Como buena ciudad argentina, Mendoza se caracteriza por sus carnes a la parrilla. Al clásico bife de chorizo se le suman en las cartas distintos parrilleros como lomo, mollejas, morcillas, etcétera. Un infaltable en todos los menús son también las milanesas, simples o rellenas, y las empanadas mendocinas.

Al ser una ciudad pequeña, Mendoza concentra lo mejor de su oferta gastronómica en la central Avenida Las Heras y en las calles peatonales que rodean la Plaza de la Independencia, donde abundan también los restaurantes de tipo tenedor libre, en los que se puede comer carnes y todo tipo de alimentos pagando un costo fijo. Por la noche, la calle Arístides Villanueva es la mejor alternativa, pues concentra una gran cantidad de bares.

Mendoza es una ciudad pequeña, cuyos atractivos fácilmente se pueden recorrer a pie en un solo día. La Plaza de la Independencia es un buen punto de partida y de fácil acceso hacia la Avenida San Martín, donde se desarrolla lo mejor del comercio, con tiendas de todo tipo. Dentro de Mendoza también destaca el Parque General San Martín, el pulmón verde de la ciudad, perfecto para caminar o recorrer en bicicleta.

Pero más allá de la ciudad misma, hay muchos quienes visitan este destino en busca de los mejores vinos de Argentina. Muy cerca, a sólo 20 minutos de la ciudad, se encuentra la localidad de Maipú, con innumerables bodegas cuyas puertas están abiertas a los turistas. Muchas de ellas, además de ofrecer recorridos guiados con degustaciones de sus mejores elaboraciones, también tienen restaurantes con menús deliciosos.

A unos 85 kilómetros de Mendoza se encuentra también el valle de Uco, otra de las zonas vitivinícolas aledañas a la ciudad. Desde hace sólo tres décadas se comenzaron a instalar algunas viñas, muchas de las cuales también reciben a turistas que quieren conocer lo mejor de su producción. Además, algunas han optado por abrir el servicio de hotelería, como también restaurantes con cartas gourmet.