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Jericoacoara, el nuevo destino de moda en el Nordeste de Brasil

Jericoacoara

Los locales la llaman «Jeri», un nombre cariñoso para Jericoacoara, que también se gana el amor de los viajeros que confirman en sus vacaciones que es un destino único en Brasil. Pero no es el típico escenario de playas tropicales que uno imagina, con aguas esmeraldas o arenas blancas.

Jericoacoara es un pequeño paraíso que está rodeado de dunas y desiertos que esconden lagunas cristalinas, balnearios y paisajes dignos de postal, que ofrecen algunos de los atardeceres más impresionantes del Nordeste brasileño.

A solo 4 horas y 37 minutos en auto desde Fortaleza, este rincón escondido del estado de Ceará ha mantenido su esencia de pueblo pesquero. En medio de sus paisajes áridos, sus visitantes encuentran una experiencia bohemia y relajada, con sabores intensos en su cocina que destacan los pescados y mariscos frescos, como la tradicional peixada cearense o el famoso guiso de carne seca, conocido como paçoca caerense.

Jericoacoara, al alcance de los viajeros

A partir del 30 de noviembre de 2024, los viajeros que deseen descubrir Jericoacoara tendrán un acceso más fácil gracias a un nuevo vuelo directo operado por LATAM Airlnes. La aerolínea conectará Santiago de Chile con Fortaleza, operando una vez por semana en aviones Airbus A320neo, reduciendo en tres horas el tiempo de viaje para quienes venían conectando a través de São Paulo.

Jericoacoara
Playa principal en Jericoacoara.

Este enlace no solo acerca a los turistas chilenos a las maravillas de Jericoacoara, sino también a otros destinos del Nordeste brasileño, como el Parque Nacional de los Lençóis Maranhenses, otro increíble lugar protegido por su biodiversidad y paisajes impactantes.

La duración del vuelo será de 6 horas y 30 minutos. Las salidas serán las siguientes:

  • Sábados: Fortaleza – Santiago: 14:45 – 21:00 horas.
  • Domingos: Santiago – Fortaleza: 06:50 – 12:20 horas.

Los secretos de Jericoacoara

La mejor época para visitar Jericoacoara es entre julio y diciembre, cuando la temporada seca revela su mejor cara. Las temperaturas se mantienen constantes todo el año, entre 31°C y 33°C, pero las lluvias, que caen abundantemente entre enero y junio, hacen de los meses posteriores el momento ideal para explorar.

Jericoacoara
Lagoa Do Paraiso.

El pequeño pueblo, conocido como Vila de Jericoacoara, conserva su espíritu libre y despreocupado. Allí, los turistas se encuentran con la playa principal, un lugar perfecto para relajarse y disfrutar de una cerveza helada. Pero el momento más especial llega al atardecer, cuando todos se dirigen a la famosa Duna de la puesta de sol, un espectáculo natural acompañado de música y caipirinhas.

Si lo tuyo es la aventura, hay dos rutas fascinantes para explorar los alrededores en buggy o en una moto de cuatro ruedas. La ruta oeste conduce al río Guriú, donde en marea baja es posible ver caballitos de mar y cangrejos, y a la impresionante laguna Tatajuba, famosa por sus hamacas dentro del agua.

Jericoacoara
Vista aérea de Lagoa do Paraíso en Jericoacoara.

La ruta este, por otro lado, atraviesa el Parque Nacional Jericoacoara y llega a la laguna Paraíso (Lagoa Do Paraiso), un lugar ideal para relajarse en sus aguas cristalinas. Aquí también está la playa de Preá, el lugar soñado para los amantes del kitesurf.

Las bellezas de Jericoacoara (8 días / 7 noches)

Parada en el Parque Nacional de los Lençóis Maranhenses

A poco más de seis horas de Jericoacoara se encuentra otro de los grandes tesoros del Nordeste brasileño: el Parque Nacional de los Lençóis Maranhenses. Este destino, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, parece sacado de un sueño.

Jericoacoara.
Lençóis Maranhenses.

Con sus vastas dunas de arena blanca y las lagunas turquesas que se forman entre ellas durante la temporada de lluvias, el parque ofrece un paisaje único en el mundo.

La región, que se extiende por 156.000 hectáreas, es moldeada constantemente por vientos y lluvias estacionales, que crean estas lagunas temporales que pueden llegar a tener hasta tres metros de profundidad.

Jericoacoara
Viajera en la laguna azul del parque.

El río Preguiças, que cruza el parque, añade aún más diversidad a este «desierto inundado». Este pequeño río de unos 120 kilómetros es un oasis dentro del árido paisaje, creando un ecosistema único donde la vida silvestre puede prosperar, incluso en las condiciones más extremas.

En medio de esta maravilla natural, la biodiversidad prospera: plantas resistentes como lirios y bromelias florecen durante la temporada lluviosa, mientras que la fauna incluye especies como el ocelote, monos y aves migratorias.

Jericoacoara
Un mono en el Parque Nacional Lençóis Maranhenses.

Jericoacoara y el Parque Nacional Lençóis Maranhenses son dos joyas naturales que no te puedes perder si visitas el Nordeste de Brasil. Con el nuevo vuelo directo a Fortaleza desde Santiago, estos destinos se vuelven más accesibles que nunca. ¡Prepárate para descubrir estos tesoros escondidos!

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