de uvas y aceitunas.
Clima
El clima de Creta es mediterráneo, lo que significa que es cálido y seco en verano, y suave y húmedo en invierno. Además, al ser una isla grande su clima varía ligeramente en diferentes partes. En la costa norte, donde se encuentran las ciudades de Chania y Heraklion, el clima es más húmedo y fresco que en la costa sur, que es más seca y cálida. En las montañas de Creta, por su parte, el clima es más fresco que en la costa y hay más lluvias y nieve en invierno.
Los veranos son largos y calurosos, con temperaturas que pueden superar los 30 °C en julio y agosto. De todas formas, la amplitud térmica permite disfrutar de noches frescas y placenteras.
Durante el otoño y la primavera el clima permanece cálido, aunque la probabilidad de lluvias y tormentas es mayor que durante el verano. Las temperaturas varían entre 24 °C y 17 °C, y el promedio mensual de precipitaciones es de 30 mm en primavera y 70 mm en otoño. El invierno en Creta es templado, con temperaturas entre 13 °C y 17 °C, pero a la vez lluvioso, ventoso y recibe pocas horas de sol.
Gastronomía
Una de las mejores excusas para visitar Grecia es disfrutar de su excelente oferta gastronómica, y Creta no es la excepción. Una de las especialidades de la isla son los sabrosos quesos, como variedades como el queso feta, el mizithra, el kefalotyri y el kefalograviera, y muchas de sus recetas los tienen como protagonistas. Algunos ejemplos son la kalitsounia, una especie de empanadita dulce rellena de queso mizithra, miel y canela; el dakos, una tostada de pan de cebada sobre la que va una mezcla de tomate, queso feta, aceitunas y aceite de oliva; y el saganaki, un queso (kefalotyri o kefalograviera) frito que se sirve caliente y dorado.
Si te gusta la carne, en Creta encontrarás el souvlaki, dados de carne de cerdo que se ensartan en una brocheta y se asan, y luego se sirven en un pan pita junto con ensalada, tomates, cebollas, papas fritas y salsa tzatziki (una salsa típica de yogur con pepino y ajo); el apaki, carne de cerdo marinada y ahumada, cortada en rodajas finas; y el kleftiko, un plato de carne guisada en un horno de leña durante varias horas. Si llevas una dieta vegetariana o vegana, las dolmadakia, hojas de parra rellenas de arroz, hierbas y especias, te encantarán.
Los restaurantes de comida tradicional se concentran en el centro histórico y en la zona del puerto de Heraklion, en el casco antiguo de Chania, en las calles cercanas al mar de la ciudad de Rethymno, y en la zona del puerto y la calle Akti Koundourou en la ciudad de Agios Nikolaos. Si vas a las montañas de Lassithi, las aldeas de Mochos, Krasi y Kritsa son algunas de las zonas donde puedes encontrar bares y restaurantes locales.
Qué ver
El lugar de entrada en un viaje por Creta es su capital, Heraclión. Aunque no es una de las ciudades más llamativas de las islas griegas, merece recorrer las calles de su casco histórico y conocer algunos de sus edificios más significativos, como la fortaleza de Koules, del siglo XIII, la catedral de Agios Titos, levantada por el imperio bizantino tras la expulsión de los árabes de Creta en el año 961, o la catedral de San Minas.
Para aprender sobre la civilización minoica, la más antigua de toda Europa, el palacio de Knossos es el sitio. La isla de Creta es famosa por la leyenda del Laberinto del Minotauro. Según la mitología, el minotauro era una criatura con cuerpo de hombre y cabeza de toro concebido como castigo de los dioses a Minos, quien había desafiado a Poseidón. El rey encerró al minotauro en el laberinto, alimentándolo con sacrificios humanos que fueron enviados desde Atenas como tributo a Creta. El príncipe Teseo, que decidió a acabar con el tributo humano, se ofreció para ser uno de los sacrificios y, con la ayuda de la hija de Minos, Ariadna, rechazó derrotarlo en una lucha a muerte. Se cree que el Laberinto del Minotauro se debe encontrar en los terrenos del palacio de Knossos, a unos kilómetros de Heraclión.
