Oslo
Oslo, la capital de Noruega, se encuentra en la costa sureste del país, en el interior del fiordo que lleva su nombre. Denominada Christiania en 1624 por el rey Cristian IV, como se la llamó hasta entrado el siglo XX, el nombre original de Oslo (que ya apareció en algunos mapas del siglo XVI) fue recuperado en 1924 y se hizo efectivo en 1925.
Su nombre deriva del nórdico primitivo y significa colina de los dioses. A lo largo de la historia también ha sido conocida como la ciudad de los tigres por ser percibida como un lugar frío y peligroso.
Oslo está rodeada por cerros y montañas, y atravesada por dos pequeños ríos, el Akerselva y el Alna (el más grande de Oslo), que crean un paisaje singular. La arquitectura de la ciudad, con edificios diseñados por arquitectos de gran renombre, se integra a la belleza natural del paisaje y se ajusta a uno de sus grandes atractivos.
Cuna de vikingos y de los primeros exploradores del Ártico, Oslo presenta una conjugación perfecta entre pasado y futuro. Las distancias entre las principales atracciones son cortas, por lo que podrás disfrutar de la zona portuaria y visitar parques y castillos .
Cuándo ir
La mejor época para viajar a Oslo va desde mayo a septiembre, cuando el clima es agradable y hay más horas de luz. La temperatura durante estos meses oscila entre los 17º C y los 21º C, aunque puede haber olas de calor en las que la temperatura llegue a los 30 °C; julio es el mes más cálido. Si lo que buscas es practicar deportes como patín, trineo o esquí, o anhelas observar auroras boreales, el invierno es la época.
Clima
El clima en Oslo es continental húmedo, con inviernos duros y fríos, y veranos frescos. En invierno la temperatura mínima media es de -7 ºC, los días son cortos y las nevadas se hacen más intensas desde finales de octubre hasta principios de abril. Durante la temporada estival, por su parte, el día puede tener hasta 18 horas de luz. En diciembre hay sol incluso hasta las 23 horas, el clima es ideal para hacer planes al aire libre, con temperaturas que rondan los 20 ºC, que en algunas ocasiones puede alcanzar los 30 ºC.
Gastronomía
Dada su ubicación, Oslo ofrece una amplia variedad de platos en base a pescados frescos como salmón o bacalao, o carne de ballena. También puedes probar carne de reno del norte y mariscos, mientras que el cordero es el ingrediente estrella de muchos platos de la cocina tradicional, pues su carne es especialmente tierna y jugosa. No dudes en probar el fårikål, un exquisito estofado acompañado de verduras de estación.
Las carnes están a menudo acompañadas por salsas suaves, queso de cabra y panes de papas como el lefse. Puedes degustar sus variedades de cervezas y dulces típicos como el kanelsnurrer, un rollo de canela, y el hveteboller, un pan pequeño dulce .
Qué ver
Oslo no es una ciudad demasiado grande, pero con mucho por ver y hacer, con una combinación exquisita de diseño y naturaleza.
La calle Karl Johanes es un paseo comercial que une el Palacio Real con la Estación Central. Además de recorrer tiendas y restoranes, observarás muchos de los puntos de principal interés, como la catedral de Oslo, el Parlamento, el Teatro, el Palacio Real y la Fortaleza de Akershus. Este último es uno de los principales íconos de la ciudad y posiblemente de Noruega. Construida en el siglo XIII a orillas del fiordo, si cruzas la muralla te adentrarás en edificios y museos de una fortaleza construida para defender la ciudad. Desde lo alto de sus murallas las vistas y el atardecer son preciosos.
Dar un paseo por el parque de las Esculturas de Vigeland te permitirá conocer de primera mano el legado del escultor. Hay 212 esculturas de granito y de bronce de tamaño natural que representan varios estados de ánimo y expresiones; al lado hay un museo dedicado a Gustav Vigeland. El Museo de Arte Nacional, el Museo de Edvard Münch, con las grandes obras del pintor, y la Ópera de Oslo, un edificio blanco de mármol y vidrio de diseño futurista, también están dentro de los imperdibles.
¿Con ganas de conocer el fiordo? Es una de las mejores cosas que se pueden hacer en Oslo en un día de sol. Ya sea viajar de isla en isla en ferry, una comida a bordo de un velero o una excursión en kayak, recorrer las aguas y rodearte de cascadas, bosques y pintorescas casitas es un infaltable en toda visita a la capital noruega.
Si de vida cultural se trata, Oslo tiene una escena alternativa impresionante. En las calles llenas de arte urbano del barrio hipster de Grünerlokka encontrarás tiendas vintage, algunas de las cafeterías más modernas de la ciudad, música en vivo y un ambiente creativo en continua ebullición. En agosto, por su parte, se celebra el popular Oslo Jazz Festival, que durante una semana reúne más de 60 conciertos en 15 salas del centro de la ciudad.
Si viajas en invierno, Oslo ofrece pistas de esquí y paseos en trineo, y el parque frente al Parlamento se transforma en una magnífica pista de patinaje. El famoso salto de esquí en Holmenkollen, que alberga competiciones desde 1892, es interesante de conocer te guste o no este deporte. Visita el Museo del Esquí o sube a lo alto, y disfruta de vistas panorámicas de la ciudad.