La pequeña ciudad de Loen se encuentra al suroeste de Noruega, en la parte interior del Nordfjord o fiordo del norte, a menos de 500 kilómetros de la capital. A la sombra del glaciar Jostedalsbreen, al lado del lago Lovatnet y rodeado de montañas, Loen es dueña de una belleza natural inigualable.

Los primeros habitantes datan de períodos anteriores al cristianismo; en las montañas, rodeadas de bosques, hay muchas cabañas de la época en que la ganadería era una de las principales actividades económicas de Noruega, antes de darle paso al petróleo, el gas y la pesca. Algunas de las granjas más antiguas de Noruega están cerca de la ciudad, como Sæten (Setin) y Tjugen (Tyfin), por ejemplo. Gran parte del valle superior quedó devastado por dos desprendimientos de rocas, uno en 1905 y otro en 1936, que arrastraron casas y vegetación.

En pareja, con amigos o en familia, Loen es un destino ideal si buscas actividades en pleno contacto con la naturaleza en cualquier época del año.

Cuándo ir 

La mejor época para viajar a Loen es durante julio, ya que la temperatura llega a los 15 ºC y el paisaje alcanza su máximo verdor. Además, las tardes largas de luz invitan a realizar múltiples actividades al aire libre. De todas las formas, es importante llevar ropa de abrigo, ya que el clima puede darte alguna sorpresa. Si prefieres el frío, de diciembre a febrero podrás conocer la pasión que sientes los noruegos por la nieve y el esquí, 

Clima

El clima en Loen es de tundra, con temperaturas bajas todo el año, aunque mucho más cálidas y suaves que en otras partes del mundo a la misma latitud, gracias a las aguas templadas de la corriente del golfo. Además, en esta zona el clima es bastante inestable: puede llover, salir el sol y nevar en el mismo día.

La temperatura media anual es de 4 °C. Los inviernos son muy fríos, con una temperatura media de -6 °C, y días muy cortos, con un máximo de dos horas de luz en diciembre. En verano las precipitaciones descienden, los días son largos y la temperatura alcanza su media máxima de 15 °C en julio. 

Gastronomía

En los maravillosos restaurantes con vistas a las montañas podrás degustar la más variada gastronomía noruega. Puedes comenzar probando el típico brunost, un queso de cabra marrón y de sabor dulce que, con frecuencia, se come sobre una rebanada de pan; el rømmegrøt (porridge de crema agria), los lefser (tortitas de masa plana) y los embutidos. Los pescados ocupan una parte importante en la gastronomía de la zona: el tørrfisk (bacalao seco), el salmón fresco y el skrei o bacalao ártico, son infaltables. La temporada de caza comienza en otoño; durante esta estación podrás probar carnes de reno, alce, ciervo y urogallo.

Si te gusta probar nuevos licores y sobre todos los sabores anisados, protégete del frío con el aqvavit o akvavit.

Qué ver

Si buscas relajarte y estar en contacto con la naturaleza, Loen, que parece haber salido de un cuento de hadas, es una de las mejores opciones.

Una de las actividades más populares es la Vía Ferrata, un recorrido en el que te elevarás por la escarpada ladera de la montaña, caminarás sobre un puente en suspensión a 750 metros por encima del fiordo y harás tirolesa para subir desde Loen hasta la montaña Hoven y tener la recompensa de una panorámica increíble hacia el pueblo y las montañas. ¿Deseas disfrutar de las mismas vistas, pero sin tanta aventura o necesidad de estado físico? La telesilla te llevará hasta la cima de Hoven. Allí encontrarás buena comida en el restaurante y senderos para pasear.

En el Parque Nacional Jostedalsbreen está el glaciar del mismo nombre, el más grande de Europa continental. Podrás realizar caminatas, escalar y recorrer los alrededores. Un brazo de este glaciar alimenta a la cascada Ramnefjellsfossen, una de las más altas del mundo, con 800 metros. Está la posibilidad de llegar en barco o por ruta, y dormir en un campamento cercano para al día siguiente caminar hasta la base de la catarata.

El lago Lovatnet, por su parte, puedes recorrerlo en kayak, SUP e incluso en barco, o salir de pesca y así contemplar desde dentro sus aguas azules verdosas. El color se debe a que contiene partículas de roca y piedras esculpidas por los glaciares y arrastradas por los ríos, que destacan especialmente cuando sale el sol.

Otra atracción cerca de Loen es el monte Skåla, de 1.848 metros de altura, la excursión de mayor diferencia de altitud entre un fiordo y un pico montañoso en Noruega. Hay preciosos alojamientos en las cercanías.

Si eliges visitar Loen en invierno, podrás hacer otras actividades como esquí, caminatas en raquetas de nieve, subirte a un trineo tirado por perros o avistar ballenas. Si tu viaje coincide con Navidad, te sorprenderá el encanto de los mercados, en una de las épocas más importantes de la cultura noruega.

Y, en cualquier época, claro, puedes optar por un relajante crucero por los fiordos para y admirar los nevados picos de las montañas reflejadas en el agua.