Tras Heraclión, la segunda ciudad en importancia en Creta es la bellísima Chania o La Canea, donde tendrás otra aproximación a la historia de Creta. Durante el recorrido encontrarás mansiones, fortalezas venecianas, museos, fuentes e iglesias que ofrecen un encanto único. Muy cerca está la laguna de Balos, con montones de tonos de azul que se funden con la arena blanca. Puedes ir en vehículo o navegando, con la gran ventaja de que, además de ver la laguna, pararás en la isla de Gramvousa, inaccesible de otra forma, que tiene una playa espectacular y una fortaleza en lo alto de la isla con vistas preciosas.
A 40 kilómetros al sur de Chania puedes visitar el Parque Nacional Samaria Gorge. Si disfrutas del senderismo, puedes hacer una caminata de tres horas y llegar a las puertas de Hierro, uno de los puntos más destacados para tomar fotografías y apreciar la magnitud de la naturaleza. También hay un recorrido espectacular de unos 16 kilómetros que atraviesa la garganta de Samaria, que comienza a más de mil metros, atraviesa un desfiladero y acaba a orillas del mar.
A mitad camino entre Chania y Hereclitón se encuentra Rétino (Rethymno), la tercera ciudad en importancia de Creta. Tiene un casco histórico súper cuidado, con flores por todas partes, y palacios con patios venecianos.
A unos 20 kilómetros se encuentra el monasterio ortodoxo de Arkadi, uno de los edificios religiosos más interesantes de Creta. De estilo románico y barroco, se levantó durante la época veneciana. Los habitantes del pueblo lo destruyeron antes de que los turcos lo tomaran, por lo que ha sido reconstruido. La cueva de Zeus, por su parte, es una de las tantas cuevas subterráneas que hay en Creta, un mundo de estalactitas y estalagmitas que dista mucho de la típica imagen de Creta, mientras que el yacimiento arqueológico de Gortina es uno de los mejor conservados y más interesantes de Creta. Se encuentra un poco más al sur y ofrece un viaje al pasado gracias a los restos de un importante asentamiento minoico y su posterior desarrollo en la época romana.
Hacia el suroeste de la isla, sobre la costa, se encuentra un pequeño pueblo de pescadores, Lutró (Loutro). Es el típico pueblito griego con casas blancas y puertas azules frente a una playa de aguas súper azules. Lo más maravilloso es que solo se puede acceder vía ferry, por lo que puedes imaginarte la tranquilidad del lugar.
Del otro lado de la isla, al este, se encuentra Agios Nikolaos, un lindo pueblo ideal para hacer base y explorar los alrededores. Uno de esos sitios es la pequeña isla de Spinalonga, con un rico pasado que incluye incursiones árabes, la conquista veneciana y la ocupación otomana. Es interesante el dato de que originalmente no era una isla, sino que fueron los venecianos los que, literalmente, cortaron este promontorio para separarlo de suelo cretense, y construyeron en lo alto un fuerte militar. Fue el último reducto veneciano en Creta antes que pasara a dominio otomano en 1715. Durante el siglo XX acogió una colonia de leprosos durante más de 50 años (hasta 1957), una de las últimas de Europa.
Playas
Ahora sí, lo que seguramente estabas esperando: las playas de Creta, el momento de descanso. Conocidas por su incomparable belleza, con aguas en diferentes tonos de azul y arena fina, están rodeadas por un entorno natural que profundiza aún más la sensación de tranquilidad y bienestar.
Algunas de las costas más pintorescas son Balos y Elafonisi en la provincia de Chania. La impresionante playa de Balos, en la laguna del mismo nombre, es accesible por un caminito de quince minutos con un hermoso paisaje, tras el que te topas con una panorámica inolvidable. Elafonisi toma su nombre de la isla que hay justo frente a ella, a la que podrás llegar caminando. Es famosa por su arena de color rosado que adquiere estas tonalidades gracias a los restos de pequeñas conchas marinas, y por sus fresquitas aguas turquesas.
A 50 kilómetros de la ciudad de Chania se encuentra la playa de Falassarna, principal destino de los surfistas que visitan la isla. En la costa este de la isla se encuentra Vai, una de las playas más bellas y recomendadas por su entorno natural rodeado de palmeras.