Isla de Jeju

Emergiendo como una joya volcánica en medio del mar de Corea del Sur, la Isla de Jeju es un destino que parece sacado de un cuento de hadas asiático. Conocida como "la Hawái de Corea del Sur", esta isla es famosa por su belleza natural, sus paisajes únicos formados por antiguos flujos de lava y su cultura insular particular. Jeju fue formada hace millones de años por erupciones volcánicas, lo que dio origen a maravillas geológicas como el Hallasan, la montaña más alta del país, y los túneles de lava de Manjanggul, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Más allá de sus paisajes surrealistas, Jeju seduce a los viajeros con cascadas, playas de arena blanca, jardines botánicos, museos temáticos y una cultura local singular que incluye a las famosas haenyeo, las mujeres buceadoras que pescan sin tanques de oxígeno.
Cuándo ir
La Isla de Jeju se puede visitar durante todo el año, pero hay temporadas especialmente mágicas. La primavera (abril a junio) es ideal para ver los cerezos en flor y los campos de colza amarilla que tiñen de oro el paisaje. El verano (julio a septiembre) es perfecto para disfrutar del mar y las playas, aunque es también la época más húmeda. En otoño (septiembre a noviembre) el clima es suave, el follaje otoñal pinta los senderos de tonos rojizos y se celebran festivales como el Festival de la Mandarina de Jeju (noviembre). El invierno (diciembre a febrero), aunque frío, ofrece una atmósfera tranquila y la posibilidad de ver la cima del Hallasan nevada. Para senderistas, fotógrafos o quienes huyen de multitudes, el otoño es la temporada estrella.
Clima
El clima de Jeju es templado oceánico, con inviernos suaves y veranos cálidos y húmedos. Las temperaturas promedio oscilan entre los 3 °C en enero y los 30 °C en agosto. El verano es la estación más cálida y lluviosa, especialmente en julio y agosto, cuando se registran la mayoría de los tifones. El otoño y la primavera ofrecen el clima más agradable: seco, con cielos despejados y temperaturas entre 15 °C y 25 °C. El invierno es mucho menos riguroso que en Seúl, con temperaturas entre 0 °C y 10 °C. Esto hace de Jeju un destino posible durante todo el año, adaptándose a todo tipo de viajero: desde los que buscan sol y mar hasta los que prefieren caminatas entre niebla y paisajes volcánicos.
Gastronomía
La cocina de Jeju está profundamente conectada con el mar y el suelo volcánico que le da una riqueza especial a sus productos. Uno de los platos estrella es el haemul ttukbaegi, una sopa de mariscos servida en cazuela de barro, repleta de almejas, camarones y calamares. El cerdo negro de Jeju (heuk-dwaeji), criado localmente, es otro ícono culinario, conocido por su sabor intenso y jugoso, que suele servirse a la parrilla o en estofados. No puede faltar el hanchi mulhoe, un plato refrescante hecho con calamar crudo marinado en salsa picante, ideal para los días calurosos. Y para el postre, nada como los productos elaborados con mandarina de Jeju, símbolo de la isla.
Qué ver
Subir al imponente Hallasan es una experiencia que conecta al viajero con el corazón volcánico de la isla. Este antiguo volcán, el punto más alto de Corea del Sur, ofrece rutas de trekking como Seongpanak y Gwaneumsa, que atraviesan bosques nublados, campos de flores silvestres y paisajes nevados en invierno. Desde la cima, se despliega una vista panorámica que abraza todo Jeju, y en días despejados se divisa hasta el océano. Es una caminata desafiante pero inolvidable, ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura.
Bajo tierra, el mundo se transforma en el Túnel de Lava de Manjanggul, una de las maravillas geológicas de la isla. Con más de 13 kilómetros de longitud, este tubo volcánico es uno de los más largos del planeta, aunque solo un tramo de 1 km está abierto al público. Caminar por su interior es como explorar las entrañas de la Tierra, con columnas de lava, estalactitas basálticas y un aire misterioso que lo convierte en uno de los patrimonios naturales más impresionantes de Jeju.
