Esta pequeña ciudad es uno de los lugares imprescindibles en un viaje por La Toscana, donde podrás conocer su enorme patrimonio histórico y artístico, en la que el tiempo parece haberse detenido en la Edad Media.

De abril a octubre son los mejores meses para visitar Siena. De abril a agosto el clima es cálido, ideal para pasear por la ciudad disfrutando del sol, mientras que de septiembre a noviembre emergen los colores otoñales y hay menos gente.

El clima en Siena es típicamente mediterráneo, con veranos cálidos y secos, e inviernos frescos y húmedos. Los meses de verano, de junio a agosto, son los más calurosos, con temperaturas diarias que pueden superar los 30 °C. En cambio, en invierno, de diciembre a febrero, las temperaturas diarias rondan los 10 °C. Además, es la época en la que más llueve.

La comida típica de Siena se caracteriza por la presencia de muchas recetas antiguas, simples y exquisitas. Algunas de las calles más populares para encontrar restaurantes son Via di Città, Via dei Rossi y Via del Porrione. Además, en las cercanías de la Piazza del Campo encontrarás una gran cantidad de opciones de restaurantes, bares y cafeterías.

No hay mejor entrante en Siena que una tabla de quesos como el Pecorino di Pienza, un queso de oveja curado, y embutidos de la zona, como la finocchiona, el capocollo o el buristo. A menudo se acompañan de crostini, una tostada de pan untada con diferentes ingredientes, como hígado de pollo, hongos, tomate y queso, entre otros.

De plato fuerte, el pici es la pasta típica de La Toscana, que se sirve con salsa de tomate y ajo, o con ragú de carne. También se puede probar la ribollita, una sopa de verduras, legumbres y pan, o la bistecca di carne chianina, un bistec de carne a la parrilla.

Es muy probable que tu visita por Siena comience en la plaza más importante de la ciudad, la Piazza del Campo, situada en el corazón del centro histórico. Rodeada de edificios históricos como el palacio Público, la Cappella di Piazza y la fuente Gaia, esta plaza con forma de concha tiene fama mundial por la celebración de la carrera de caballos del Palio, una fiesta de origen medieval que se celebra dos veces al año, el 2 de julio y el 16 de agosto, en la que cada barrio de la ciudad compite con un caballo. En la plaza también merece especial mención la torre del Mangia, la más alta de Siena, desde la que tendrás unas fantásticas vistas de la plaza y de toda la ciudad.

Un poco más allá, en la Piazza del Duomo, se encuentra la catedral de Siena, una de las más majestuosas de toda La Toscana y uno de los mejores ejemplos de arte gótico italiano. Declarada Patrimonio de la Humanidad, fue construida entre 1215 y 1263, y llama poderosamente la atención por el mármol blanco y verde oscuro, casi negro, de toda su estructura. En su interior el suelo es de mármol con incrustaciones y hay unos cuantos tesoros que llevan la firma de Donatello, Pisano, Pinturicchio y Miguel Ángel. Presta atención a la biblioteca Piccolomini, con impresionantes frescos en paredes y techo, que te hará recordar por un momento a la capilla Sixtina. Justo frente al Duomo se encuentra Santa Maria della Scala, uno de los primeros hospedajes de peregrinos de la historia.

El mirador del panorama de Facciatone, al lado de la catedral, tiene las mejores vistas del centro histórico, como recompensa de subir más de 200 escalones. Una vez arriba verás el Duomo, parte de la plaza del Campo, la torre de la Mangia y todo el casco medieval de Siena.

La pequeña Piazza Salimbeni, situada en pleno casco antiguo y rodeada de varios edificios históricos, es otro de los rincones más bonitos de Siena. Entre los edificios que la rodean, el Palazzo Salimbeni, un palacio urbano de estilo gótico, es el más importante. En él se encuentra la oficina central de la Banca Monte dei Paschi di Siena, un banco con más de 500 años de historia.

El baptisterio de San Juan, construido en estilo gótico en el 1390, es otra de las joyas de Siena. El interior está repleto de arte, en el que destacan los frescos que cubren techos y paredes y, sobre todo, la impresionante pila bautismal de bronce y mármol realizada por grandes maestros del renacimiento como Donatello o Lorenzho Ghiberti. Visita también la basílica de Santo Domingo, construida en el siglo XIII, que destaca por los varios frescos sobre la vida de Santa Catalina.

La fortaleza Medicea, por su parte, fue construida por la poderosa familia de los Medici en 1563 en el lugar donde anteriormente los españoles desarrollaron una ciudadela, que los mismos sieneses destruyeron en una revuelta. Además de las imponentes murallas, hay un parque con senderos, un anfiteatro y vistas magníficas de toda la ciudad.

Además de estos puntos de interés, Siena es una ciudad para simplemente caminar y contemplar rincones hermosos, balcones con ropa colgando, familias paseando y atardeceres de película. Entre edificios históricos, plazas y palacios, se encuentran la calles Bianchi di Sopra, que junto con la calle de la Citta y las calles de alrededor de la Piazza del Campo constituyen la zona más interesante de esta antigua ciudad medieval.

Por otra parte, si hay algo que caracteriza a Siena son sus contrada, los 17 barrios en que históricamente se dividía la ciudad, que funcionan como organismos públicos y son los competidores de la famosa y controvertida competencia Palio di Siena. No te extrañes si ves banderas colgadas en los balcones y fachadas con los colores y los símbolos de la contrada por la que estés paseando.