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Francia

Estrasburgo

Estrasburgo
Situada en la frontera con Alemania, Estrasburgo impresiona por su centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad y sus casas de colores con entramados de madera de los siglos XVI y XVII.

Su proximidad con Alemania queda reflejada en su gastronomía y en su mercado de Navidad, el más antiguo de Europa. Esto le ha dado el apodo de la Capital de la Navidad, ya que durante todo diciembre hay once preciosos mercados navideños repartidos por las plazas y zonas más bonitas de la ciudad.

Cuándo ir

El mejor periodo para visitar Estrasburgo va desde mediados de mayo hasta finales de septiembre. Hay algunas tormentas por la tarde, algunos días frescos y lluviosos, y también algunos días muy calurosos, especialmente desde mediados de junio a mediados de agosto, pero en general el clima es agradable y disfrutable para estar al aire libre. Si en cambio quieres conocer los hermosos mercados navideños, diciembre es la época.

Clima

Estrasburgo tiene un clima templado continental, con inviernos fríos y veranos relativamente calurosos. Las precipitaciones son moderadas, aunque son más abundantes entre mayo y septiembre.

El invierno, de diciembre a febrero, es frío y gris, con temperaturas medias cercanas a cero. Sin embargo, hay épocas en que las máximas pueden alcanzar o superar los 10 °C, períodos con niebla y nubes bajas y épocas bajo cero y con nieve. En verano, de junio a agosto, las temperaturas son generalmente agradables, aunque a veces puede haber lluvia y tormentas eléctricas. La temperatura oscila entre los 14 °C en promedio de mínima y los 26 °C de máxima, aunque en ocasiones puede superar los 35 °C.

Gastronomía

En las calles estrechas de la Pequeña Francia podrás encontrar muchos Winstubs, cuyo origen era servir vino y, hoy en día, son el típico restaurante alsaciano, con un ambiente cordial e informal. Allí podrás probar platos como el Sauerkraut (chucrut), el Flammekueche (una tarta con crema, queso, cebolla y panceta), el Wädele (jamón), los Grumbeerekiechle (galletas de papa), los Lewerknepfle (salchichas de hígado), el Presskopf (paté de cabeza), quesos como el Bibeleskäs (queso fresco con ajo y finas hierbas) y el de estilo Munster, el bäckeoffe (una mezcla de papa, cebolla, carne y especias que se marina 24 horas antes de ser cocinada lentamente en una vasija de cerámica) y el tradicional kougelhopf (un brioche dulce con uvas pasas caracterizado por su forma de volcán).

En la Grande île tienes excelentes opciones donde comer, y en los alrededores de la plaza de la Catedral hay algunos de los mejores restaurantes de Linz.

Qué ver

Estrasburgo es atravesada por el río Ill y, como tal, está formada por varias islas. La más conocida es la Grande île, o gran isla, que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y el centro histórico de la ciudad, donde puedes admirar antiguas iglesias y palacios.

La catedral Notre-Dame de Estrasburgo es el símbolo de la ciudad y la catedral gótica más antigua del mundo. Construida entre el 1015 y el 1439, fue durante más de dos siglos el edificio más alto del mundo. Antes de subir a su campanario para disfrutar de las vistas, puedes entretenerte un buen rato con todos los detalles de la fachada y del interior, como el rosetón, el púlpito, el órgano y, sobre todo, con su precioso reloj astronómico.

En una esquina de la plaza de la Catedral se encuentra la casa Kammerzell, de tonos oscuros y estilo gótico, que se construyó en 1427. Impresiona por sus numerosas ventanas rodeadas de esculturas sacras y profanas, su planta baja de piedra y el ornamentado entramado de madera de los pisos superiores. Para visitar su interior y ver los frescos del pintor Léo Schnug, tienes que comer en su restaurante u hospedarte en el hotel. En la plaza de la Catedral también se encuentra el palacio Rohan, de estilo clásico, que alberga en su interior el Museo de Bellas Artes, el Museo Arqueológico y el Museo de Artes Decorativas. Si visitas la ciudad en diciembre, hay un mercado navideño gastronómico en la terraza del palacio, que se suma a los otros tantos que se realizan en diferentes plazas de la ciudad, incluida la de la Catedral, que alberga el mercado navideño más antiguo y famoso de Francia.

Muy cerca te encontrarás con la plaza Kléber, la principal y la más grande de Estrasburgo, y también con la plaza Gutenberg, que debe su nombre a Johannes Gutenberg, el inventor de la imprenta moderna.

Muy cerca se encuentra La Petite France, la región más pintoresca y visitada de Estrasburgo. Antiguamente, los curtidores, pescadores y molineros vivían y trabajaban allí debido a las aguas cercanas. Hoy en día las calles empedradas y las coloridas casas con entramados de madera que se reflejan en el agua invitan a pasear sin apuro, a sentarse en las mesitas de los cafés o a dar un paseo en barco por los canales.

Los Ponts Couverts, o puentes cubiertos, son un grupo de tres puentes y cuatro torres defensivas que marcan la entrada a La Petit France. Construidos entre 1230 y 1250 sobre el río Ill como defensa contra los ataques, antaño estaban cubiertos por techos de madera. A pocos metros de estos puentes se encuentra la Presa Vauban, que elevaba el nivel del río en caso de ataque, para así dificultar el avance del enemigo. En el interior de esta presa puedes ver diferentes esculturas y disfrutar de las vistas desde su terraza a los Ponts Couverts y al barrio de La Petit France.

Neustadt, o el barrio Alemán, es conocido por sus edificios de estilo prusiano alrededor de los jardines formales de la Place de la République, además del Teatro Nacional y la Biblioteca Nacional y Universitaria. Es el resultado de la ampliación de la ciudad realizada por Alemania durante su anexión entre los años 1880 y la Primera Guerra Mundial.

Para tomar aire fresco, ve al parque de la Orangerie, el más antiguo y grande de la ciudad, con más de 26 hectáreas. Puedes también disfrutar del lago, alquilar canoas o tomar un helado y observar cigüeñas en la copa de muchos árboles. Cerca del parque encontrarás las instituciones que hacen de Estrasburgo la capital de Europa: el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Si sigues el Parcours d'Europe, darás un paseo de 2,5 kilómetros por las instituciones europeas, con paneles explicativos e instalaciones lúdicas que marcan el recorrido.

Si dispones de tiempo, hay varios lugares en los alrededores que puedes conocer. Esta región, una de las más bonitas de Francia, se caracteriza por pueblos de cuento con casas de colores y magníficos paisajes de viñedos. Algunos de los imprescindibles son Eguisheim, Colmar, Riquewihr, Ribeauvillé y Kaysersberg.

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