Argentina

Salta

En el norte de Argentina, entre la Puna, Los Andes y hermosos valles, Salta es una de las pocas ciudades del país que aún mantiene viva su herencia colonial. Se puede recorrer fácilmente a pie, disfrutando de cada rincón, como también de sus especialidades gastronómicas, aunque muchos dicen que lo mejor está afuera.

Y es que en sus alrededores se da vida a extensas viñas, un hermoso salar y un recorrido que le ha dado gran parte de su fama: el Tren a las Nubes. De todo eso y mucho más se trata Salta.

Cuándo ir

La mejor época para visitar Salta es entre septiembre y diciembre, y entre febrero y abril. Esto se debe a que durante el invierno las temperaturas suelen descender bastante, mientras que en enero se desarrolla la temporada lluviosa.

Clima

Salta tiene un clima bastante diferenciado en invierno y verano. Durante la temporada estival las temperaturas suelen alcanzar fácilmente máximas de 28°C, aunque coincide con la época lluviosa, que se desarrolla sobre todo en enero. Por su parte, los inviernos son secos y algo más frescos, pudiendo llegar a los 19°C como máxima promedio.

Gastronomía

Salta tiene sus propias creaciones gastronómicas que la diferencian fácilmente del resto de Argentina. En ese sentido, gran fama se ha ganado con sus empanadas salteñas, preparadas con carne, papas y verduras, y cocinadas al horno. Entre otros clásicos se encuentran el tamal de charqui, el pastel de quínoa con carne y la guatia.

Al ser una ciudad pequeña, los mejores restaurantes y opciones para comer se dan en zonas específicas, principalmente en el paseo Balcarce, los alrededores de la plaza 9 de Julio, el paseo Güemes, la plazoleta Isabel La Católica y el paseo de los Poetas. En pocas manzanas se puede escoger entre opciones locales, nacionales y también sabores internacionales.

Qué ver

Salta es una ciudad pequeña con un hermoso centro histórico que aún conserva buena parte de las construcciones coloniales edificadas durante el siglo XVI. Para conocerlas conviene comenzar el recorrido en la plaza 9 de Julio, rodeada por los impresionantes edificios de la Catedral, el Cabildo Histórico y los museos de Arqueología de Alta Montaña y de Arte Contemporáneo. En sus alrededores se desarrolla, además, buena parte del comercio de la ciudad. Pero si de naturaleza se trata, Salta también guarda hermosos tesoros verdes, como el Parque San Martín y el cerro San Bernardo.

Sin embargo, gran parte del encanto de esta localidad se encuentra en sus alrededores. Y una de las mejores maneras de disfrutarlos es a bordo del Tren a las Nubes, que recorre la Puna salteña en dos tramos: mientras el primero se hace en vehículo desde Salta hasta llegar a San Antonio de Los Cobres, la segunda parte se desarrolla en el tren mismo hasta llegar al viaducto La Polvorilla, ubicado a 4.200 msnm, otorgándole el podio del tercer tren más alto del mundo. No hace falta mencionar los increíbles paisajes y atractivos históricos que se visitan durante el trayecto, convirtiéndose en un panorama imperdible al visitar Salta.

Quienes quieran pueden aprovechar este último destino del Tren a las Nubes para visitar Salinas Grandes, un hermoso salar que se divide entre las provincias de Salta y Jujuy, a 3.450 msnm. Su suelo blanco y craquelado lo convierte en uno de los paisajes más hermosos de la Puna, siendo el escenario más entretenidos para fotografiar.

No es posible irse de Salta sin haber recorrido la ruta del vino, un circuito de 270 kilómetros que se desarrolla principalmente en los Valles Calchaquíes, con sus peculiares viñedos en altura. Sí o sí hay que probar el Torrontés, la única cepa autóctona de Argentina, que se da muy bien en zonas como Cafayate, una ciudad ubicada al sur de Salta que concentra buenas viñas para hacer un entretenido recorrido.