Experiencia Expan: Stopover en Estambul, ideal antes de viajar a India

Hay viajes que empiezan mucho antes de llegar a su destino final. Para quienes entienden que el camino también es parte de la experiencia, la idea de un stopover se convierte en una oportunidad irrepetible. Y cuando se habla de escalas que suman valor a cualquier itinerario, pocos lugares compiten con Estambul, una ciudad distinta, con su propia historia, cultura y encanto.
Alfonso Hartard, Socio y Gerente General de Expan Tours, quien viajó a India para asistir a una feria en Jaipur, apostó por hacer un alto de varios días en la capital cultural de Turquía. En esta edición de Experiencia Expan, cuenta cómo descubrió un destino que respira historia, vibra de energía y sorprende con su mezcla única entre lo oriental y lo occidental.
Turkish Airlines ofrece Stopover in Istanbul
Lo que hace posible esta experiencia es el programa Stopover in Istanbul de Turkish Airlines, una de las mejores aerolíneas del mundo. Este beneficio transforma una simple espera en una aventura: si tienes una escala de al menos 20 horas, puedes alojarte gratis en hoteles especialmente seleccionados.

Viajar a India desde América Latina puede tomar más de 30 horas, algo que puede ser desgastante para cualquier viajero. Pero hay una mejor opción.
«Pensé: ¿lo hago vía Europa, con Iberia? ¿Vía Inglaterra? ¿O con Emirates por el Golfo? Pero recordé a Turkish Airlines y me pareció la alternativa más atractiva con su stopover en Estambul«.
Con este stopover, los pasajeros de clase económica reciben una noche en un hotel 4 estrellas con desayuno incluido, mientras que quienes viajan en clase ejecutiva disfrutan de dos noches en hoteles 5 estrellas o boutique.
El proceso es sencillo: solo hay que enviar algunos datos —nombre, código de reserva (PNR), número de billete, fechas deseadas, tipo de habitación y contacto— al menos 72 horas antes del vuelo.

Conexiones entre Santiago y Estambul para planificar el stopover
El vuelo desde Santiago a Estambul, con escala en São Paulo, dura alrededor de 18 horas, saliendo a las 11:40 de la mañana y llegando a Estambul a las 11:45 del día siguiente. Opera todos los días de la semana (lunes, martes, jueves, viernes, sábado y domingo), lo que ofrece una gran flexibilidad para elegir la fecha más conveniente.
Así, el viajero se despierta ya en Turquía, con todo un día por delante: “El resultado es llegar a Estambul temprano en la mañana, instalarse cómodamente y empezar a explorar una ciudad que lo tiene todo”.
«Es ideal. Te permite quedarte por una o dos noches y retomar el viaje a India al día siguiente. Incluso al volver, el vuelo de regreso a Chile también sale en la noche«.

Para el regreso, el vuelo parte desde Estambul a las 20:30 y llega a Santiago a las 09:55 del día siguiente, operando también seis veces por semana (lunes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo).
Estambul: Historia viva entre dos continentes
Pocas ciudades en el mundo transmiten tanta intensidad como Estambul. Su ubicación en el estrecho del Bósforo, que separa Europa de Asia, no solo define su geografía, sino también su espíritu.
«Es impresionante Estambul. Combina el desarrollo de un país europeo con el patrimonio de un país musulmán. Tiene miles de mezquitas, historia del Imperio Otomano y una mezcla cultural fascinante«.

La visita clásica a Estambul incluye joyas arquitectónicas como Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Palacio Topkapi, el Gran Bazar y el Bazar de las Especias. Pero Estambul va más allá de los monumentos, especialmente cuando se trata de recorrer en barco el Estrecho del Bósforo, contemplar las maravillosas panorámicas del Cuerno de Oro o, simplemente, zambullirte en los múltiples barrios y calles que complementan muy bien la experiencia.

“Lo más lindo es cómo vibra la ciudad. Caminas por calles llenas de vida, de tiendas de artesanía, de restaurantes y cafés con música en vivo. Es como estar en Europa, pero a la vez completamente inmerso en lo turco, con una presencia árabe muy fuerte que le da carácter y personalidad. Es algo que se respira por todas partes y que hace única a Estambul”.

Estambul también conquista por el paladar: «La riqueza gastronómica es tremenda. Hay sabores, olores, colores que no se encuentran en otro lado. Puedes sentarte a comer en la calle, probar la comida local de los carritos o ir a restaurantes más elegantes con reconocimiento Michelin. Todo es muy animado y tiene un toque que le da una personalidad única a esta ciudad«.

