Marrakech
Desde
la medina hasta la ciudad nueva, todo en Marrakech es un tesoro vivo. Palacios,
mezquitas, zocos, curiosidades, gastronomía y hermosas construcciones forman
parte de este museo a cielo abierto en el que la historia parece haberse detenido
para compartir con todos los viajeros su pasado.
Cuándo ir
La
mejor época para visitar Marrakech es durante primavera, otoño e incluso
invierno, que no es particularmente frío. Lo que sí hay que evitar es el verano,
pues se puede llegar fácilmente a los 40°C. Es importante también revisar
cuándo es el Ramadán, pues muchos lugares y atractivos pueden encontrarse
cerrados.
Clima
En
Marrakech los veranos son insoportablemente calurosos, pues las máximas suelen
llegar a los 40°C. En cambio, el resto del año el clima es bastante templado y
en invierno las temperaturas máximas giran en torno a los 18°C, por lo que son
de todas maneras agradables. Las lluvias son escasas y se dan principalmente en
ésta última estación.
Gastronomía
Marrakech
podría considerarse la cuna de la buena gastronomía de Marruecos, aunque, como
ya sabemos, los sabores de este país trascienden de ciudad en ciudad.
El
cuscús es el plato que, por tradición, se suele comer los viernes. Consiste en granos
de sémola que se preparan con diversos ingredientes, sobre todo verduras. Otro
clásico es el tajine, un guiso de carne de cordero o pescado cocinado a fuego
lento, acompañado con verduras.
Para
acompañar las comidas, descansar durante los paseos o pasar el rato, el té
siempre será el protagonista en Marrakech. No es raro ser invitado a tomar una
taza para regatear los precios en los zocos, aunque ojo: si se accede a ello,
hay que comprar.
Hay
que dejar una oportunidad para cenar en alguno de los puestos de la plaza Jamaa
el Fna, una tradición de la ciudad.
Qué ver
Como
toda ciudad marroquí, en Marrakech la visita debe comenzar en la medina. Como
es de esperar, se trata de la ciudad antigua, compuesta por laberintos y una,
quizás, agobiante cantidad de personas que la frecuentan a cualquier hora del
día. El corazón es la plaza Jamaa el Fna, un verdadero museo al cielo abierto
en el que se pueden presenciar todo tipo de excentricidades, como encantadores
de serpientes. Por la noche, en cambio, se instalan puestos de comida y
entretenidos espectáculos callejeros.
Desde
la parte norte de la plaza se desarrolla el zoco, un lugar para visitar durante
la mañana, cuando todos sus locales se encuentran abiertos. Allí se puede
encontrar absolutamente de todo, pero hay una regla muy clara: regatear y no
pagar más de un tercio del precio inicial.
En
la medina se encuentra también la Mezquita Koutoubia, construida en el siglo
XII con un minarete de 69 metros rodeado de palmeras. Lamentablemente sólo
pueden acceder a ella musulmanes, pero vale la pena verla por fuera. Lo que sí
se puede conocer es el Palacio Bahia, construido bajo las órdenes del sultán
Abdelaziz Si Moussa para vivir con sus cuatro esposas y 24 concubinas.
No
muy lejos del palacio están las tumbas Saadíes, donde descansa un centenar de
cuerpos de sirvientes y guerreros de la dinastía saadí. Sin embargo, el
mausoleo principal corresponde al sultán Ahmad- al-Mansur, con tres
habitaciones que comparte junto a los restos de sus hijos.
Más
allá de la medina, en Marrakech también hay sitios interesantes por visitar. Es
el caso de Gueliz, la zona moderna de la ciudad. Allí, todo se desarrolla en
torno a las avenidas Mohamed V y Mohamed VI, con cientos de tiendas de las
mejores marcas, restaurantes, bares y buenos panoramas.