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7 cosas raras que puedes comer en los mercados de Tailandia

Algunas de las mejores playas del mundo están en Tailandia, hogar de legendarios templos budistas y de exóticos mercados callejeros que desafían los límites culinarios de viajeros de todo el mundo con raros platillos de la gastronomía local.

Explorar estos mercados ofrece una gran experiencia cultural y la oportunidad de descubrir estos raros alimentos que cuentan historias de ingenio, sostenibilidad y tradición que refleja la esencia de la cocina tailandesa.

Si te atreves a probarlos, no solo descubrirás nuevos sabores, sino también ganarás recuerdos inolvidables que contar al regresar a casa. Las animadas avenidas de Bangkok, las tranquilas plazas de Chiang Mai y los rincones de Phuket cuentan con mercados que, si bien ofrecen platos tradicionales como el pad thai o el som tam, también sirven una selección de platillos exóticos, incluso raros, para el paladar occidental.

Esta es la lista de siete «delicias» tailandesas poco convencionales que te retarán a salir de tu zona de confort gastronómica.

1. Goong ten: El «camarón saltarín» de Tailandia

goong ten
Goong ten.

El goong ten se traduce literalmente como «camarones bailarines» y lleva su nombre porque los camarones se sirven vivos. Al pedirlo, recibirás un tazón con pequeños camarones vivos mezclados con una salsa picante a base de limón, ajíes y hierbas frescas. Al probarlos, sentirás el cosquilleo de los camarones «bailando» en tu lengua, una experiencia inolvidable que mezcla sabor y sensaciones.

2. Kai mod daeng: Huevos de hormiga roja

Tailandia
Kai mod daeng.

Considerado un manjar en las regiones rurales del norte de Tailandia, los kai mod daeng o huevos de hormiga roja son una fuente de proteína y sabor. Este exótico plato incluye los huevos y larvas de hormigas rojas, recolectadas a mano. Se preparan en sopas, tortillas o ensaladas, donde aportan un sabor único: una combinación entre limón, un toque ligeramente dulce o picante.

3. Malang tod: Insectos fritos en Tailandia

Malang tod
Malang tod.

Los insectos fritos son una de las opciones más icónicas y accesibles en los mercados tailandeses. Malang tod incluye una variedad de insectos como grillos, saltamontes, gusanos de seda e incluso escarabajos. Estos se fríen hasta quedar crujientes y se sirven con un poco de sal o especias. Aunque pueden parecer intimidantes a simple vista, su sabor recuerda al de las papas fritas con un toque de nuez.

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4. Pak ped: Pico de pato picante

pak ped
Pak ped.

El pak ped es un plato que demuestra el ingenio tailandés al aprovechar cada parte del animal. Los picos de pato se cuecen a fuego lento en una salsa especiada que mezcla ajíes, ajo, hierba de limón y salsa de soja. Su textura es crujiente y está perfectamente equilibrado por el sabor picante y aromático de la salsa. Este platillo es una opción deliciosa para quienes buscan algo diferente, pero no tan extremo como los insectos o huevos de hormiga.

5. Larb lueat nua: Ensalada de carne con sangre

Tailandia
Larb lueat nua.

Para los amantes de los sabores intensos, el larb lueat nua es una especialidad del noreste de Tailandia que no deja indiferente a nadie. Esta ensalada incluye carne de res picada mezclada con hierbas frescas, ajíes y jugo de limón. Pero el ingrediente que lo hace verdaderamente especial es la adición de sangre fresca, que añade una riqueza y profundidad de sabor inigualables.

6. Kob tod: Ranas fritas en Tailandia

Tailandia
Kob tod.

Aunque puede parecer sorprendente para algunos, las ranas son un alimento común en muchas regiones de Tailandia. En los mercados, las kob tod o ranas fritas se venden como un snack popular. Las ranas, pequeñas y crujientes, se marinan con ajo, salsa de soja y especias antes de ser fritas hasta alcanzar una textura perfecta. Su sabor se asemeja al pollo, pero con un toque más jugoso.

7. Rod duan: Gusanos de bambú

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Rod Duan.

Los rod duan o gusanos de bambú son una delicia en Tailandia y un ejemplo perfecto de cómo la cocina tailandesa encuentra formas creativas de usar ingredientes naturales. Estos gusanos se fríen hasta quedar crujientes y se sazonan con sal y especias. Su sabor es sorprendentemente agradable, con notas que recuerdan a las nueces y un crujido satisfactorio. Además, son ricos en nutrientes.

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