Sevilla
La
capital de la región de Andalucía guarda el centro histórico más grande toda
España, con una impresionante lista de Patrimonios de la Humanidad de la
UNESCO.
Todo
esto es el resultado de una historia que ha dejado en Sevilla una importante
herencia musulmana, vikinga y, por supuesto, española, pues funcionó como el
centro económico del Imperio Español. Así, no existe mejor panorama que
perderse en sus barrios y monumentos.
Cuándo ir
La
mejor época para visitar Sevilla son las estaciones medias; es decir, primavera
y otoño, aunque ésta última suele ser más calurosa.
Clima
Sevilla
goza de un clima mediterráneo, combinado con subtropical. Así, los veranos son
de altísimas temperaturas –las máximas pueden llegar incluso a los 40°C-,
mientras que los inviernos son lluviosos y algo fríos, con un promedio de 12°C.
De esta forma, las temporadas ideales son las intermedias.
Gastronomía
Con
una fuerte influencia de la región de Andalucía, Sevilla tiene una gran
tradición culinaria. Así, platos típicos que se pueden probar en la ciudad son,
por ejemplo, el famoso gazpacho, una sopa fría ideal para los meses calurosos,
hecha con tomate, pimientos, pepino y ajo.
Otro
clásico es el pescaíto frito, para el cual se usan diversos tipos de pescados
pequeños con pocas espinas, apanados y fritos, ideales para comer como snack o
aperitivo, más que en un plato como tal. Muy similar es el cazón aliñado, pequeños
bollos de carne blancas apanados y fritos, ideales para antes del plato
principal.
Qué ver
El
centro de Sevilla reúne una impresionante cantidad de sitios históricos, muchos
de ellos catalogados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Uno de ellos es la
Catedral, famosa por ser el templo gótico más grande del mundo. Está compuesto
por La Giralda, su representativa torre donde se alza el campanario, el Patio
de los Naranjos y la Capilla Real.
Junto
al río está la monumental Torre del Oro, que se construyó durante el siglo XIII
para defender la ciudad, y hoy resguarda al Museo Marítimo de Sevilla.
A
pasos se encuentra el Real Alcázar, el palacio más antiguo de Europa, construido
en el siglo XI por las autoridades musulmanas para proteger la ciudad, con una
mezcla de estilos que dieron vida a la impresionante fortaleza y a los impresionantes
Jardines de Murillo.
El
Real Alcázar forma parte del famoso barrio de Santa Cruz, el antiguo barrio
judío de Sevilla. Pasear por él es perderse por laberintos de calles adoquinadas
para admirar las hermosas casas sevillanas con sus balcones de fierro, además
de las pequeñas plazoletas y patios. Hoy, esta zona se ha convertido en el
epicentro de la vida gastronómica y bohemia de la ciudad, para visitar y
disfrutar en cualquier momento del día o la noche.
Muy
cerca se halla la Plaza de España, otro monumento construido en 1929, con un
impresionante edificio central en el que se encuentra la Delegación del
Gobierno de Andalucía y el Museo Histórico Militar de Sevilla. En torno a él se
pueden recorrer los canales y la inmensa explanada.
Junto
a la plaza se alza el Parque de María Luisa. Este inmenso pulmón verde fue
donado por María Luisa Fernanda de Borbón en 1914 y está compuesto por
senderos, estanques, prados, fuentes y una impresionante vegetación. No hay
nada como perderse en él durante un par de horas.
Más
allá de los monumentos, hay que conocer también lugares como la Plaza Nueva,
donde se encuentra el edificio del Ayuntamiento, además de la Plaza de San
Francisco, en torno al cual se desarrolló gran parte de la vida de la Sevilla
del siglo XIV. En sus alrededores, las calles Tetuán y Sierpes concentran una
entretenida vida comercial.
Viajando varios siglos, las Setas de Sevilla representan la modernidad de la ciudad. Se les conoce también como Metropol Parasol o Setas de la Encarnación y son una obra arquitectónica compuesta por seis estructuras que simulan hongos, albergando restaurantes, bares, tiendas y museos.