Guía completa para conocer Roma, la Ciudad Eterna
Roma, la Ciudad Eterna. Un reconocimiento que no es una casualidad. El tiempo parece haberse detenido en la capital italiana y, al mismo tiempo, avanzado sin cesar. Un nombre que se debe a su capacidad única para mezclar pasado y presente en una armoniosa sinfonía de historia y modernidad.
Caminar por las calles romanas es como hojear un libro vivo de historia: desde los majestuosos restos del Coliseo hasta las vibrantes plazas contemporáneas, cada rincón narra historias de imperios, arte y cultura. Roma ofrece a los viajeros una experiencia atemporal que captura la esencia misma de la hospitalidad de Italia y su legado. Esta guía hará de la Ciudad Eterna tu próximo destino.
¿Por qué elegir Roma como destino?
Elegir Roma como destino es optar por una experiencia única que combina historia milenaria, arte impresionante y una rica cultura. En la Ciudad Eterna, puedes explorar monumentos icónicos como el Coliseo, el Foro Romano y el Panteón, así como maravillas del Renacimiento y el Barroco, como la Capilla Sixtina y las fuentes de Bernini.
Roma, que recibe a 40 millones de viajeros cada año en sus dos aeropuertos internacionales, es también un paraíso gastronómico, donde puedes deleitarte con platos tradicionales como la pasta carbonara y el ‘gelato’, y disfrutar de la vibrante vida de sus plazas y calles adoquinadas. La Ciudad del Vaticano, con la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos, añade un elemento espiritual y artístico inigualable.
Además, Roma goza de un clima mediterráneo agradable, con inviernos suaves y veranos cálidos, lo que la hace atractiva todo el año. Su hospitalidad y seguridad, junto con la posibilidad de realizar excursiones a otras ciudades italianas como Florencia y Nápoles, hacen de Roma un destino completo.
Transporte en Roma: Muchas formas de moverte
El metro de Roma es una opción económica para recorrer la ciudad, que cuenta con tres líneas y 60 kilómetros de vías, lo que lo convierte en uno de los metros más pequeños de Europa. Curiosamente, su crecimiento ha sido lento debido a la aparición de restos arqueológicos durante las excavaciones.
Aquí están las paradas clave de cada línea, a excepción de la C (poca relevancia turística):
Línea A (Naranja): De Battistini a Anagnina.
- Cipro – Musei Vaticani: Cerca de los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina.
- Ottaviano – San Pietro: Proximidad a la Plaza y la Basílica de San Pedro.
- Spagna: Ideal para visitar la Plaza de España y la Villa Borghese.
- Barberini – Fontana di Trevi: Cerca de la Fontana de Trevi, Plaza Navona y el Panteón.
- Termini: Combinación de líneas y llegada del Leonardo Express desde Fiumicino.
Línea B (Azul): De Rebibbia a Laurentina.
- Termini: Combinación de líneas.
- Colosseo: Cerca del Coliseo y el Foro Romano.
- Piramide: Conexión con el tren regional FR1 desde Fiumicino.
Los tickets y tarjetas se pueden adquirir en las estaciones de metro y quioscos. También sirven para acceder a los trenes suburbanos de Roma, que complementan la red de metro.
Otra opción recomendada son los autobuses. Con más de 350 líneas, son esenciales para llegar a ciertos destinos inaccesibles en metro. La red incluye 338 líneas diurnas, 22 nocturnas y 8.260 paradas.
Los tranvías, aunque menos útiles debido a su limitada cobertura, ofrecen un transporte limpio y pintoresco. Su línea 8 conecta con el Trastevere con Largo di Torre Argentina.
Finalmente, los taxis son una opción rápida y cómoda en Roma, aunque los precios son más elevados. También es común escuchar que algunos taxistas intentan cobrar de más, por lo que es recomendable estar informado sobre las tarifas.
El encanto del Vaticano
Cuando se viaja a Roma, es imposible no ser testigo del corazón espiritual del catolicismo: El Vaticano. Esta pequeña ciudad-estado es un destino imperdible para cualquier viajero, con múltiples paradas encantadoras.
- La Plaza de San Pedro: Es la puerta de entrada al Vaticano. Diseñada por Gian Lorenzo Bernini en el siglo XVII, esta espléndida plaza es un impresionante preludio a lo que sigue. Rodeada por un ‘colonnato’ elíptico de 284 columnas, la plaza parece abrazar a los visitantes. En el centro se alza un obelisco egipcio de 25 metros de altura y dos fuentes que crean un ambiente de serenidad.
- La Basílica de San Pedro: Es uno de los templos más grandiosos y venerados del mundo. Su cúpula, diseñada por Miguel Ángel, domina el skyline romano y es visible desde muchos puntos de la ciudad. Al ingresar a la basílica, uno queda anonadado por su inmensa nave central, las elaboradas decoraciones de mármol y oro, y las obras maestras del arte renacentista.
- La Capilla Sixtina: Es una de las joyas más preciadas del Vaticano y del mundo del arte. Famosa por las obras de Miguel Ángel, esta capilla es un espacio sagrado que deja a los visitantes sin aliento. El techo de la Capilla Sixtina, pintado entre 1508 y 1512, narra historias del Génesis con un detalle y una maestría que siguen sorprendiendo cinco siglos después.
- Museos Vaticanos: Una colección incomparable de arte y artefactos que abarcan siglos de historia. Fundados por el Papa Julio II en el siglo XVI, estos museos albergan una de las colecciones de arte más valiosas del mundo, como las Estancias de Rafael, la Galería de los Mapas y la Sala de los Tapices.
Esenciales de Roma
El Coliseo Romano es, sin duda, el símbolo más icónico de Roma. Esta monumental estructura, que una vez fue el epicentro del entretenimiento en la antigua Roma, sigue asombrando a los visitantes con su imponente presencia y su historia fascinante.
Construido en el año 80 d.C., albergaba espectáculos de gladiadores, simulacros de batallas navales y representaciones teatrales que podían ser disfrutadas por más de 50.000 espectadores. Al mirar hacia la arena, es imposible no imaginar el rugido de la multitud y el drama de los combates.
A solo unos pasos del Coliseo se encuentra el Foro Romano, el corazón político y comercial de la antigua Roma. Este complejo de ruinas ofrece una visión fascinante de la vida cotidiana en una de las civilizaciones más influyentes de la historia, donde templos, arcos triunfales y edificios administrativos cobran vida ante tus ojos.
Por su parte, la Fontana di Trevi es la fuente más famosa del mundo. Este monumento barroco, diseñado por Nicola Salvi, es conocido tanto por su impresionante belleza como por la tradición de lanzar una moneda para asegurar el regreso a Roma. La fuente representa a Neptuno, dios del mar.
Otros sitios que valen la pena son la Plaza Navona, construida sobre el antiguo estadio de Domiciano y rodeada de palacios barrocos, restaurantes, cafés y tres fuentes majestuosas; la Plaza de España, con su elegante escalera de 135 peldaños; el Panteón de Agripa, obra maestra de la ingeniería romana; y las Catacumbas, para aquellos que buscan una experiencia más misteriosa.
Roma es eterna porque en sus piedras late el corazón inmortal de la civilización, recordándonos que, en este rincón del mundo, el pasado y el presente son inseparables. ¿Estás listo para recorrerla?
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