Granada
Con
un pasado nazarí que dejó una impresionante herencia por parte de los sultanes,
Granada hoy convive con la cultura impuesta tras la conquista española, creando
un entramado único lleno de historia y belleza.
La
Alhambra, el Sacromonte, la Plaza Nueva, los tablaos flamencos y los barrios
antiguos son parte de una ciudad que no deja indiferente a nadie, y que hay que
incluir durante un viaje por Andalucía.
Cuándo ir
La
mejor época para visitar Granada es entre marzo y mayo, cuando se dan las
temperaturas más agradables del año. Eso sí, hay que evitar la Semana Santa y
la Fiesta de Las Cruces, pues atraen a miles de turistas y los precios suelen
subir.
Clima
El
clima de Granada es cálido y templado, con veranos de altas temperaturas, en
que los termómetros pueden alcanzar los 35°C, e inviernos muy fríos y
lluviosos. Así, las estaciones intermedias son las más adecuadas para visitar
la ciudad.
Gastronomía
Al
encontrarse en la región de Andalucía, Granada comparte muchos platos típicos
con otras ciudades, como es el caso del gazpacho. Esta sopa fría de tomates con
pimentones, cebolla y pepino es ideal para los meses de calor. Otro clásico son
las habas con jamón sofritas y cubiertas con caldo.
La
tortilla de Sacromonte es típica de Granada, aunque popular sólo entre algunos
paladares, pues contiene sesos y criadillas. Así también lo es la olla de San
Antón, una sopa de habas con judías mezcladas con diversas partes del cerdo
Qué ver
El
centro histórico de Granada está lleno de atractivos por visitar, pero de
seguro hay que partir por La Alhambra. Este conjunto de palacios fue construido
entre los siglos XIII y XIV durante el Reino Nazarí, para en 1492 terminar en
manos de los Reyes Católicos tras la conquista de Granada. Allí se pueden
visitar los palacios nazaríes y el Patio de los Leones, aunque vale la pena
dedicarle varias horas al complejo para conocerlo por completo.
Junto
a La Alhambra, en la cima del cerro del Sol, se alza El Generalife. Este lugar
fue construido como la residencia de verano de los sultanes nazaríes, que hoy
guarda impresionantes jardines hispanomusulmanes entre medio de acequias,
murallas y torres defensivas.
En
contraposición a la herencia nazarí de Granada, la Catedral se impone como el
símbolo de la conquista de los Reyes Católicos, con la consiguiente unificación
de España. Su arquitectura renacentista rebosa junto con las obras de arte que
se guardan en su interior. Además, en la Capilla Real se encuentran las tumbas
de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
Al
norte de la ciudad se alza el barrio del Albaicín, el más antiguo de Granada, construido
durante el siglo XI por la dinastía zirí. Se encuentra sobre una colina llena
de miradores con hermosas vistas a íconos de la ciudad, como La Alhambra.
Caminar por el barrio es llenarse de una mezcla arquitectónica entre las raíces
españolas y musulmanas que lo convirtieron en Patrimonio de la Humanidad para
la UNESCO.
Entre
El Albaicín y La Alhambra está la Plaza Nueva que, a pesar de su nombre, es
considerada la más antigua de la ciudad y está rodeada por edificios históricos.
No hay que dejar la zona sin antes pasar a visitar alguna de las teterías de la
calle Calderería o los bares para irse de tapas en la calle Elvira.
En
la Plaza Nueva comienza la Carrera del Darro, una hermosa calle que conecta con
el Paseo de Los Tristes. Este último está lleno de terrazas ideales para
visitar de noche, pues ofrecen hermosas vistas a La Alhambra iluminada. Además,
en sus alrededores se pueden visitar sitios como el Bañuelo, baños árabes del
siglo XI, las casas árabes de Zafra y algunas iglesias.
Otro
barrio imperdible es el de Sacromonte, enclavado en una montaña hacia el norte,
con hermosas vistas al casco histórico. Para comprender mejor de qué se trata,
es conveniente visitar el Museo Cuevas del Sacromonte, como también las cuevas
de La Rocío o María la Canastera. Además, en este barrio se reúnen las mejores
zambras de Granada, antiguas fiestas gitanas ideales para ver espectáculos de
tablao flamenco.