Palma de Mallorca
Palma de Mallorca, la joya del Mediterráneo, una ciudad donde la historia y la modernidad se entrelazan con la majestuosidad del mar. Fundada por los romanos y con un pasado marcado por la dominación árabe, Palma es famosa por su impresionante catedral gótica, La Seu, que se alza con esplendor frente al puerto. Las estrechas calles del casco antiguo, salpicadas de patios mallorquines y palacios históricos, cuentan historias de un pasado rico y diverso. Reconocida mundialmente como un destino turístico de primer nivel, Palma es el punto de partida para explorar las maravillas de Mallorca, desde sus calas escondidas hasta su vibrante vida nocturna.
Cuándo ir
Palma brilla todo el año, pero los mejores meses para visitarla son de abril a octubre, cuando el clima es cálido y agradable. La primavera y el otoño ofrecen temperaturas moderadas y menos turistas, ideales para explorar la ciudad y sus alrededores. En junio, la ciudad cobra vida con la celebración de la Nit de Sant Joan, una fiesta mágica en la que se encienden hogueras en la playa y se disfruta de música en vivo. Durante el verano, la ciudad vibra con energía, siendo agosto el mes más concurrido, con eventos como el Festival de Música Clásica en la Cartuja de Valldemossa.
Clima
El clima mediterráneo de Palma garantiza veranos cálidos e inviernos suaves. En verano, de junio a septiembre, las temperaturas oscilan entre los 25°C y 32°C, con días soleados perfectos para disfrutar de las playas. El otoño trae un clima agradable, con temperaturas de 18°C a 25°C y ocasionales lluvias. Los inviernos son suaves, con temperaturas entre 10°C y 15°C, y aunque son los meses más lluviosos, la lluvia rara vez dura todo el día. La primavera es fresca y floreciente, con temperaturas de 15°C a 22°C, ideal para explorar al aire libre.
Gastronomía
La gastronomía de Palma es un reflejo de su rica herencia cultural, con platos que evocan tradiciones centenarias. Entre los platos típicos destacan la ensaimada, un dulce espolvoreado con azúcar que es el alma de cualquier desayuno mallorquín, y el frito mallorquín, un plato contundente de vísceras de cerdo, pimientos, cebolla y patatas. No te puedes perder la sobrasada, un embutido de cerdo condimentado con pimentón, ideal para untar en pan recién horneado. Para disfrutar de la cocina local, los restaurantes Ca’n Joan de S’Aigo y Marc Fosh ofrecen menús que celebran la tradición y la innovación con ingredientes frescos de la isla.
Qué ver
La Catedral de Palma, conocida como La Seu, es el símbolo más emblemático de la ciudad. Esta majestuosa catedral gótica se eleva frente al mar y es famosa por su impresionante rosetón, uno de los más grandes del mundo. Al entrar, quedarás maravillado por los efectos de la luz que se filtran a través de las vidrieras, creando un espectáculo cromático en su interior. Puedes explorar la Capilla del Santísimo, decorada por el artista Miquel Barceló, donde la modernidad y lo antiguo se fusionan de manera espectacular. Además, es posible subir a las terrazas, desde donde disfrutarás de vistas panorámicas de Palma, el mar Mediterráneo y la Sierra de Tramuntana.
El Palacio Real de la Almudaina, justo al lado de La Seu, es una fortaleza que data de la época musulmana y se transformó en residencia real tras la conquista cristiana. Un recorrido por el palacio te llevará a través de suntuosos salones decorados con tapices flamencos, la capilla de Santa Ana, y jardines que ofrecen una vista encantadora de la catedral y el puerto. No te pierdas el cambio de guardia, que se realiza el último sábado de cada mes. Es un lugar donde puedes sentir la historia en cada rincón, mientras exploras la influencia árabe y cristiana en la arquitectura del palacio.
Por su parte, La Rambla de Palma es una encantadora avenida arbolada que invita a pasear tranquilamente mientras disfrutas de la atmósfera local. A lo largo de esta vía, encontrarás puestos de flores, tiendas de artesanía y acogedoras cafeterías donde puedes relajarte y observar el ir y venir de la gente. Durante las festividades de Sant Sebastià, en enero, La Rambla se llena de vida con música en vivo y eventos culturales. Este es también el lugar ideal para descubrir la Palma más auténtica, explorando las calles que desembocan en la rambla y que esconden tesoros arquitectónicos como patios mallorquines y pequeñas galerías de arte.
