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Valle de Limarí

Valle de Limarí
El valle del Limarí, a apenas 300 kilómetros al norte de Santiago, es conocido como el norte verde de Chile. Conformado por decenas de pequeños valles y quebradas con sus propios ríos y esteros, los cuales están intercomunicados entre sí, alberga desde el Parque Nacional de Fray Jorge y las termas de Socos en la costa, hasta viñedos en su interior, pasando por artesanías en lapislázuli y piedra combarbalita.

Sal de la ciudad para aprovechar al máximo tus días libres en familia, pareja o con tu grupo de amigos. El valle del Limarí es un destino tranquilo que combina días soleados, excelente gastronomía y el escenario perfecto para salir de la rutina, relajarte y disfrutar.

Cuándo ir

Puedes planificar un viaje a Limarí en cualquier momento del año. Si vas durante el invierno, de junio a agosto, tendrás más probabilidades de precipitaciones, nada que no se solucione con un impermeable o paraguas, ya que además serán muy escasas. Si quieres disfrutar la vendimia y los festivales, apunta marzo en el calendario.

Clima

El valle del Limarí posee un clima semiárido caracterizado por bajas precipitaciones, temperaturas templadas, cielos prácticamente despejados todo el año y la influencia constante de brisas marinas.

La temperatura máxima anual es de 23º C durante el verano, mientras que la mínima es de 7º C en invierno, aunque éstas varían según la cercanía al mar. El promedio de las precipitaciones también lo hace; en el interior del valle es de 300 milímetros, mientras que en la zona costera las medias oscilan entre 800 y 1.000 milímetros. En la noche es común la camanchaca o neblina costera, que aminora las temperaturas de la mañana, la cual se disipa alrededor del mediodía dejando entrar toda la luminosidad del sol.

Gastronomía

El valle del Limarí, así como toda la costa chilena, tiene una gran variedad de productos de la tierra y el mar que se conjugan en una gastronomía con identidad. Los quesos de cabra, aceites de oliva, pescados, mariscos, uvas y vinos de excelente calidad son los protagonistas. Mención aparte merecen las exquisitas papayas y chirimoyas con las que se elabora jugo, miel, bombones, confites y hasta helados que podrás conseguir en locales y puestos en la carretera más cercana a la costa.

La gran riqueza costera se nota en la variedad: se encuentran machas, locos, piures, chochas, erizos, lapas, choros, caracoles, lenguados, pichihuenes, merluzas, rollizos, viejas, sierra, vilagallos y jureles en abundancia y en diferentes presentaciones.

Uno de los grandes destacados del valle de Limarí es, sin duda, el cultivo de variedades de uvas blancas, como el sauvignon blanc, viognier y pinot gris, así como de variedades más frescas, como es el pinot noir y el syrah de clima frío. De entre todos destaca el chardonnay, con una marca registrada por su frescura y mineralidad.

El lugar donde encontrará más opciones dentro del valle de Limarí es Ovalle, la capital de la provincia. Pueblos con Tulahuen y Tongoy tienen pocas pero excelentes opciones, y los viñedos del valle ofrecen degustación de vinos con almuerzos especialmente marinados.

Qué ver

El valle del Limarí, en toda su extensión y diversidad de paisajes, desde la costa hasta los valles profundos, ofrece numerosas actividades y propuestas para tu viaje.

El Parque Nacional Fray Jorge es único, un bosque que crece en medio de una zona desértica costera a más de 1.250 kilómetros de distancia de su hábitat normal, un testimonio real de lo que fue el desierto de Atacama hace más de 30 mil años. Caminar por sus senderos de suaves pendientes te llevará a miradores desde los cuales podrás ver animales como halcones, perdices, pingüinos de Humboldt y zorros culpeo. En el interior del bosque te acercarás a las más de 440 especies de árboles y plantas nativas, y serás testigos de esta Reserva Mundial de la Biósfera.

El valle del Encanto es otro de los destacados, donde retrocederás en el tiempo siguiendo los rastros de sus primeros habitantes. Declarado Monumento Nacional, tiene dos kilómetros de extensión y resguarda vestigios de varias culturas prehispánicas, petroglifos y pictografías características de la cultura Molle, así como rastros de grupos cazadores que datan del 2000 a.C. Disfrutarás del paisaje, la flora y la fauna, así como de la historia y cultura del lugar. La vista al atardecer es hermosa.

Si buscas relax, las termas de Socos son ideales para calmar dolencias pero también para disfrutar y pasar un rato diferente. Encontrarás piscina, sauna, baños de tina y tratamientos de masaje.

Para disfrutar la noche de una forma diferente, agenda una visita al observatorio. Ya los antepasados ​​quedaron maravillados con el firmamento y lo retrataron en millas de petroglifos, particularmente la Cruz del Sur, cuyo nombre lleva el observatorio astroturístico más grande de Sudamérica. Con sus cuatro cúpulas de observación que simulan esta hermosa constelación, los potentes telescopios te invitan a dejarte magnetizar por el cielo.

Los recorridos por las bodegas son casi sinónimos de un viaje por el valle del Limarí. Encontrarás un puñado de ellas: Mal Paso, Concha y Toro, Bauzá, Chañaral de Carén y Tibalí. Podrás conocer más sobre el proceso, las características de las uvas de la zona, la historia del viñedo que decidas visitar y, por supuesto, degustar las variedades que cada una produce.

¿Sabías que en la provincia de Limarí es posible encontrar dos piedras únicas que ya las culturas prehispánicas usaban? Por un lado está la combarbalita, cuyo nombre proviene de esta comuna y fue declarada Piedra Nacional de Chile; y, por otro lado, el lapislázuli, anteriormente también piedra nacional. La pequeña localidad de Tulahuén, además de ser el lugar donde se refugió el fotógrafo chileno más importante de todos los tiempos, Sergio Larraín, también es el hogar de una de las únicas minas de lapislázuli en el mundo. Allí y en otros pueblos encontrarás artesanos que transforman la piedra en piezas delicadas como collares, anillos y más.

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