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Salzburgo

Salzburgo

Salzburgo, la cuarta ciudad más grande de Austria, significa literalmente "castillo de sal", debido a que a través del río que cruza la ciudad se transportaba sal. La ciudad fue fundada como sede episcopal en 696 y la extracción de sal, el comercio y la minería de oro eran sus principales fuentes de ingresos. En el siglo XVII, la urbe se convirtió en un centro de la Contrarreforma, y ​​se construyeron en ella monasterios y numerosas iglesias.


El centro histórico de Salzburgo es famoso por su arquitectura barroca. Es uno de los centros urbanos mejor conservados al norte de Los Alpes, lo que le valió ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996. Ciudad de Mozart, lugar de rodaje de la película La novicia rebelde y hogar de diversos festivales, en la ciudad se da un paseo a través de la historia, la cultura y la gastronomía.

Cuándo ir

Cualquier época del año es un buen momento para visitar Salzburgo. De junio a agosto los días son agradables para pasear por las calles del centro histórico, sentarse en las mesas en la vereda de los restaurantes y disfrutar de los colores de los valles de los alrededores; de todas formas, no te olvides de llevar un imperdmeable. El invierno, por su parte, es encantador a pesar del frío: con un buen abrigo podrás disfrutar del paseo y, si visitas la ciudad durante diciembre, te encantarás con su ambiente navideño, nevado y lleno de mercados.

Clima

El clima en Salzburgo es continental con inviernos muy fríos, largos y nevados, y veranos con temperaturas suaves. Diciembre, enero y febrero son los meses más fríos del año, con temperaturas por lo general bajo cero, que difícilmente superan los 5°C. En el verano, en cambio, las máximas alcanzan los 28°C, con n oches frescas y lluvias moderadas.

Gastronomía

La cocina austríaca tiene influencias de Alemania y Europa del Este, con mucha presencia de carnes, papas, buena cerveza y dulces. Las recetas aquí son como han sido siempre, por lo que sentarse a comer en Salzburgo es tanto un placer como un recorrido en el tiempo.


Entre sus platos más típicos están el Schnitzel (un filete de carne empanado y frito), las salchichas, el conocido goulash, un guiso en base a carne de ternera y pimientos, sopas consistentes como la Brezensuppe (la sopa de pretzel) o la Eachtlingsuppe (de pollo, crema y papas), los pretzel (clásicos lacitos de pan, dulces o salados), el Bierfleish (un estofado con cerveza), el Schweinsbraten con Knödel (cerdo asado con unas albóndigas de pan) y la Tafelspitz (carne cocida).


Los dulces ocupan un lugar importante: desde el local Salzburger Nockerl (a medio camino entre una magdalena y una souflé con sabor a vainilla) hasta la famosísima tarta Sacher (bizcochuelo de chocolate con una capa de mermelada, bañado en más pasando chocolate), pasando por los Mozartkugel (bomboncitos de pistacho y mazapán recubiertos de chocolate, envueltos en la imagen de Mozart), el Apfelstrudel (el clásico strudel de hojaldre, manzana, canela), la Gugelhupf (una tarta de damasco) y los Palatschinken (crepes austríacos).


Con respecto a la cerveza, cada cervecería se especializa en un tipo concreto. Destacan la Märzen, con aroma a malta, la Pils, de aroma fresco y sabor seco, la Zwicklbier, sin filtrar, la Hefeweizen, de trigo, la Kellerbier, sin filtrar, con alto contenido en lúpulo y bajo en gas, y la Bockbier, fuerte y de fermentación baja. 

Qué ver

Atravesada por el río Salzach, en Salzburgo encontrarás atractivos a ambos lados del mismo, situándose el casco histórico en una orilla y la zona nueva en la otra.


Uno de los imperdibles son el Palacio Mirabell y sus jardines. Construido en 1606 y renovado en 1800, acoge la Sala de Mármol, un antiguo salón de baile hoy en día considerado como uno de los salones de boda más hermosos del mundo, y escenario de conciertos. En los jardines, por su parte, pueden verse todavía las formas geométricas características del barroco.


La calle Getreidegasse es el corazón del casco histórico de Salzburgo, donde podrás ver edificios antiguos y carteles de hierro forjado, y recorrer diferentes pasajes con obras de arte y decorados con arcadas. Allí mismo se encuentra la casa natal de Mozart, donde estuvo hasta los 17 años, siendo hoy uno de los museos más visitados de Austria. También puedes visitar la casa residencia de la familia en la plaza Makartplatz, donde se trasladaron en 1773.


Las plazas del casco antiguo son Alter Markt, la plaza del mercado, y la Kapitelplatz, desde donde sale el funicular para ascender a la fortaleza Hohensalzburg. Situado sobre la montaña Festungsberg, es el mayor castillo totalmente conservado de Europa Central y ofrece una vista de 360 ​​grados de la ciudad y sus alrededores. Desde la colina del Kapuzinerberg también se obtienen hermosas vistas, especialmente al atardecer. En las afueras de la ciudad puedes subir en teleférico al monte Untersberg y disfrutar de Los Alpes con otra panorámica.


Si te gustan los sitios diferentes, el cementerio Petersfriedhof es uno de los más antiguos del mundo y tan bello que tal vez no notes que es un camposanto hasta que no veas las tumbas. Espera encontrar muchas plantas, flores y vistas a la fortaleza. Queda en pleno centro, junto a la abadía de San Pedro del año 696. Y si eres fan de la película La novicia rebelde, puedes visitar los escenarios donde fue filmada.


Si quieres visitar los alrededores de Salzburgo, puedes ir a la mina de sal de Berchtesgaden o a la antigua salina en Bad Reichenhall, y a pueblos como Hallstatt para visitar los lagos, o Hallein para conocer cómo vivían los celtas.

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