Surgiendo entre medio de árboles, como si la naturaleza se los hubiese tragado durante siglos, decenas de templos han convertido a Angkor en uno de los lugares más visitados de todo Cambodia. En ellos, el paso de los años no ha hecho más que dotarlos de un aire místico que atrae e invita a sumergirse en la historia del Imperio Jemer.

Pero para llegar allí primero hay que pasar por Siem Reap, una pequeña localidad que ha puesto todos sus esfuerzos en el turismo, creando una ciudad completamente contrapuesta a la zona de Angkor. Los bares, la fiesta, las compras y la comida callejera ha creado todo un panorama aparte, que bien vale la pena combinar durante una visita.

La mejor época para visitar Siem Reap es entre noviembre y marzo, pues las temperaturas son las más bajas del año (a pesar de promediar los 30°C) y llueve muy poco.

La ciudad de Siem Reap es muy calurosa durante todo el año, sobre todo entre el período de marzo a mayo, pudiendo alcanzar los 35°C; el resto del tiempo los termómetros no suelen bajar de los 30°C. En cuanto a las lluvias, la temporada de precipitaciones se desarrolla entre mayo y octubre.

Siem Reap es perfecta para probar la comida jemer, con platos tradicionales como el amok, que consiste en un curry de pescado cocido al vapor, y la carne frita o lok lak. 

Para probar la gastronomía local o irse a la segura con algo internacional, restaurantes hay infinitos y los precios son muy convenientes. Hay buenas opciones en toda la ciudad, pero la gran mayoría se encuentra en la rivera sur del río y, por las noches, muchos abren sus puertas en Pub Street y Pub Street Alley, como también en los mercados nocturnos.

Siem Reap es considerada la puerta de entrada a los templos de la zona de Angkor. Ubicada sólo 6 kilómetros al norte de la ciudad, en ella se desarrolla un enorme conjunto de templos que se comenzaron a construir en el año 802 d.C. bajo las órdenes del rey Jayavarman II. Tras sucesivas invasiones, la zona fue abandonada y redescubierta durante el siglo XIX, para ser declarada Patrimonio de la Humanidad en 1992. Ten en cuenta que existe un código de vestimenta para visitar los templos, que indica que debes llevar los hombros tapados y las piernas cubiertas al menos hasta abajo de las rodillas.

Definitivamente, Angkor Wat es el templo más grande y famoso de la zona, pues fue construido como el centro político y religioso del Imperio Jemer. Conviene visitarlo bien temprano para ver el amanecer tras él y luego continuar con la visita por los demás templos. Imposible dejar pasar Bayon, conocido también como el templo de las caras por los 216 rostros de Buda que se tallaron en sus paredes. 

Probablemente el templo de Ta Prohm te suene familiar, pues en él se filmó Tomb Raider; inmerso entre medio de árboles, es uno de esos lugares que no se pueden dejar pasar. Lo mismo con Banteay Kdei, que funcionó como un monasterio budista hasta 1960, por lo que se encuentra impresionantemente bien conservado.

En Angkor existen otras decenas de hermosos templos, como Preah Khan -con árboles que crecen entre medio de las ruinas-, Ta Som -abrazado por una enorme higuera que creció en rededor-, Pre Rup -donde se llevaban a cabo rituales funerarios-, Baphuon -construido en forma de montaña, con 25 metros de alto-, Phimeanakas y Ta Keo. Sin duda conocerlos todos te puede llevar fácilmente una semana.

Para comprender mejor la historia del Imperio Jemer conviene visitar el Museo Nacional de Angkor, ubicado en el corazón de Siem Reap. Muy cerca se halla también el Wat Preh Prom Rath, el templo budista más importante de la ciudad.

Siem Reap es una localidad muy tranquila de día, mostrando su verdadera faceta de noche. Y es que, al caer la tarde, las calles Pub Street y Pub Street Alley abren las puertas de sus restaurantes, bares y locales ideales para irse de fiesta. 

Por otro lado, a partir de las 17 horas Siem Reap saca a la calle lo mejor de las compras, con decenas de mercados nocturnos. El más famoso -y el primero en abrir sus puertas- es Angkor Night Market, ubicado en Sivatha Road, con 240 tiendas de souvenirs, además de restaurantes y bares.