A orillas del río Guayas, la ciudad de Guayaquil encanta a cada paso con su malecón, su arquitectura europea, la herencia de la colonia y con esos pequeños barrios pintorescos y bohemios que les dan vida a muchos de sus rincones.

Pero para conocer la ciudad, eso sí, hay que tener en cuenta que siempre hace calor, y mucho. Por eso es importante hacer la mayor parte de las actividades durante la mañana, para así disfrutarlas al máximo.

Cuándo ir

La mejor época para visitar Guayaquil es entre julio y noviembre, meses en los que las precipitaciones disminuyen considerablemente en comparación con el resto del año.

Clima

Guayaquil tiene un clima extremadamente húmedo y caluroso a lo largo de todo el año, con un promedio de 32°C de máxima en todo momento, y mínimas de 23°C. Sin embargo, se distinguen dos temporadas: una lluviosa y otra algo más seca. La primera transcurre entre diciembre y junio, y la segunda de julio a noviembre.

Gastronomía

Entre carnes y pescados, Guayaquil goza de una gastronomía bastante distintiva, pero con similitudes de algunos países vecinos. Un plato clásico es el seco, un estofado de pollo o chivo servido con arroz y plátano frito. Las carnes también se asoman en el arroz con menestra y carne, que combina diversos tipos de carne con arroz y legumbres.

Los amantes del pescado no podrán resistirse al ceviche, cuya diferenciación con respecto al de, por ejemplo, Perú, es que se aliña con el caldo aprovechado de otros alimentos. El encebollado también lleva pescado, pero en forma de caldo, un plato muy típico para pasar la resaca.

Qué ver

Bañada por las aguas del río Guayas, una buena forma de comenzar el recorrido por Guayaquil es caminando por el Malecón 2000, un lugar hermoso lleno de jardines, restaurantes y museos para disfrutar de sus 2,5 kilómetros de extensión. Entre los atractivos por los que pasa están el Hemiciclo de la Rotonda, la Torre Morisca, las placas a los Contribuyentes y algunos edificios administrativos, como el Palacio Municipal, la plaza de la Administración y el Palacio de la Gobernación de Guayas.

Al norte del malecón, el barrio Las Peñas es uno de los más antiguos de Guayaquil. Resulta muy pintoresco por sus casitas de colores y construcciones coloniales donde varios artistas se han instalado a vivir y trabajar, que lo llevó a convertirse en Patrimonio Cultural de Ecuador.

En Las Peñas se encuentra precisamente el cerro Santa Ana. Eso sí, conviene visitarlo durante la mañana, porque si no, el calor hará estragos al subir los 440 peldaños que conducen a lo alto. Al llegar arriba se encuentra el mirador del Faro, la iglesia del cerro Santa Ana y la plaza de los Honores, con hermosas vistas a la ciudad. Además, a medida que se sube por la escalera aparecen restaurantes y tiendas de artesanía.

Algunas cuadras hacia el interior desde el malecón se ubica el parque Seminario. Es el más antiguo de Guayaquil y se le conoce también como el parque de las Iguanas, porque está lleno de estos animales que, incluso, reciben comida por parte de las personas. Es justo allí donde se alza la Catedral Metropolitana de Guayaquil y otros edificios de herencia europea.

Frente a Guayaquil se encuentra la isla Santay. Como está a sólo 800 metros de la ciudad, se puede llegar a ella a pie o en bicicleta, aunque esta última es la mejor opción, pues permite recorrerla completa a través de su red de senderos de madera. Sorprende no sólo por sus paisajes naturales, sino también por sus manglares y por los cocodrilos que habitan en sus aguas, como también boas, iguanas, osos hormigueros, mapaches, ocelotes y murciélagos.

Al norte de Guayaquil se encuentra el Jardín Botánico, un increíble espacio de 5 hectáreas en el que habitan más de 800 especies de flora, más de un centenar de árboles y animales del Amazonas.