El Castillo de Bellver es una fortaleza única por su forma circular, construida en el siglo XIV para proteger la ciudad. Situado en una colina boscosa, ofrece una de las vistas más impresionantes de Palma, la bahía y la Sierra de Tramuntana. Puedes recorrer sus amplias terrazas, subir a las torres y explorar las mazmorras, que en su día sirvieron como prisión. En el interior, el Museo de Historia de la Ciudad narra la evolución de Palma desde la época romana hasta la actualidad. No te pierdas los eventos culturales que se celebran en el castillo, como conciertos al aire libre, que aprovechan su excelente acústica y ubicación.
Para los amantes del arte, la Fundación Pilar i Joan Miró es un espacio que te permite adentrarte en el mundo creativo del famoso artista catalán Joan Miró. Ubicada en el taller donde Miró trabajó durante sus últimos años, la fundación alberga una extensa colección de sus obras, desde pinturas hasta esculturas y bocetos. El edificio, diseñado por el arquitecto Rafael Moneo, es una obra de arte en sí misma, con sus líneas limpias y luminosas. Puedes pasear por los jardines, que también están salpicados de esculturas, y disfrutar de exposiciones temporales que exploran diferentes facetas del arte moderno. Es un lugar inspirador para los amantes del arte y la cultura.
Playas
La Playa de Palma es una extensa franja de arena dorada que se extiende a lo largo de casi 5 kilómetros, ideal para disfrutar de un día completo al sol. Esta playa cuenta con una amplia gama de servicios, desde tumbonas y sombrillas hasta actividades acuáticas como windsurf, paddle surf y paravelismo. A lo largo del paseo marítimo, encontrarás numerosos bares y restaurantes donde degustar cocina mediterránea o tomar una copa mientras observas el mar. Al caer la noche, la vida nocturna se anima en los chiringuitos y locales, convirtiendo la playa en un lugar de encuentro tanto para locales como para turistas.
Cala Major es una pintoresca cala ubicada a pocos kilómetros del centro de Palma. Con su arena fina y aguas cristalinas, es perfecta para nadar o simplemente relajarse bajo el sol. Esta playa, aunque pequeña, cuenta con todos los servicios necesarios, incluyendo alquiler de tumbonas, duchas y una buena selección de bares y restaurantes cercanos. Cala Major también es conocida por su ambiente relajado y su cercanía a la residencia de verano de la familia real española, el Palacio de Marivent. Es un lugar popular entre los locales y visitantes que buscan una escapada tranquila sin alejarse demasiado de la ciudad.
La Playa Illetas es un paraíso de aguas turquesas y arena blanca ubicado al oeste de Palma. Es famosa por su ambiente exclusivo, con clubes de playa que ofrecen servicios de lujo, como camas balinesas y cócteles exquisitos. Las aguas poco profundas y transparentes son ideales para el snorkel y la natación. Además de relajarte en la playa, puedes disfrutar de una comida gourmet en los restaurantes que bordean la costa, muchos de los cuales sirven mariscos frescos con vistas panorámicas del mar. Illetas es el lugar perfecto para quienes buscan un día de lujo en la playa, lejos del bullicio.
Es Trenc es una de las playas más icónicas de Mallorca, famosa por su belleza natural y su ambiente virgen. Esta playa, situada al sureste de la isla, es un extenso tramo de arena blanca rodeado de dunas y vegetación mediterránea. Sus aguas cristalinas y poco profundas son ideales para nadar, y la tranquilidad de la zona la convierte en un refugio perfecto para quienes buscan paz y naturaleza. Es Trenc es popular entre los amantes del naturismo y los fotógrafos que desean capturar la esencia de un paraíso mediterráneo sin desarrollos turísticos a la vista. No hay mejor lugar para desconectar y disfrutar de la naturaleza en su estado más puro.
Compras
Palma de Mallorca es un paraíso para los amantes de las compras, combinando boutiques de lujo con tiendas tradicionales. El Paseo del Borne es la arteria principal para quienes buscan marcas internacionales de moda, mientras que en el Casco Antiguo, pequeños talleres y tiendas artesanales ofrecen productos locales como cerámica, piel y las famosas perlas mallorquinas. El Mercado del Olivar es ideal para los gourmets, con una amplia selección de productos frescos, desde quesos hasta embutidos y vinos locales.