Si pensamos en un paraíso, probablemente imaginemos una playa de arena blanca, un despejado cielo azul y aguas de color turquesa. Pero, más allá de un sueño, este lugar existe y se llama Varadero. Tal es la belleza de sus costas caribeñas, que los premios Traveller's Choice 2019, organizados por TripAdvisor, la catalogaron como la segunda mejor playa del mundo. En este escenario, la felicidad está completa con una reposera y un mojito helado.

Los mejores meses para viajar a Varadero son de diciembre a mayo, pues las temperaturas son agradables, las lluvias escasas y ya habrá pasado la temporada de huracanes.

Varadero tiene un excelente clima durante todo el año, con temperaturas que oscilan entre los 28°C y los 31°. Si bien es posible que llueva en cualquier mes, la época con mayor cantidad de precipitaciones se da entre mayo y septiembre, mientras que los huracanes pueden alcanzar la isla entre julio y noviembre.

Al igual que en La Habana y todo el país, la gastronomía de Varadero tiene una gran influencia africana y europea, que se fue mezclando con el paso de los años. Las carnes de res y cerdo son protagonistas en muchos platos, como la ropa vieja y el lechón asado. En cuanto a los acompañamientos, clásicos son los frijoles, la yuca, el arroz blanco y los plátanos fritos. En cuanto a las bebidas, el ron se lleva toda la delantera, siendo la clave en tragos como el mojito y el Cuba libre.

En el inicio de la península se encuentra la ciudad de Varadero, un excelente lugar para recorrer y probar la gastronomía local, sobre todo en los restaurantes que se han instalado al interior y en los alrededores del Parque Josone.

Más allá de la zona hotelera, la península de Varadero tiene grandes atractivos para conocer. En la ciudad se encuentra el Parque Josone, con su hermosa mansión rodeada de jardines en los que merodean ocas y avestruces, y una espectacular laguna que se puede disfrutar a bordo de botes a pedales.

Hacia el final de la península se sitúa la cueva de Ambrosio, cuyo origen se estima en dos millones de años atrás, pero que fue descubierta recién en los '60. Más allá de sus impresionantes formaciones rocosas, en su interior hay cerca de 47 pinturas precolombinas. Muy cerca se encuentra la Reserva Ecológica Varahicacos, un lugar que conserva numerosas especies de plantas, aves, reptiles y peces, entre los que destaca un cáctus gigante con más de 600 años de antigüedad.