Al estar junto al mar, la ciudad disfruta de productos frescos que se suman a su repertorio de especias, carnes, masas y dulces tradicionales como el baklava o el lokum.
Balat: Más allá del clásico circuito turístico
Alfonso Hartard recomienda ir más lejos del recorrido clásico. Por ejemplo, el barrio de Balat, históricamente judío, pero también habitado por musulmanes, que destaca por sus casas coloridas, cafés bohemios y ambiente artístico.

“Es un lugar muy entretenido, perfecto para caminar, tomar café y observar la vida cotidiana. Ver cómo las señoras preparan pan judío en plena calle es algo típico de este barrio, parte de su identidad y su cultura. Además, tuvimos la suerte de apreciar cómo servían un plato cocinado en una especie de barro”.

Una de las experiencias más fascinantes en Balat es que se escucha el llamado a la oración (adhan), que suena cinco veces al día, recordándole al visitante que está en un lugar donde la fe es parte del paisaje sonoro. Y aunque casi no hablan español y solamente un poco inglés, los turcos son amables, hospitalarios y se sienten profundamente orgullosos de su identidad.

Vida nocturna y compras en Estambul
Otra ventaja de Estambul es su vida nocturna: «Hay pasillos interminables para comer hasta cerca de la medianoche. Todo muy limpio, ordenado, seguro. En la noche, los monumentos se iluminan y es un espectáculo increíble«.
Desde la céntrica Plaza Taksim se puede recorrer la famosa avenida Istiklal, donde circula el icónico tranvía rojo, hasta llegar a la Torre de Gálata. Desde ahí, se cruza al lado donde están la Mezquita Azul y Santa Sofía, completando un itinerario que llena dos días de descubrimiento.

También vale la pena aventurarse al lado asiático, menos turístico, pero con mucha vida, gracias a la cantidad de juventud que se ve en las calles, especialmente por la variada oferta de restaurantes, bares y discos para comer y disfrutar.
Para los amantes de la moda, Estambul es un verdadero paraíso de compras. Puedes pasar horas perdiéndote en los pasillos del Gran Bazar, eligiendo artículos de cuero de excelente calidad o productos de lujo a precio de buenas imitaciones.
“La experiencia va mucho más allá de lo que compras: aquí el regateo es parte del día a día, una tradición que te conecta con la esencia del comercio local. Mientras discutes precios con los vendedores, te sumerges en la cultura turca, compartes sonrisas, historias y descubres el lado más auténtico de la ciudad”.

Stopover en Estambul: Un viaje dentro del viaje
Con solo dos o tres noches, el stopover en Estambul puede sentirse como unas vacaciones dentro del viaje principal: «Fueron tres días que parecieron una semana. Estambul se aprovecha mucho. Tiene tantos barrios distintos que siempre encontrarás algo nuevo. Aunque ya hayas visitado los monumentos más famosos, siempre querrás volver«.
La ciudad está muy bien conectada por metro, tranvías, buses, taxis y ferris. Eso sí, hay que considerar que Estambul tiene bastante congestión vehicular, especialmente si planeas cruzar al lado asiático, por lo que lo ideal es moverse en transporte público, evitar las horas punta o alojarse en zonas céntricas y cerca de los principales atractivos para aprovechar mejor el tiempo.

Para Alfonso Hartard, la decisión de viajar a India vía Estambul fue clave para enriquecer el viaje: «Turkish Airlines tiene buenas tarifas, mucha frecuencia y un servicio excelente. La experiencia del stopover la recomiendo completamente«.
“Estambul lo tiene todo: cultura, historia, vida nocturna, gastronomía, seguridad y limpieza. Aunque no todos hablan inglés, esto no representa una barrera: la calidez de los turcos hace que siempre encuentres la forma de comunicarte. Es un destino que vale la pena conocer al menos una vez en la vida”.

Incluso si el objetivo no es Turquía, el stopover permite conocer lo esencial y, si uno quiere, quedarse más días para explorar maravillas como Capadocia o Pamukkale.
Pocas escalas son tan ricas en recuerdos, aromas, paisajes y sonrisas como un stopover en Estambul. Una ciudad que, aunque sea solo por unos días, transforma la experiencia y se queda para siempre en la memoria del viajero.

Y esta es, apenas, la primera parte de un gran viaje a India.
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