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Italia

Trieste

Trieste

Trieste es una ciudad particular, tanto por su ubicación geográfica en la frontera entre diferentes naciones, en un área cerrada entre la meseta kárstica y el mar Adriático, como por los acontecimientos históricos que influyeron a lo largo de los años. Esta ciudad italiana se encuentra a pasos de Eslovenia y fue parte del Imperio Austrohúngaro, una mezcla de influencias que se perciben en su arquitectura, cultura e historia.


Su peculiaridad fue notada por grandes artistas como James Joyce, Ernest Hemingway y Umberto Saba, quienes decidieron establecerse en esta ciudad en algún período de sus vidas.

 

Si eres amante de lugares ricos en historia, de sitios que han inspirado a escritores y otros intelectuales, Trieste es el destino que debes visitar al menos una vez en la vida.

Cuándo ir

La mejor época para visitar Trieste va de mediados de abril hasta octubre. Pero si lo que buscas es ir a la playa, los mejores meses son julio y agosto.

Clima

El clima en Trieste es mediterráneo de transición. Por su ubicación costera, tiene un clima relativamente templado, aunque expuesto al viento bora, que puede ocasionar heladas desde diciembre hasta principios de marzo. Durante el invierno, la temperatura media es de 6,5 °C y se caracteriza por períodos soleados que se alternan con períodos lluviosos; cuando sopla el viento bora, la temperatura puede descender hasta 0°C. El verano es caluroso, pudiendo alcanzar los 29 °C, aunque la brisa proveniente del mar atenúa la sensación. 

 

Trieste es una ciudad bastante lluviosa: caen mil milímetros por año y puede haber tormentas a finales de primavera y verano. El mes menos lluvioso es febrero, mientras que octubre es el que presenta más precipitaciones.

Gastronomía

La mezcla de influencias también ha llegado hasta la cocina, que combina el pescado local con recetas de tradición austro-húngara.

 

Algunos platos típicos son la sopa de jotas (que lleva chucrut, porotos, carne, papa y semillas de kümmel), los ñoquis de pan y de ciruelas, porzina y crauti (cerdo y chucrut), el gulash con polenta, el risotto de arvejas , y sardinas, cangrejo y langosta.

Qué ver

La "ciudad italiana menos italiana de todas", denominada así por sus influencias eslavas y austrohúngaras, refleja su historia en la arquitectura y vibra.

 

La piazza Unità di'Italia es la plaza mayor con vistas al mar de Europa. Varios edificios importantes la bordean, como el Ayuntamiento, el Palacio del Lloyd Triestino, el Palacio del Gobierno y el Palacio Pitteri, de una hermosa arquitectura. Al final de la plaza se encuentra el Molo Audace, un fascinante paseo pavimentado de piedra que se extiende hacia el mar a lo largo de unos 300 metros, por el cual puedes caminar e incluso darte un chapuzón si lo deseas.

 

Entre la estación de tren central y la plaza de la Unitá se encuentra el Gran Canal, una pequeña vía fluvial que se mantiene desde el año 1700 para permitir a los barcos el acceso directo a la ciudad. Está atravesada por tres puentes, y en sus alrededores hay hermosos edificios como los palacios Carciotti y Gopcevich, además de restaurantes y cafés con terrazas al aire libre.

 

Cerca de allí encontrarás la iglesia ortodoxa de San Spiridione, la Catedral, el antiguo teatro romano, el Castillo de San Giusto, o la Sinagoga de la ciudad (la más grande de Italia). Una recomendación que no puede faltar es que camines sin rumbo por las calles del centro, que te acerques a la librería Antiquaria Umberto Saba y a algún café histórico.


A 15 minutos de Trieste se encuentra el
Castillo de Miramare, construido por orden del archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo en el siglo XIX. Hoy en día es un museo en el que se pueden ver los muebles y las obras coleccionadas por el emperador, además de caminar por los terrenos del castillo para admirar especies raras de árboles como las araucarias de México y las dos secuoyas, el bambú de la India y el madroño de Asia. Desde allí los atardeceres son especialmente hermosos con vistas al golfo de Trieste.

 

Sin dudas el Risiera di San Sabba, el único campo de concentración nazi en Italia, es importante a nivel histórico. Puedes visitar las celdas, los espacios comunes y un museo donde se explica lo que ocurrió, además de conocer testimonios de los prisioneros y objetos personales de las víctimas.

 

Situada a veinte minutos en auto se encuentra la Grotta Gigante, una cueva tan enorme que podría contener una iglesia: mide 275 metros de largo, 65 de ancho y supera los 100 de alto; tal tamaño le consigue el título de mayor capacidad abierta a visitantes del mundo. Una larga escalera intercalada con pasarelas, senderos y rampas conduce a la base de la cueva, desde donde puedes observar la bóveda, las formaciones cristalinas, las estalactinas y estalagmitas de impresionantes dimensiones.


En la frontera con Eslovenia, Val Rosandra es un valle natural atravesado por el río Rosandra, con bosques, montañas y una cascada de 12 metros que se precipita sobre los acantilados de piedra hasta el río. Hay senderos para explorar la región a pie.

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