Guanajuato
De pasado minero y colonial, la
ciudad de Guanajuato es un tesoro histórico que bien merecida tiene su
denominación de Patrimonio de la Humanidad. Pasear por su centro histórico es
regresar a una época de auge y riqueza que, por suerte, se ha mantenido viva e
intacta.
Cuándo ir
Gracias a su clima templado,
cualquiera es un buen momento para visitar Guanajuato. Eso sí, hay que
mencionar que entre abril y junio son los meses más calurosos, que coinciden
también con la temporada de lluvias. Además, cabe destacar que en octubre se realiza
el Festival Internacional Cervantino, que atrae a muchos turistas.
Clima
Guanajuato goza de un clima
cálido y templado a lo largo de todo el año. Durante el invierno las máximas
van de los 20 a los 22°C, mientras que en verano los termómetros suelen
alcanzar los 30°C, coincidiendo también con la temporada lluviosa.
Gastronomía
La tradición culinaria de
Guanajuato es una combinación perfecta entre sus raíces indígenas y la herencia
colonial española, creando platos bastante diferentes a lo que normalmente
asociamos a ciudades como, por ejemplo, Ciudad de México, aunque siempre
manteniendo los ingredientes clásicos.
Entre las preparaciones más
tradicionales figuran las enchiladas mineras, tortillas rellenas con queso
fresco, cebolla o carne, bañadas con salsa de chile y acompañadas con papas y
zanahorias. También están las guacamayas, sándwiches con chicharrón y pico de
gallo, bañados en salsa de chile muy picante.
Qué ver
Durante el siglo XVIII,
Guanajuato vivió su auge minero, pues en este estado se explotaron las minas de
plata más ricas del mundo, generando así todo un auge que se ve reflejado en la
impresionante arquitectura de la ciudad. Un paseo por el centro histórico es sumergirse
en este Patrimonio de la Humanidad lleno de edificios barrocos y neoclásicos de
impresionante belleza.
El recorrido puede comenzar en
el Jardín de la Unión, el epicentro social histórico de Guanajuato. Desde allí
se ven la iglesia de San Diego y el Teatro Juárez, con sus pilares y las
icónicas estatuas de las nueve musas en el techo.
Desde el Jardín de la Unión es
pueden recorrer también las calles subterráneas. Se trata de canales de agua
que, hace muchos siglos, sirvieron para ordenar el cauce del río Guanajuato,
pero que actualmente son pasadizos secos convertidos en túneles coloniales.
Entre los más famosos están Miguel Hidalgo, El Pípila, El Minero, La Galereña y
la calle El Padre Belauzarán.
A pocas cuadras está la
Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, en plena plaza de La Paz. Desde
ahí vale la pena caminar y perderse por las callecitas de piedra, porque todo
el centro histórico está lleno de fachadas hermosas, buenos restaurantes y
rincones que devuelven al pasado. Uno de los más importantes es el Callejón del
Beso, un pasadizo tan estrecho que, si los vecinos se asomaran por sus
ventanas, podrían besarse.
Continuando por la Avenida Juárez
se llega al Mercado Hidalgo. Además de frutas, verduras y todo tipo de
ingredientes, allí se venden hermosas artesanías y souvenirs para llevar de
recuerdo.
Un poco retirado del centro
histórico se encuentra el Museo Regional de Guanajuato Alhóndiga de Granaditas.
Previo a la guerra de la independencia, este lugar funcionaba como un almacén
de grano, que las tropas españolas convirtieron en su fortaleza. El hoy famoso
minero El Pípila fue quien logró tomarse el lugar y rebelarse contra los
colonos, convirtiéndose así en todo un héroe de la ciudad, en torno al cual se
han levantado monumentos y miradores.
En caso de visitar este museo,
muy cerca se halla también el Museo y Casa de Diego Rivera. Vale la pena entrar
y dar una vuelta por la que fue su residencia, que hoy guarda invaluables obras
de arte de este famoso pintor.