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Iquique

Iquique

La Tierra de Campeones se ha posicionado turísticamente como una ciudad llena de historia, entretención, buenas playas y compras a precios módicos. Sin embargo, sus alrededores están llenos de paisajes naturales de indescriptible belleza que se han convertido en visitas obligatorias para quien llegue a la capital de la Región de Tarapacá.

Cuándo ir

La mejor época para visitar Iquique es entre octubre y marzo, pues son los meses más cálidos de todo el año. Eso sí, durante enero y febrero se produce la temporada alta, con gran afluencia de turistas.

Clima

Iquique es una ciudad de clima agradable durante todo el año, cuyas temperaturas se ven bastante moderadas por la acción del mar. En verano éstas pueden llegar a los 26°C, con bastante humedad y una sensación térmica mayor, mientras que en invierno las máximas rondan los 18°C. Las lluvias son prácticamente inexistentes.

Gastronomía

Con la costa a sus pues, Iquique es una excelente ciudad para probar diferentes pescados y mariscos. En general se pueden encontrar fácilmente en los restaurantes del centro, en los alrededores de Baquedano y también de playa Cavancha. Como acompañamiento, la quínoa es un clásico, pues de a poco se ha convertido en el protagonista de la gastronomía regional.

Iquique también tiene la suerte de contar con deliciosas frutas tropicales, como mango, maracuyá y guayaba. Es fácil encontrarlas en los mercados y también en todos lados en forma de jugo o helado. Para tomar también es típico el pisco sour de limón de pica, con un sabor intenso y delicioso.

Como snack nunca puede faltar el chumbeque. Creado por M. Koo en 1920 –cuya receta ha sido traspasada familiarmente a lo largo de las generaciones–, es una barrita hecha con capas de hoja rellenas de miel natural o con sabor a frutas tropicales.

Qué ver

Un paseo por Iquique puede comenzar en el centro histórico, particularmente por el paseo Baquedano, que transcurre entre la Torre del Reloj y la plaza 21 de Mayo, en la costanera. Con sus casas típicas que parecen sacadas de los años 20, en este lugar es posible conocer sitios históricos como el Museo Naval de Iquique y el Palacio Astoreca.

Para rememorar los episodios de la Guerra del Pacífico, se puede llegar hasta el muelle Prat y tomar un paseo en lancha rumbo a la boya Esmeralda. Ésta marca el punto exacto donde se hundió dicho barco, cuya réplica se encuentra en la costa, en el Museo Corbeta Esmeralda.

Por la costa hacia el sur se halla la playa Cavancha, la más famosa de Iquique. Además, es la más grande y tiene olas muy buenas que la convierten en la favorita de los surfistas. La gente suele visitarla a partir de noviembre, gracias a la exquisita temperatura de sus aguas.

Antes de dejar Iquique, vale la pena recorrer el mall ZOFRI. Se encuentra en la zona portuaria y en su interior guarda cientos de tiendas de todo tipo que venden productos libres de impuestos. Es un clásico para adquirir productos de tecnología y también perfumes.

Si bien Iquique es muy atractiva en sí, sus alrededores tienen muchísimos parajes naturales e históricos que hay que visitar. Como las ex salitreras de Humberstone y Santa Laura, que guardan los vestigios de pueblos que vivieron en torno al auge del salitre hasta el año 1960. Declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad, las salitreras aún guardan parte de los escenarios que marcaron su vida cotidiana.

Hacia el interior es posible llegar al pueblo de La Tirana, que cada 16 de julio adquiere especial protagonismo por la fiesta de la Virgen del Carmen. Sin embargo, se puede conocer durante todo el año, para visitar la iglesia y el pueblo.

Otro lugar de interés es el oasis de Pica, donde se haya el pueblo que produce estos tan famosos limones. Muy cerca está también el Valle de Los Dinosaurios y algunas cochas, pozones de agua ideales para bañarse.

Si de relajarse se trata, lo mejor es acudir a la Termas de Mamiña, con varios lugares para disfrutar de sus aguas. Sin duda el más famoso son los Baños de Ipla, con pozones cuyas aguas pueden alcanzar los 45°C.

Hacia el altiplano se halla el Parque Nacional Salar del Huasco, ubicado a 4.500 metros sobre el nivel del mar. En su humedal es posible ver flamencos, parinas y auquénidos como llamas y vicuñas. Muy interesante resulta también el Parque Nacional Volcán Isluga, ubicado en la frontera con Bolivia. Allí se encuentran los géysers de Puchuldiza, un campo geotérmico que adquiere especial particularidad en invierno, cuando el agua que sale de los pozones se congela al tomar contacto con el aire, originando esculturas voladoras.

También es posible visitar los geoglifos de Pintados, un espacio natural que guarda cerca de 450 figuras diseñadas por los pueblos prehispánicos que habitaron la zona entre los años 700 y 1500 d.C., mediante los cuales guiaban a las caravanas de viajeros.

Antes de dejar la Región de Tarapacá, hay que conocer también la famosa laguna Roja. Ésta forma parte de las lagunas de Amuyo, donde existen otras dos de color amarillo y verde. Si bien no se sabe qué produce sus colores, se tiene certeza de que sus aguas están entre los 40°C y los 50°C.

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