Dubái
Dubái es una de esas ciudades que derrocha lujo y modernidad, pero que a su vez ha logrado mantener sus orígenes intactos. De un momento a otro se puede estar paseando por sus callejones, comprando en los zocos tradicionales y escuchando el llamado a rezo desde las mezquitas, y luego deslumbrarse con el edificio más alto del mundo, los impresionantes rascacielos, los centros comerciales que baten récords y las playas paradisíacas.
Cuándo ir
La mejor época para viajar a Dubái son los meses de noviembre a abril. Esto porque en verano las temperaturas suelen superar los 40°C, mientras que en los meses de enero y febrero suelen ocurrir las tormentas de arena en el desierto, impidiendo los entretenidos e imperdibles recorridos por él.
Clima
El clima en Dubái es sub-tropical árido y, dada su cercanía con el desierto, las temperaturas son altas durante todo el año. Las más bajas se registran en enero y febrero, con máximas de 25°C y mínimas de 10°C, mientras que en invierno los termómetros pueden llegar a marcar 42°C, con mínimas de 28°C. Las lluvias son escasas y no suelen ser un problema para visitar la ciudad.
Gastronomía
La cocina de Dubái está fuertemente influenciada por los sabores de Medio Oriente y es fácil encontrar platos de la gastronomía árabe. En ese sentido, el shawarma, el falafel, el tabbouleh y el humus son clásicos infaltables en cualquier carta. Para probar un poco de cada una de sus especialidades, lo mejor es asistir a un brunch que, generalmente, se dan los viernes.
Los mejores restaurantes de Dubai se encuentran en el centro de la ciudad, así como también en Jumeirah, Palm Jumeirah, Bur Dubai y Al Barsha.
Qué ver
Para comenzar un recorrido por Dubái, lo ideal es partir por el centro de la ciudad. Allí conviven la arquitectura futurista con los excesos y lujos tan característicos de la ciudad, donde el Burj Khalifa es, sin duda, el ícono. Se trata del rascacielos más alto del mundo, con 828 metros de altura, con diversos miradores para disfrutar Dubai desde lo alto. El más espectacular es el que se ubica en el piso 148, a 555 metros sobre la ciudad. Desde ahí se puede apreciar, también, la Fuente de Dubai, un lago artificial de 12 hectáreas que cada día, a las 18 horas, regala un espectáculo de luces y colores imperdibles.
Antes de dejar el centro, los amantes del shopping pueden dar una vuelta por The Dubai Mall, el centro comercial más grande del mundo, con más de 1.200 tiendas de todo tipo, desde las más clásicas hasta las más lujosas del mundo. Con un millón de metros cuadrados, definitivamente hay que destinarle un día completo.
Cerca del downtown, caminando hacia la costa, te adentrarás en el famoso distrito de Jumeirah, con espectaculares playas públicas de aguas cálidas en cualquier momento del año (incluso pueden alcanzar los 37°C en verano). Allí se alza la imperdible Mezquita de Jumeirah, además del Shopping Mall y decenas de cafeterías, tiendas y locales de todo tipo.
Continuando por la costa hacia el sur, es posible toparse con el famoso hotel Burj Al Arab y, más allá, con Dubai Marina y Jumeirah Beach Residences son dos lugares considerados entre los 50 barrios más cool del mundo. Playas y un bulevar lleno de restaurantes y tiendas son parte de la propuesta lujosa, moderna y entretenida de ésta área de la ciudad.
Pero para llenarse del auténtico espíritu del emirato, no hay nada como visitar el barrio de Deira o el Viejo Dubai, uno de sus más antiguos. Resulta entretenido perderse en sus callecitas y toparse con diversas mezquitas, además de los dos clásicos mercados: el Zoco del Oro y el de las Especias, donde es posible encontrar todo tipo de productos, artesanías y souvenirs. Vale la pena visitar la zona a la hora de almuerzo, pues en Deira están los mejores y más tradicionales restaurantes donde probar la comida típica de Dubai.
Por último, estando en Dubai no es posible dejar de visitar el desierto, con algunas de las mejores dunas del mundo. Paseos a camello, noches de camping, shows y deportes es parte de lo que se puede vivir en él.