Palenque
Palenque, en el sureste de México, es conocido por su impresionante sitio arqueológico, el cual es considerado uno de los más importantes y espectaculares de Mesoamérica. Envueltos en la bruma matutina de la selva, y con el eco de los monos aulladores y los loros, los templos mayas de Palenque son uno de los principales destinos de Chiapas y uno de los mejores ejemplos de arquitectura maya de todo México.
La moderna ciudad de Palenque, a pocos kilómetros al este, sirve como punto de partida hacia las ruinas, aunque también puedes optar por instalarte en uno de los alojamientos que hay en la selva a lo largo de la ruta entre la ciudad y las ruinas.
Cuándo ir
La mejor época para visitar Palenque va de diciembre a febrero, ya que es un período bastante seco y no demasiado caluroso. Las temperaturas en esos meses oscilan entre los 19 °C de mínima y los 30 °C de máxima.
Clima
El clima de Palenque es tropical, caluroso todo el año. Tiene tres épocas: una estación lluviosa y con riesgo de huracanes, que transcurre de junio a octubre, cuando pueden caer entre 200 y 400 milímetros de lluvia por mes; una temporada moderadamente cálida de noviembre a febrero, con mínimas de 12 °C y máximas de 30 °C; y una temporada muy calurosa y relativamente seca de marzo a mayo, en la que se alcanzan las temperaturas más altas del año, con picos de más de 40 °C.
Gastronomía
Tanto en el centro de Palenque como en la ruta que lleva a las ruinas, encontrarás restaurantes donde comer desde platos tradicionales como tacos, sopas, guisos y pescado asado, hasta opciones internacionales como pizzas, pasta y hamburguesas.
Con una importante herencia prehispánica, la gastronomía de Palenque es sin dudas una de las más atractivas de México. Muchos platos te sorprenderán, como el shuti con momo (un caldo a base de caracol de río, hervido con hojas de hierba santa o acuyo, menta y pimienta), el atole de calabaza (bebida caliente de calabaza, chancaca, leche y pimienta), el tascalate (una bebida a base de maíz, cacao, achiote, azúcar y canela) y el zats (un gusano exótico, dorado en aceite, que se come con limón y chile). También puedes encontrar tamales, estofado de pollo y dulces típicos como los plátanos fritos rellenos de queso, el dulce de yema y las cocadas.
Qué ver
La antigua Palenque se encuentra en el punto exacto en el que se elevan las primeras colinas de la llanura costera del golfo, mientras que la densa selva que las cubre constituye un precioso telón de fondo para las ruinas de Palenque. En la zona arqueológica, cientos de edificios se extienden a lo largo de 15 kilómetros cuadrados, pero solo se ha excavado una zona central bastante compacta. Todo lo que veas allí se construyó sin herramientas metálicas, animales de carga o ruedas. Mientras exploras las ruinas, intenta imaginarte los edificios de piedra gris tal y como eran en la época de mayor esplendor de Palenque: pintados de rojo sangre con detalles elaborados de estuco azul y amarillo.
Una de las primeras edificaciones que verás al ingresar a la zona arqueológica es el sitio en donde se encontró la tumba de la Reina Roja, nombre que se le dio porque sus restos aparecieron coloreados de rojo cuando fueron desenterrados en 1994. Con el esqueleto se encontraron una máscara de malaquita y unas mil piezas de jade. Se supone que quien está enterrada sería la esposa de Pakal, Tz'ak-b'u Ajaw.
El templo de las Inscripciones, quizás el monumento funerario más célebre de América, es el más alto y majestuoso de los edificios de Palenque. Construido en ocho niveles, tiene una escalinata que se eleva 25 metros hasta llegar a una serie de pequeñas salas. En una de sus paredes interiores hay paneles con una larga inscripción maya que narra la historia del lugar. Desde la parte superior, unas escaleras interiores conducen a la tumba de Pakal, uno de los gobernantes más importantes de la ciudad. Su esqueleto, adornado con joyas, y la máscara mortuoria de jade se trasladaron de la tumba a Ciudad de México, y la tumba se recreó en el Museo Nacional de Antropología. La tapa del sarcófago de piedra tallada permanece en la tumba cerrada, pero puedes ver una réplica en el museo del yacimiento.
A un costado del templo de las Inscripciones se encuentra el templo de la Calavera, llamado así por la escultura en relieve de un cráneo de conejo o ciervo al pie de uno de sus pilares. Diagonalmente frente al templo de las Inscripciones, se encuentra El Palacio, una gran estructura dividida en cuatro patios principales, con corredores y habitaciones. Construido y modificado poco a poco a lo largo de 400 años, fue probablemente la residencia de los gobernantes de Palenque. Los arqueólogos creen que la torre que sobresale se construyó para que la realeza y los sacerdotes mayas pudieran observar la caída del sol durante el solsticio de invierno.
Por otro lado, el grupo de las Cruces está formado por tres templos: el del Sol, el de la Cruz y el de la Cruz Foliada. El templo del Sol tiene la tumba mejor conservada de Palenque. Las tallas del interior, que conmemoran el nacimiento de Kan B'alam en el año 635 d.C. y su ascensión al trono en 684, lo muestran frente a su padre. El templo de la Cruz ofrece desde arriba una vista magnífica de la densa vegetación y las ruinas del lugar, lo que te ayudará a tener una perspectiva más amplia del sitio. En el templo de la Cruz Foliada, los arcos de las ménsulas están completamente expuestos, lo que revela cómo los arquitectos de Palenque diseñaron estos edificios. Las tallas en cruz de algunos edificios simbolizan la ceiba, que en la creencia maya sostenía el universo.
Luego de que visites la zona arqueológica, puedes hacer una caminata por la selva, conocer un poco más sobre la vegetación del lugar, escuchar a los monos aulladores, ver ruinas y templos mayas enredados en la vegetación, y llegar hasta las pequeñas cascadas de Motiepá.
Una visita al Museo Alberto Ruz Lhuille, que lleva el nombre del arqueólogo franco-mexicano que descubrió la tumba del rey Pakal en 1952, te ayudará a entender mejor el lugar. Es considerado uno de los museos más importantes dedicados al mundo maya, con su colección de más de 200 artefactos encontrados en diferentes zonas de Palenque. Hay seis salas que presentan varios aspectos de la ciudad (la guerra, los dioses, la vida cotidiana, la vida política), así como la recreación de la tumba de Pakal.