Blog
Expan Pro Blog
Portugal

Lisboa

Lisboa

La capital de Portugal tiene tantos íconos y emblemas por visitar, que sería difícil escoger por dónde partir. Quizás por la plaza del Comercio, la Torre de Belém o el elevador de Santa Justa. Da lo mismo. Lo que importa realmente es sumergirse en la cultura de esta ciudad que tanta historia y belleza tiene para mostrar.

Cuándo ir

La mejor época para visitar Lisboa es durante primavera y verano, o bien entre mayo y septiembre. Eso sí, la época estival es también la temporada alta, por lo que la ciudad se llena de viajeros.

Clima

Lisboa tiene un clima que varía de cálido a templado a lo largo del año. Los veranos son calurosos y las temperaturas máximas llegan fácilmente a los 28°C o incluso 30°C. En invierno, en cambio, las máximas alcanzan los 15°C con buenas probabilidades de lluvia, sobre todo entre los meses de octubre y marzo.

Gastronomía

La cocina de Lisboa tiene buena herencia española y, por supuesto, algunos sabores que podrían ser familiares con los de Brasil. Es el caso de la famosa feijoada, aunque también cuenta con platos propios como las migas de Alentejo, el cocido a la portuguesa, el caldo verde y la sopa de nabicas.

Cómo no, su cercanía con el río Tajo convierte a su cocina en una privilegiada para preparar productos del mar de primer nivel. Imposible resistirse ante la cataplana de mariscos (algo así como una sopa marinera), el bacalao y los cientos de recetas que derivan de estos productos.

Sin embargo, si hay algo que caracteriza la gastronomía de Lisboa es su repostería. Un clásico son los pasteles de Belém, el arroz con leche, las peras al vino y los dulces de naranja.

A la hora de comer, es posible irse a la segura con alguno de los restaurantes que rodean la plaza del Rossio. Y, si de adentrarse en la cultura se trata, el barrio Alto y La Alfama tienen buenas opciones para cenar escuchando algo de fado.

Qué ver

Una buena forma de partir el recorrido por Lisboa es hacerlo en la plaza del Comercio, la más importante de la ciudad. Está ubicada junto al río Tajo, donde fue construida estratégicamente para ser la entrada del comercio a la ciudad. Además de estar rodeada por espectaculares edificios reconstruidos tras el terremoto de 1755, allí se alzan emblemas como el Arco Triunfal da Rua Augusta y la estatua de José I.

Saliendo por el arco y caminando por la Rua Augusta, a muy pocas cuadras se halla el barrio de La Baixa. Es el centro de la ciudad y, definitivamente, uno de los más hermosos y entretenidos de todos. En él se pueden visitar varios lugares, como la plaza del Rossio, una de las mejores zonas para salir a comer.

En La Baixa vale la pena caminar por la Avenida de la Libertad, llena de hermosos edificios del siglo XIX, veredas con mosaicos, jardines y cafeterías. Sin embargo, uno de los puntos de mayor atractivo es el elevador de Santa Justa, una de las postales más clásicas de Lisboa. Este hermoso ascensor es también una clave para conectar a La Baixa con el barrio Alto y El Chiado, dos enclaves para recorrer.

Se trata de los barrios más alternativos y bohemios de Lisboa, tanto así que El Chiado se compara frecuentemente con Montmartre. Además de sus calles llenas de graffitis y de sus entretenidos restaurantes con buenos shows de fado, en esta zona se puede visitar el mirador de Sao Pedro de Alcántara, con vistas a La Baixa, el río y el Castillo de San Jorge.

Algo alejado de las zonas mencionados, y con vistas al río Tajo, se encuentra el barrio de Belém. Éste adquiere una especial importancia histórica, pues desde allí partieron las exploraciones portuguesas que terminaron conquistando diferentes territorios.

Es el hogar de un importante ícono: la Torre de Belém. Este Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO fue construido en 1515 con fines defensivos, para posteriormente convertirse en un centro aduanero y cumplir las funciones de un faro. Actualmente se puede visitar por dentro, para conocer el funcionamiento original de sus recovecos.

A pocos minutos está el Monasterio de los Jerónimos, otro patrimonio que alberga la tumba de Vasco de Gama. En su interior hay una espectacular iglesia y un claustro que merecen la pena visitar por su impresionante belleza.

Finalmente, una buena excusa para tomar el clásico tranvía 28 –el más famoso de toda la red de tranvías de Lisboa- es conocer el barrio de La Alfama. Habitado antiguamente por pescadores que dejaron a su paso hermosas y pintorescas casas, este lugar es también el hogar del Castillo de San Jorge. Éste fue levantado durante el siglo V por los visigodos, aunque ha tenido diversas modificaciones para llegar a ser lo que es hoy. Sea como sea, hay que dedicarle algunas horas para recorrerlo por completo.

Mapa

Hoteles relacionados

Actividades