Las cascadas también tienen su lugar entre los íconos de la isla. Jeongbang Falls se lanza directamente al mar en una caída poderosa que genera una neblina salina única, mientras que Cheonjiyeon Falls fluye entre jardines subtropicales creando un entorno sereno ideal para paseos al atardecer. Ambas son perfectas para fotos memorables, y especialmente Cheonjiyeon cobra una magia especial cuando se ilumina por las noches.
El llamado "Pico del Amanecer", Seongsan Ilchulbong, es una parada imperdible. Este cráter de origen volcánico se alza junto al mar y ofrece uno de los amaneceres más emblemáticos de Corea. Subir sus empinadas escaleras al alba es casi un ritual entre locales y turistas. Desde la cima se observa la caldera coronada por pasto verde y vistas infinitas del océano. A sus pies, además, se puede observar el tradicional buceo de las haenyeo, las legendarias buceadoras de Jeju que recolectan mariscos sin tanques de oxígeno.
El esplendor espiritual de Jeju se vive en el Templo Yakcheonsa, un templo budista de arquitectura grandiosa situado entre colinas boscosas. Con miles de figuras de Buda y techos pintados con colores vibrantes, es un lugar ideal para conectarse con el silencio y la tradición. Quienes buscan experiencias distintas pueden participar en meditaciones guiadas o simplemente disfrutar del aire puro que rodea el templo.
Por su parte, el Jardín Botánico Yeomiji es un oasis de biodiversidad con invernaderos que recrean climas tropicales, mediterráneos y desérticos. Entre flores exóticas, lagos artificiales y esculturas al aire libre, este jardín invita a un paseo relajado que combina naturaleza y arte. También cuenta con una torre mirador desde donde se aprecian los distintos sectores del parque.
Para una pausa aromática, el Museo del Té O’Sulloc ofrece una experiencia sensorial entre campos de té verde. Con un diseño moderno y minimalista, el museo enseña la historia del té en Corea y permite degustar productos como helado de matcha, roll cakes de té y bebidas tradicionales. En los alrededores, los visitantes pueden caminar entre plantaciones ordenadas que parecen pinturas vivas.
Quienes buscan una experiencia fuera de lo común encuentran en Jeju Loveland un parque de esculturas eróticas que combina arte, humor y un enfoque liberal de la sexualidad. Sus más de 140 esculturas temáticas hacen del recorrido algo provocador y divertido, ideal para adultos curiosos. Es un lugar único en su estilo, que rompe con los moldes tradicionales de la cultura coreana.
Playas
Entre las playas más famosas de la Isla de Jeju se encuentra Hyeopjae Beach, conocida por su arena blanca, aguas turquesa y vistas directas a la isla de Biyangdo. Es perfecta para nadar, hacer snorkel y ver el atardecer, además de contar con una variada oferta de cafés modernos y restaurantes costeros.
Jungmun Saekdal Beach es el epicentro del surf en Jeju. Su arena multicolor y su oleaje constante la convierten en sede de competencias deportivas, mientras que los acantilados que la rodean permiten caminatas con vistas asombrosas. Está ubicada junto a complejos turísticos, lo que la hace una playa muy accesible.
Para quienes viajan en familia o prefieren aguas calmas, Hamdeok Beach es la elección perfecta. Sus aguas poco profundas y templadas la hacen ideal para niños, y en temporada alta se llena de actividades acuáticas, como banana boat y kayak. Además, su paseo costero ofrece lugares ideales para tomar fotos con el mar de fondo.
Si buscas una playa trendy y tranquila, Woljeongri Beach es la favorita de los jóvenes coreanos e influencers. Sus aguas cristalinas invitan al paddleboarding y sus cafeterías minimalistas junto al mar crean el ambiente ideal para relajarse, leer o disfrutar un café con vistas espectaculares.
Compras
Aunque Jeju no es un centro comercial como Seúl, ofrece experiencias de compras únicas en el mercado Dongmun, ideal para comprar productos locales frescos, snacks tradicionales y recuerdos artesanales.