Frankfurt
Probablemente al pensar en
Frankfurt lo primero que se venga a la mente sea un casco antiguo con edificios
construidos con el clásico entramado de madera, apacibles paseos junto al río
Meno y mucha historia. Sin embargo, esta ciudad guarda uno de los skylines más hermosos de Alemania,
compuesto por un distrito financiero rebosante de energía.
Cuándo ir
Hay dos épocas en el año que
son ideales para conocer Frankfurt: entre marzo y mayo, y de septiembre a
octubre. Simplemente son la mejor forma de evitar las bajísimas temperaturas
del invierno y los intensos días calurosos del verano.
Clima
El clima de Frankfurt es de
tipo oceánico templado, lo que no significa que los inviernos no sean crudos.
De hecho, en esta época los termómetros promedian los 4°C con altas
probabilidades de nieve, mientras que en verano se puede llegar fácilmente a
los 30°C.
Gastronomía
Los sabores de Frankfurt no
sólo tienen un origen alemán, sino que también están algo influenciados por la
cocina suiza, austriaca, francesa y holandesa. Los embutidos, la carne de
cerdo, algunos pescados y particulares preparaciones de verduras son parte de los
platos típicos de la ciudad.
Entre ellos se encuentran la
tradicional Frankfurter Würstchen,
una salchicha ahumada de cerdo que no se cocina, sino sólo se calienta, y suele
servirse con pan, verduras, papas y mostaza. Otro plato típico es el Handkast mit Musik, un queso que se
suele pedir como aperitivo acompañado con un vaso de sidra. También hay que
probar la frankfurter Rippchen, una
chuleta de cerdo curada cocida en caldo de carne, acompañada con puré de papas
y chucrut. La Grie Soß nunca falta, una
salsa verde hecha con cebollín, perifollo, borraja, perejil, pimpinela y
acedera, y es perfecta para acompañar las papas y huevos duros.
Como ya lo adelantábamos, para
tomar hay que probar el Apfelwein,
una sidra de manzana deliciosa y baja en gradación alcohólica, pues ésta ronda
entre los 5 y 7°. Las sidrerías más clásicas están en el barrio de
Sachsenhausen, la zona medieval que también reúne buenas tabernas y
restaurantes.
Qué ver
Nada como empezar por Alstadt o
la Ciudad Vieja de Frankfurt, donde el corazón es la plaza Römerberg. Los
edificios que la rodean datan del siglo XII y fueron construidos con el clásico
estilo alemán de entramado en madera. Eran el escenario de ferias comerciantes
y mercados, como también el lugar para celebrar algunas festividades
importantes. Allí se encuentra el Römer o Ayuntamiento, la famosa Fuente de la
Justicia, el Museo Histórico, la iglesia de San Nicolás y el Puente de Los
Suspiros.
A pocas cuadras está la
Catedral de San Bartolomé, que data del siglo XIII, aunque tuvo que ser reconstruida
dos veces, una tras un incendio en 1867 y otra después de los bombardeos de la
Segunda Guerra Mundial, en 1950. Vale la pena subir a lo alto de su torre gótica,
a la que se accede por una escalera de 328 peldaños para tener hermosas vistas
de la ciudad.
No muy lejos del Römer se alza el Museo y la Casa de Goethe, uno de los
escritores más famosos de Alemania. Hoy se puede conocer ésta, la residencia
donde Johann Wolfgang von Goethe nació y vivió, como también un museo que
guarda una biblioteca, además de pinturas y documentación relacionada a él.
Cruzando el río Meno está el
barrio de Sachsenhausen, parte del casco antiguo de la ciudad que se ha logrado
conservar de manera casi íntegra. Si bien no hay ningún monumento en particular
que ver, resulta entretenido pasear por sus callecitas conociendo sus numerosas
fuentes y escogiendo alguna de las clásicas tabernas para probar la Apfelwein, la clásica sidra de manzana
de la que ya te hablamos.
En la misma zona, los amantes
del arte y la historia no pueden dejar de dar un paseo por la orilla de los
museos o Museumsufer. Tal como lo indica su nombre, se alza junto al río Meno y
reúne a los museos Städel, Giersch, de la Comunicación, el Museo Alemán de
Arquitectura, al de Cine, al Etnológico al de Artes Decorativas, de los Iconos,
al Museo Judío de Frankfurt y al Histórico. En caso de hacer esta caminata un
sábado, será posible disfrutar del Mercado de Pulgas de la calle Sachsenhausen.
Pero Frankfurt no es sólo
historia y arquitectura clásica, pues también tiene un moderno distrito
financiero, considerado uno de los más importantes de Europa. La ciudad es
conocida por sus numerosos rascacielos que superan los 150 metros de altura,
que conforman el skyline más hermoso
del país. Allí se encuentra la famosa Main Tower, con su espectacular terraza
panorámica ubicada a 200 metros de altura y su restaurante circular ubicado en
el piso 53.
Para finalizar la visita por
Frankfurt y llenarse de naturaleza, hay que conocer el Palmergarten, un jardín
botánico de 22 hectáreas que guarda diversas plantas divididas en sectores,
como rosas, palmeras, además de fuentes, cascadas, lagos y senderos.