Al pensar en Salvador de Bahía, probablemente la primera imagen que se venga a la cabeza sea la de sus callecitas de adoquines con casas coloniales y mujeres bahianas caminando con sus trajes típicos. Esa clásica postal es el barrio de Pelourinho, el centro histórico de la ciudad que los colonos portugueses escogieron para instalarse por ser el punto más alto de la ciudad, permitiendo proteger a ésta, la primera capital de Brasil, de posibles ataques invasores. Hoy este barrio es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y guarda muchísimos tesoros que hay que conocer: la Catedral Basílica Primacial, la iglesia Nossa Senhora do Rosário dos Pretos -ubicada en el largo do Pelournho-, la Fundación Jorge Amado y el Convento de San Francisco.

Para llegar al Pelourinho se puede tomar el Elevador Lacerda, uno de los grandes emblemas de Salvador, que conecta la parte baja con la parte alta de la ciudad, ofreciendo hermosas vistas hacia la bahía. Una vez arriba se llega al barrio de Comercio, donde se encuentra también el Mercado Modelo, el mejor lugar para adquirir artesanías.

Otro de los barrios más típicos de Salvador es Barra, conocido también por ser el circuito más famoso del carnaval. Allí se haya el Fuerte Santo Antonio da Barra y, en él, el faro más famoso de la ciudad. Conviene visitarlo por la tarde, pues es uno de los lugares que ofrece la mejor puesta de sol de Bahía.