Con cientos de kilómetros de costa, la Riviera Nayarit puede jactarse de tener una impresionante variedad de pescados que bien han sabido utilizar sus restaurantes, destacando el marlín, el atún, el dorado, el mero, el cazón, el róbalo, el pargo y el tiburón, además de muchísimos mariscos, entre los que los camarones y los ostiones se llevan la delantera. Con todo ello se han creado platos típicos del estado, como el pescado sarandeado, pargo cocinado sobre leña de mangle presentado sobre hojas de palma y sazonado con ajo, jugo de limón, sal y chiles, y servido con tortillas, cebolla, jitomate y pepino. Clásico es también el tlaxtihuilli, una sopa hecha con camarones, chicharrón de pescado, aguachile y lisa.

A la hora de elegir dónde comer, hay opciones para regodearse. Los bares y restaurantes más elegantes se han instalado en Nuevo Vallarta y Punta Mita, con opciones de gastronomía local e internacional desarrolladas por chefs reconocidos a nivel mundial. Bucerías no se queda atrás, con alternativas igual de ricas, pero con una esencia más sencilla, a tono con la onda relajada del pueblo.

De pasado colonial, San Blas también es otro de los epicentros gastronómicos de la Riviera Nayarit. Si en el pueblo se encuentran opciones de renombre, algo más sencillas son las palapas que se han instalado en Las Islitas, peñascos formados en la orilla del mar, ideales para probar platos preparados en base a mariscos y pescados frescos. En contraste, Sayulita ofrece opciones más bohemias y con fuerte influencia norteamericana y mediterránea, pero también local.

Si la idea es comer a la orilla del mar, el pueblo de San Francisco -o San Pancho, como se le conoce popularmente- es perfecto para probar la pesca del día. Por su parte, Rincón de Guayabitos reúne a decenas de restaurantes y bares en la Avenida del Sol Nuevo, pero también cuenta con palapas playeras, perfectas para probar pescados y mariscos, y la especialidad del lugar: camarones a la parrilla.

A lo largo de toda su costa, el estado de Nayarit tiene decenas de pueblos y ciudades por conocer. Sin embargo, los grandes atractivos turísticos se concentran en la bahía de Banderas, desde Punta de Mita hasta Nuevo Vallarta. Éste último es el segundo destino hotelero más grande de México, donde grandes cadenas se han instalado para aprovechar las impresionantes costas del Pacífico. Además, allí se encuentra la sierra de Vallejo, que pertenece a la Reserva Estatal de la Biósfera y guarda hermosos manglares y canales navegables que vale la pena recorrer.

Pero sin duda uno de los más grandes atractivos de esta parte de la Riviera Nayarit es el Parque Nacional Islas Marietas, un pequeño archipiélago compuesto por las islas Larga y Redonda, que ademas son una Reserva de la Biósfera. La zona es fuertemente protegida para conservar su belleza y riqueza natural, como su arrecife de coral que permite ver a diez metros de profundidad y la impresionante fauna marina, con delfines y ballenas jorobadas que llegan durante el invierno. Pero, más allá de cualquier cosa, el ícono de las islas Marietas es la playa Amor, formada en medio de una de las islas con una abertura en su parte superior, a la que sólo se puede llegar nadando cuando la marea está baja.

En la costa bahía de Banderas se localiza también el pueblo tradicional de Bucerías, perfecto para comprar artesanías, almorzar, cenar o salir a tomar algo por la noche. Además, allí se encuentra una de las playas más hermosas de la bahía, certificada también por ser una de las más limpias de las costas mexicanas, y el Santuario de Cocodrilos El Cora, donde estos reptiles se pueden observar de cerca y de forma segura. Pero si de playas increíbles se trata, algunas de las mejores está en Punta de Mita, el lugar escogido por las cadenas hoteleras más lujosas del mundo para instalar impresionantes resorts.

Hacia el norte, en la costa Sur, Litibú es el destino perfecto para perderse en las playas y caminar disfrutando de los hermosos atardeceres de cara al Pacífico. Hacia el norte está Sayulita, un pequeño y encantador pueblo con callecitas coloridas y llenas de vida. Allí es posible comprar lo mejor de la artesanía y el diseño mexicanos, disfrutar de su deliciosa gastronomía y pasar un día completo en la playa de tonos turquesa.

Más hacia el norte se halla el pequeño paraíso de Lo de Marcos, que aún conserva su vibra tradicional con pescadores en las playas, que además figuran entre las favoritas de los surfistas. Vale la pena dar un paseo por el pueblo y encontrarse con los artesanos, o disfrutar de las cartas de sus exquisitos restaurantes. Hermosas son también las pacíficas playas de Punta Raza, con aguas turquesas, palmeras y exuberante vegetación.

Continuando rumbo al norte, en la bahía de Jaltemba, el rincón de Guayabitos guarda algunas de las mejores platas de Nayarit, donde la esencia local se ha preservado por sobre todas las cosas. No hay que dejar de dar un paseo por sus encantadores pueblos, como Los Ayala, Guayabitos y la Peñita de Jaltemba. De seguro, este último tiene una de las playas más impresionantes de todo el estado.

La costa Norte esconde San Blas, uno de los puntos históricos más importantes de Nayarit, pues funcionó como un astillero y punto de salida para los viajes que realizaba la Corona española. Desde entonces se mantienen en pie los hermosos edificios históricos, como La Contaduría, las ruinas del Templo de Nuestra Señora del Rosario y la Casa de la Cultura. San Blas también cuenta con playas espectaculares, como El Borrego, Isla del Rey y Piedra Blanca, además de ser el hogar del Parque Nacional La Tovara, donde se puede navegar entre manglares y conocer una enorme variedad de fauna.

Hacia el norte de San Blas, vale la pena dar un paseo por las Playas de Los Corchos Sesteo y Boca de Camichín, que destacan por ser de los pocos espacios naturales que aún se mantienen vírgenes en la costa pacífica mexicana.