Con la llegada del tren en 1863 y debido a la influencia que ejercía el duque de Morny en la corte de aquel momento -quien sostenía que pasar temporadas de descanso en las costas era beneficioso para la salud-, la pequeña localidad comenzó a crecer. A partir de entonces se construyeron grandes residencias vacacionales e incluso algunos palacios, por lo que Deauville pasó a conocerse como un destino caracterizado por la elegancia.

Actualmente la ciudad cuenta con numerosos hoteles, restaurantes, un casino y dos hipódromos. Además, está comprometida con la protección de su patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico con el fin de preservar su identidad.

Lo más aconsejable es visitar Deauville durante los meses de verano, principalmente en julio y agosto, ya que las temperaturas son más agradables y te permitirán disfrutar de la playa y de las actividades al aire libre. Si eres amante del cine, durante septiembre se celebra el Festival de Cine Estadounidense de Deauville, en el que durante diez días se proyectan películas las 24 horas y se realizan diferentes actividades abiertas al público.

El clima en Deauville es marítimo-oceánico, por lo que sus días suelen ser húmedos o lluviosos durante prácticamente todo el año. En invierno las temperaturas oscilan entre los 3 °C de mínima y los 9 °C de máxima, mientras que en verano los días rondan entre los 14 °C y los 22 °C. El mes más frío es enero y los más cálidos, julio y agosto. Si bien son normales las precipitaciones en cualquier momento del año, de fines de septiembre a principios de febrero es la temporada más lluviosa, mientras que diciembre es el mes más seco.

La gastronomía de la región normanda es, sin duda, uno de sus mayores atractivos. Puedes degustar desde una amplia variedad de pescados, ostras, mejillones, vieiras, caracoles marinos y demás mariscos, hasta su famosa carne de cordero pré-salé, de particular sabor debido a su alimentación con pasturas ricas en sal y yodo. Son frecuentes también los platos elaborados con pato, como el canard à la rouennaise (pato a la sangre), las preparaciones con carne vacuna de raza Normando y algunos embutidos como las salchichas y la morcilla. En cuanto a los productos lácteos, son muy famosos los quesos, muchos de ellos con denominación de origen, como el camembert, el livarot o el neufchâtel.

La región es también una gran productora de manzanas y se elaboran productos a partir de ellas. Puedes acompañar tus comidas con una copa de sidra, calvados o pommeau, un aperitivo hecho a base de calvados, y jugo de manzana. Una típica costumbre durante el almuerzo o la cena es la llamada trou normande (agujero normando), que consiste en beber una pequeña cantidad de calvados u otro aguardiente a mitad de una comida abundante para facilitar la digestión.

La mayoría de los restaurantes se encuentran en la zona cercana al puerto, en las calles aledañas a la Place Morny. En esta misma zona también puedes encontrar cafeterías, boulangeries (panaderías) y coctelerías.

Deauville es una ciudad muy ligada al mundo de los caballos: allí se llevan a cabo distintas carreras y subastas y funciona también como sede del mundial de polo, por lo que si estás interesado en este nicho, visitar sus hipódromos puede ser una gran opción. Muy cerca se encuentra la Villa Strassburger, una magnífica residencia construida a principios del 1900 y un excelente sitio para apreciar la típica arquitectura neo normanda por fuera y por dentro. Otro de sus lugares más icónicos es el Casino de Barrière, famoso en todo el mundo por su majestuosa construcción de enormes ventanales y lámparas de araña, repleto de bellísimos detalles en su interior. El edificio cuenta, además, con distintos restaurantes y un teatro de estilo renacentista.

Si disfrutas de las actividades al aire libre, a unos pocos kilómetros del centro de la ciudad se encuentra el Parc des Enclos Calouste Gulbenkian, un hermoso parque de 33 hectáreas ideal para disfrutar de una tranquila caminata. Se encuentra abierto de abril a octubre y puedes recorrerlo haciendo una visita guiada para no perderte ningún detalle de su historia.

En la dirección opuesta, pero también muy cerca del centro de Deauville, se encuentra la localidad vecina de Trouville-sur-Mer, a la que puedes llegar a pie si así lo deseas. En esta pequeña ciudad también encontrarás amplias playas y algunos otros sitios de interés como el Museo de la Villa Montebello, que cuenta con numerosos objetos, vestimentas, pinturas y manuscritos que ayudan a reconstruir la historia del lugar.

Por otra parte, si te apetece sumergirte aún más en la cultura local, no dejes de visitar la Place du Marché, un pintoresco mercado cubierto donde se agrupan distintos puestos construidos en madera. Allí podrás encontrar una gran variedad de alimentos regionales como pescado fresco, vinos, quesos y verduras, además de distintos objetos artesanales.

Por último, en los alrededores del centro encontrarás variedad de tiendas internacionales de moda, boutiques de decoración y galerías de arte.